Autor: Horacio 10/12/2015 0 Comentarios

El cruel comentario de un periodistas fanatizado por la política, pone en descubierto las miserias de esta profesión, que ha sido tomada por asalto por advenedizos, sin códigos morales ni aptitudes para ejercer tan noble actividad.

DOMINGUITO, el hijo adoptado por el corazón, que DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO ha moldeado a su gusto y en quien depositaba todas sus esperanzas, ha muerto allá en los campos de Curupayti, donde durante la guerra con Paraguay, se libró uno de los combates más sangrientos que recuerda la historia nacional.

Poco después, siendo SARMIENTO, ya presidente, iba a llorar en la Recoleta sobre la tumba de DOMINGUITO y una de aquellas tardes, ya entrada la noche, volvía de la Recoleta, hablando solo, la corbata fuera de su sitio, sufriendo aún la tremenda emoción que debió soportar ante la tumba de su hijo del alma.

A trechos, tiene que aplastar con su manopla velluda, sobre el cachete fláccido, una lágrima que se viene rodando. Alguien lo vio pasar así y al día siguiente, un diario, opositor político, publica en grandes caracteres: «El presidente electo ha sido visto ayer, en Palermo, de vuelta de una orgía, sofocado aún por los vapores del vino».

Ante esta barbaridad, cabe la pregunta: En política, vale todo?. Hubo quienes así pensaron y lo más lamentable, es que aún los siga habiendo.