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EL ORIGEN DE CAMPO DE MAYO (08/08/1901)
La creación de Campo de Mayo como lugar de concentración de tropas y actividades castrenses fue una inciativa del Coronel PABLO RICHIERI, que presentada al Presidente JULIO ARGENTINO ROCA en 1890, fue inmediatamente aprobada por éste y ocupada como tal a partir de noviembre de 1901.
En 1897, el entonces coronel PABLO RICHERI ya de regreso de un dilatada misión que lo llevara a Europa, donde realizó la compra de armamento y visitó los más modernos centros de capacitación castrense de Francia, Bélgica y Alemania, siendo Director General de Arsenales de Guerra, le manifestó a sus superiores la necesidad de contar con una amplio campo para realizar maniobras e instruír a la tropa. “La impresión imborrable (diría en su informe), de su visita al famoso “Campo de Chalons” en Francia, de una 15.000 hectáreas de superficie, creado por Napoleón III, no lo dejaban apartar de la idea fija de crear algo parecido para nuestro Ejército”.
Había realizado un detenido estudio de los terrenos que en esa época formaban parte de los lugares que se conocían como el “Paso de Morales” y el “talar de Pacheco”, ambos sobre la margen izquierda del río de las Conchas y el Palomar de Caseros, sobre la margen derecha del mismo, pero su propuesta no prosperó, pero tres años después, ya General y como Ministro de Guerra deurante la presidencia de JULIO ARGENTINO ROCA en julio de 1900 renovó su propuesta, cuando el país enfrentaba una seria custión de límites con su vecino, el país hermano de Chile.
Pronto apareció el primer escollo: el presupuesto. Los exiguos $ 13.000.000 con que contaba el ministerio como Presupuesto, no le alcanzaban para afrontar las inversiones y gastos que insumiría la compra de los terrenos. Su pedido de que se le adjudicara un millon de pesos extras, fue desestimado pero en cambio, le hicieron la concesión de redactar un inciso especial y extraordinario en la reglamentación de la Ley que autorizaba la operación, mediante el cual, se lo autorizaba para hacer uso de los 13 millones de su Presupuesto a voluntad.
¿Qué hizo entonces RICCHERI? Destinó una partida de $ 2.400 mensuales para la compra de terrenos del futuro campo de maniobras. Esto apenas significaba $ 30.000 en un año, pero sintetizaba la base legal administrativa para que, ahorrando en todas las áreas, pudiera volcar en ese inciso los «sobrantes» y lograr de esa manera los fondos necesarios para cumplir con su propósito. Los ahorros se hicieron, tanto que a mediados de 1901, ya tenía ese sobrante de un millón de pesos en su presupuesto, que era lo que necesitaba para dar inicio a las gestiones de compra de los terrenos que necesitaba.
Por iniciativa del entonces diputado nacional Doctor MANUEL QUINTANA, el 8 de agosto de 1901 el Congreso sancionó la Ley 4005, que aprobaba las compras de las tierras hechas por RICCHERI, y creaba Campo de Mayo, denominación que tuvo origen en la costumbre europea de denominar campos a las grandes plazas de armas, y en recordación a la gesta de 1810.
La Compra de los Campos
La ley establecía que la tierra a expropiar, sumaría en conjunto unas 100 hectáreas. Sin embargo, las propiedades adquiridas cubrían una extensión de 2.426 hectáreas, lo que demandó una inversión de $ 1.227.920. Esos campos eran parte del típico paisaje pampeano, una inmensa e infinita llanura, con pocos árboles, animales sueltos y escaso tránsito de personas o vehículos.
En la época de la colonia, los Valdivia aparecían como los propietarios de esos terrenos recostados sobre el río de las Conchas, y en 1889, cuando se creó el partido de General Sarmiento, esos parajes pasaron a formar parte del nuevo distrito. Por aquel entonces, los terrenos ya se habían subdividido y se hallaban instaladas pequeñas estancias, propiedad de los Morales Maldonado, los Navarro y los Villamayor.
En 1901, se compraron 1.737 hectáreas más, llegándose a disponer de 4164 hectáreas en total para concretar el proyecto. Como esta vez, esas tierras pertenecían a 43 propietarios distintos, fue necesario realizar arduas negociaciones, cuyo desarrollo explicó RICCHERI más tarde diciendo: “Se buscaron para comenzar, dos propietarios, a quienes con razón se les debe atribuír generosidad y patriotismo, para alcanzar el fin buscado.
