16/2/1822

Desde Cuenca (Perú), el general SANTA CRUZ le escribió al general ÁLVAREZ DE ARENALES diciéndole: “Por mi comunicación de ayer, se impondrá usted del buen principio que ha tenido la campaña con la libre ocupación de estas dos provincias en que podemos fijar lo base de las operaciones posteriores. Los enemigos siguen su retirada con tal desmoralización que ya creo que han perdido más de la fuerza de un batallón: Cada día aumentan los desertores y entre ellos se cuentan cinco oficiales. Parece que no les queda otro plan que la reconcentración en Quito. Mucho ha convenido a este buen principio, la celeridad de nuestras operaciones, así para hacer la reunión de las divisiones coaligadas, corno para echar de esta provincia a los enemigos. De modo que para sólo esta operación, creo que la campaña está vencida.” La división del general SANTA CRUZ sumaba 1.662 hombres y figuraban entre las tropas peruanas —batallones todos de reciente formación— algunas compañías de granaderos pertenecientes al Ejército de los Andes.

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