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LA REVOLUCIÓN DE BARTOLOMÉ MITRE (24/09/1874)
Siendo Presidente de la Nación, DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO, estalló una revolución encabezada por adictos al general BARTOLOMÉ MITRE (imagen) que se manifiestan contra la postulación de NICOLÁS AVELLANEDA para ocupar la presidencia de la Nación.
Próximo a expirar el período presidencial de SARMIENTO, surgieron cuatro candidatos para sucederle. BARTOLOMÉ MITRE, NICOLÁS AVELLANEDA, ADOLFO ALSINA y MANUEL QUINTANA, aunque la realidad era que la fuerza política estaba polarizada por el partido nacionalista, dirigido por MITRE y el partido autonomista, liderado por ALSINA.
La primera chispa que derivaría en una revolución se originó como resultado de los comicios efectuados en la Provincia de Buenos Aires el lº de febrero de 1874 para elegir diputados nacionales, hecho que se sumará a la derrota sufrida por los nacionalistas en las elecciones para Presidente.
La gente de MITRE calculaba que habían ganado la elección, pero los resultados oficiales publicados, no les dieron la razón y desde su periódico «La Nación», el general MITRE realizó una furibunda campaña afirmando que las elecciones habían sido fraudulentas. A pesar de las protestas, los diplomas fueren reconocidos por el Congreso Nacional.
Las urnas habían dado el triunfo a NICOLÁS AVELLANEDA, que había contado con los votos de los electores de ADOLFO ALSINA, volcados masivamente a su favor y con la simpatía del Presidente SARMIENTO, que manifestaba públicamente que eran sus deseos ver a AVELLANEDA sentado en el sillón presidencial.
La suma de estos hechos, llevó a que los patrtidarios de MITRE protestaran por la presión que se había ejercido desde el gobierno para evitar su triunfo. Desoídos que fueron sus reclamos y denuncias de fraude, optaron por la rebelión armada y antes de que asumiera AVELLANEDA, el 24 de setiembre de 1874 estalló la revolución simultáneamente en varios puntos del país.
La dotación de la cañonera Paraná” con su comandante a la cabeza inició las acciones apoderándose de la “Uruguay”, también surta en el Puerto de Buenos Aires, mientras el Coronel IGNACIO RIVAS sublevaba las tropas de la guarnición de Azul y el general JOSÉ MIGUEL DEL CORAZÓN DE JESUS ARREDONDO encabezaba la rebelión de las fuerzas destacadas en Mercedes, provincia de San Luis.
Rápidamente SARMIENTO organizó la represión. Puso a sus efectivos bajo el mando del coronel LUIS MARÍA CAMPOS y dispuso que el coronel JULIO A. ROCA, jefe de las fuerzas apostadas en Río Cuarto (Córdoba) enfrentara a los efectivos de ARREDONDO. El 12 de octubre, con el país convulsionado por estos sucesos, SARMIENTO entregó el mando presidencial a NICOLÁS AVELLANEDA
ARREDONDO, primero se dirigió hacia Córdoba, pero luego marchó a Mendoza donde derrotó al jefe de las fuerzas nacionales, coronel AMARO CATALÁN, en la batalla de Santa Rosa (29/10/1874).
El general MITRE, que se encontraba en el Uruguay, desembarcó en el Tuyú, al sur de la provincia de Buenos Aires y llevando con él 800 aborígenes al mando del cacique CATRIEL, se unió a las fuerzas de RIVAS, con el propósito de llevar un ataque directamente sobre Buenos Aires. Pero como las fuerzas de RIVAS eran insuficientes, procuró unirse con las de ARREDONDO, plan que no pudo realizar, pues los coroneles JULIO A. ROCA y LUIS MARÍA CAMPOS le obligaron a desviarse hacia el Norte.
Llegado a la localidad de La Verde, el 26 de noviembre de 1874, todavía en la provincia de Buenos Aires, fue detenido en su avance por las tropas leales al Gobierno, que al mando del Coronel FRANCISCO BORGES se habían atrincherado en el lugar. Contra su voluntad y por insistencia de RIVAS, MITRE, atacó a un batallón que mandaba el Teniente Coronel JOSÉ INOCENCIO ARIAS, siendo violentamente rechazado y obligado a emprender la retirada.
Perseguidas por ARIAS, las fuerzas de MITRE continuaron su retirada hasta Junín, donde el 2 de diciembre MITRE firmó la Capitulación y se entregó prisionero asumiendo toda la responsabilidad de la revolución Pero ARREDONDO, que no había aceptado deponer las armas, fue vencido el 7 de diciembre por el Coronel ROCA en la batalla de Santa Rosa en la provincia de Mendoza., quedando ahora si, definitivamente sofocado el golpe revolucionario.
Las provincias en general, repudiaron el levantamiento mitrista. «Las provincias querían ser gobernadas por hombres nacidos en ellas. Resurgían las viejas ligas provinciales por oposición a Buenos Aires. Por eso el estallar la revolución, los gobernadores respondieron ampliamente al llamado de SARMIENTO para apoyar a NICOLÁS AVELLANEDA.
MITRE cumplió su arresto en la cárcel de Luján y allí comenzó a escribir su monumental “Historia de San Martín y la Emancipación Americana”. Fue juzgado y condenado a muerte, pero su pena fue conmutada por ocho años de destierro. Algunos meses más tarde, el Presidente AVELLANEDA, considerando que el castigo sufrido ya era suficiente, lo dio por cumplido y ordenó su libertad (ver Mitre se declara revolucionario y Sarmiento le contesta).