Autor: Horacio 29/05/2025 0 Comentarios

Qué puede esperar de la vida un hombre de 95 años?. Qué otra puerta le queda por abrir, después de haber abierto tantas?. Mas que desesperanza, lo que una ya lejana noche me inspiraba esas preguntas, era una sana y ambiciosa curiosidad por saber qué me quedaba por hacer todavía.

He tenido una vida rica y emocionante y en el transcurso de ella, vi y aprendí mucho y pude sacar conclusiones que me ayudaron a sobrellevar las malas experiencias y a disfrutar plenamente los goces que se me brindaron.

Comprendí entonces, qué era lo que debía hacer ahora. Comprendí que quizás aquello de “Vivir se debe la vida de tal suerte, que viva quede en la muerte”, se podía convertir en mi realidad. Que eso que había sido mi vida, me permitiría permanecer presente en la vida de mis nietos para ayudarlos a vivir la suya.

Y así fue que comenzó esta loca idea de poner en palabras algo de lo mucho que he vivido y lo mucho que he gozado con el amor y el respeto de mis hijos, la comprensión de Juanita y el afecto de los numerosos amigos que por suerte, tuve a lo largo de ella.

En las Cartas de Juan está mi voz, tratando de que llegue a lo más profundo de la conciencia de quienes me escuchen. Se la dejo a mis nietos y a todos aquellos padres que sientan la misma responsabilidad que yo siento hacia ellos, tratando de encontrar las mejores respuestas que allanen el camino de sus vidas, los ayuden a comprender lo incomprensible y los guíen hacia el perdón de quienes los ofendan.