1749

SE INSTALA EL FUERTE PERGAMINO. En un paraje que era conocido como Fontezuelas y Pergamino, funcionaba desde el siglo XVII una posada, detención de carretas  y posta de recambio, que era conocida como “La Dormida”. El lugar pronto adquirió gran importancia porque era el cruce de los caminos que se dirigían hacia Buenos Aires, a Córdoba  y desde allí al Alto Perú), a Tucumán y a Cuyo (Mendoza, San Juan y Chile). Fue contruído quizás a comienzos del siglo XVIII, porque debido al intenso tráfico que allí comenzó, hizo necesaria la creación de este Fuerte, con el objeto de de defender contra los indios, ese vasto territorio de la zona sudoeste del llamado «Pago de los Arroyos». El sacerdote jesuita FLORIÁN PAUCKE pasó luego por ese lugar, y dejó una descripción pormenorizada del fuerte, una construcción muy precaria, por lo que debió ser reconstruído en 1771, esta vez con ladrillos, según lo consignara CALIXTO BUSTAMANTE (Concolocorvo), cuando pasó por el lugar en 1776.

 

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