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LOS LLANOS DE LA RIOJA, CUNA Y FORJADORES DE UNA LEYENDA (1820)
Los Llanos de La Rioja, o las Sierras de los Llanos, son un conjunto de cadenas que se extienden en las llanuras del este de la Rioja y cortan el paisaje formando breves oasis donde abundan las cabras y las ovejas.
A partir de la segunda mitad del siglo XVII, la cría mular y, en menor escala, la del vacuno, otorgan nueva prosperidad a la región, pero no es esa actividad la que le otorga fama a esa región.
Lo que si la hace merecedora de una consideración especial, es que Los Llanos de la Rioja, fueron la cuna de caudillos famosos y base territorial desde la cual FACUNDO QUIROGA, extendió su hegemonía sobre el interior del país y puso a las provincias andinas en el escenario de la política nacional.
Sus pobladores eran viajeros infatigables: iban a vender sus ganados a Mendoza, a Chile (antes de 1810 llegaban hasta el Potosí) y se dedicaban a transportar en sus arrías, frutos de otras comarcas.
Al iniciarse el movimiento revolucionario de 1810, los Llanos constituyen el sector más dinámico de la Rioja. Por otra parte, al igual que el resto de la provincia, es zona de grandes propiedades rurales, repartidas entre importantes linajes de propietarios: los Villafañe, los Brizuela, los Ocampo-se disputan estas propiedades entre sí casi permanentemente.
El origen de Facundo, su más famoso exponente corresponde indudablemente a esos Llanos en expansión. Su padre, José Prudencio Quiroga, era un sanjuanino oriundo de Jáchal, venido de su tierra con ganados y dinero que ha comprado y poblado estancias y se ha casado con una heredera llanista: doña Juan Rosa de Argañaraz.
Desde los últimos tiempos de la colonia, el nombre de José Prudencio Quiroga aparece frecuentemente en cargos de policía y milicias. En un principio, la revolución casi no alteró este estado de cosas, pero pasado algún tiempo va a despertar un nuevo interés por la Rioja.
Primero son los hombres y el ganado requeridos por la guerra, después entrará a contar la riqueza minera del Cerro Famatina, con la que se espera compensar la pérdida de los yacimientos de Potosí. Mientras tanto, las familias capitulares prosiguen sus viejas rivalidades.
Esas luchas dan a los Llanos un papel cada vez más decisivo y paulatinamente van gestando un foco de poder militar y todas las condiciones están dadas para que así ocurra: mayor riqueza de ganados, relativa abundancia de hombres acostumbrados a dejar con frecuencia su rincón y dispuestos a recorre en guerra las rutas que conocen ya tan bien en tiempos de paz (ver Facundo Quiroga comienza a ser leyenda)
Si bien durante el primer decenio revolucionario, los Llanos permanecen en una retaguardia, nunca seriamente amenazada ni por el retorno realista ni por la expansión federalista del litoral, la revolución va militarizando profundamente la vida local.
Esta zona, proveedora de hombres, caballos, mulas y vacas no es un depósito inagotable y bien pronto se abusa de sus reservas. La paulatina despoblación de ganado que se produce en la zona acrecienta las presiones, a fin de conseguir el que aún resta.
En 1820 estallan los conflictos entre los requisadores de ganado que se disputan los últimos despojos de una riqueza casi agotada. Es en ese año crítico, cuando Facundo Quiroga obtiene del gobernador Ocampo el cargo de sargento mayor de las milicias de los Llanos «con la influencia y autoridad de Comandante de Campaña». Máxima autoridad en los Llanos, Facundo no tardará en convertirse en el principal personaje de toda la provincia (ver Quiroga, Juan Facundo).
Rioja ayudó con hombres, animales al ejercito de los andes y también a Guemes en el norte
La Rioja mereció mejor suerte en la guerra civil de la montonera
no entiendo cual es el fallo