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FIN DE LA ESCLAVITUD EN ARGENTINA Y PAÍSES VECINOS
La libertad era el bien más preciado que buscaban los esclavos. Algunos procuraron comprarla, otros se enrolaron en los ejércitos independentistas para conseguirla; muy pocos la obtuvieron de sus amos y en todos los casos, los libertos no obtenían condiciones de vida iguales a las de los blancos (ver La esclavitud en el Río de la Plata).
Producidos los movimientos emancipadores, las naciones americanas —en sintonía con el progreso que imponía la civilización— no tardaron en dictar leyes justicieras con respecto al indio y al negro. En los territorios que actualmente constituyen la República Argentina, al principio, se dictaron leyes prohibiendo el tráfico de esclavos y en 1813, la Asamblea Constituyente de ese año, decretó la libertad de vientres, pero no fue posible aplicarlas ni controlar el cumplimiento de esas leyes y los Estados provinciales independizados, tampoco tuvieron mucho interés en abolir la esclavitud hasta avanzado el siglo XIX. Recién en 1853, con la Constitución sancionada ese año, llegó por fin la abolición definitiva de la esclavitud en todo el territorio de la República Argentina.
La República Oriental del Uruguay, que siendo hasta 1828 la Banda Oriental, era uno de los puntos de principal acceso de esclavos a estos territorios: por el puerto de Montevideo, en forma legal y por la frontera con las posesiones portuguesas (Brasil), en forma ilegal (Se estima que hasta 1840, llegaron más de 40.000 africanos a Montevideo), abolió la esclavitud en 1842, pero 20 años después seguía habiendo esclavos en las estancias de dueños brasileños en la zona fronteriza (Rivera, Artigas, Tacuarembó, Cerro Largo y Rocha).
En Paraguay, donde la población esclava fue escasa en comparación con el resto de la región, porque la abundancia de mano de obra nativa y el tipo de su producción agrícola, no la hizo necesaria, fue abolida el 2 de diciembre de 1869, después de finalizada la guerra que sostuvo contra la Triple Alianza (Argentina, Brasil y Uruguay), razón por la cual, solamente 450 esclavos disfrutaron de este logro, porque el resto de ellos, había muerto en combate.
De la región, el Imperio de Brasil fue entonces, uno de los que más demoró en abolir la esclavitud, renegando de la vocación esclavista impuesta por sus ancestros portugueses. Lo hizo recién en 1888 y esto se explica, porque buena parte de su economía dependía de este tipo de mano de obra. Se estima que llegaron allí entre cuatro y seis millones de africanos.
Fuentes: “La trata de negros: datos para su estudio en el Río de la Plata”. Diego Luis Molinari, Buenos Aires, 1916; “La trata de negros en el Río de la Plata durante el siglo XVIII”. Elena de Studer, Buenos Aires, 1958); “El consulado de Buenos Aires y sus proyecciones en la historia del Río de la Plata”. Germán O. E. Tjarks, Buenos Aires, 1962; “La esclavitud en Buenos Aires”. Contenido en “Observa-ciones sobre Buenos Aires y Montevideo”. Emeric Essex Vidal, Ed. EMECE, Buenos Aires, 1999; “El comercio de esclavos en el Río de la Plata”. Liliana Crespi; “Crónica Argentina”. Editorial Codex S.A., Buenos Aires, 1979; “Estampas del pasado”. Busaniche J. L. Solar, Ed. Hachette, Buenos Aires, 1971; “Mármol y bronce”. José M. Aubin, ED. Ángel Estrada y Cía., Buenos Aires, 1911; “Con sangre de negros se edificó nuestra Independencia”, José Octavio Frigerio, Revista Todo es Historia Nº250, Buenos Aires 1988; “La ruta del esclavo en el Río de la Plata”. Herman Hoff y Manuel Bernalez Alvarado, Ed. UNESCO, Montevideo, 2005; “La esclavitud en el Río de la Plata a partir de 1810”. Andrés Eduardo Guillén, 1997; Más información y apoyo gráfico puede encontrarse en el Suplemento Nº 7 de la Revista “Todo es Historia”.