Éstos fueron el señor NORBERTO QUIRNO PIZARRO, dueño de la estanzuela “La Vida”, de unas 700 hectáreas, la más importante fracción destinada a formar el Campo y el Doctor ADOLFO GÓMEZ, a quien se le tomaba una fracción de la hermosa chacra que poseía en San Miguel.
Para ver al primero de esos señores, RICCHERI solicitó la intervención del General BARTOLOMÉ MITRE por quien, era sabida la devota adhesión que tenía el señor QUIRNO, que había sido su ayudante en las campañas de Cepeda y Pavón. Igualmente, solicitó el apoyo del entonces Vicepresidente de la República, Doctor NORBERTO QUIRNO COSTA, primo hermano del propietario.
Ambos apoyos fueron logrados sin limitaciones y el primer boleto de compra fue firmado por el señor QUIRNO al módico precio de cuatrocientos diez y siete pesos por hectárea, muy inferior por cierto al que se cotizaban las tierras de esa calidad y ubicación en aquella época. Con los restantes propietarios no fue tan fácil , pero finalmente se pudo concretar la operación.
Las Primeras Construcciones
Campo de Mayo era entonces, ya un hecho. Se designó al teniente coronel EDUARDO CONESA en el cargo de Intendente del campo y en noviembre de 1901 se instalaron las primeras tropas en la flamante guarnición: los Regimientos 4 y 8 de Caballería de Línea.
El primero vivaqueó en el sector SO del Campo, y el Regimiento 8 lo hizo en el predio que hoy ocupa la Escuela de Infantería. En ese entonces, las construcciones e instalaciones de Campo de Mayo se reducían a unos pocos edificios: la quinta del Ministro de Guerra, el antiguo Hospital Divisionario, el Molino Bancalari, un alojamiento de oficiales tradicionalmente conocido como “La Siberia”, la casa del intendente de Campo de Mayo y algunas viviendas de los antiguos moradores.
Las obras para dotar a la guarnición de nuevas instalaciones se iniciaron inmediatamente y así, en 1904, los cuarteles número 3 y 9 fueron ocupados por la Escuela de Aplicación de Clases, actualmente denominada Escuela de Suboficiales Sargento Cabral.
El 11 de diciembre de 1901 el Congreso sancionó otra Ley, la llamada “Ley de Organización del Ejército”, popularmente conocida como “Ley Riccheri”. En ella se establecían las Regiones Militares y cada una de ellas tenía que organizar una división de ejército que debía contar con campos de instrucción, polígonos de tiro y los cuarteles necesarios. La norma también ponía en vigencia el Servicio Militar Obligatorio. Así, pasaron a la historia los antiguos Regimientos de línea, constituidos por “enganchados” (ver Servicio Militar obligatorio)
En tanto, para la Navidad de 1901, la situación que catapultó la necesidad de adecuar un gran campo para laconcentración de la actividad castrense, es decir, la amenaza de guerra con Chile se diluía. El país vecino aceptaría el laudo arbitral inglés fuere cual fuere su decisión, a cambio de que Argentina no interfiriera en los conflictos que los trasandinos mantenían con Perú y Bolivia por las costas en el Pacífico.
Pero la reorganización ya estaba en marcha, y el último día de 1901 el teniente general NICOLÁS LEVALLE fue designado comandante de la Región I de Ejército, de la cual dependía Campo de Mayo. LEVALLE jamás aumió su cargo por razones de salud y en su reemplazo fue nombrado el General FRANCISCO REYNOLDS.
Durante los primeros años, el ritmo de crecimiento de la Guarnición Campo de Mayo, necesariamente debía ser explosivo. Un campo prácticamente pelado no podía alojar a la mayor concentración de tropas y actividades castrenses del país y estaba todo por hacerse. Si bien los alojamientos y depósitos eran necesarios, también lo eran y mucho más urgentes, la provisión de agua y de energía eléctrica, las instalaciones sanitarias y las comunicaciones.
Así fue que, en 1904, se construyó la gran torre- tanque de agua, que con su imponente altura y su capacidad para 300.000 litros, dominaba sobre el paisaje de la guarnición. En cuanto a la primera usina eléctrica, funcionó en un galpón de chapas, hasta que se construyó otro local de material dentro del perímetro del actual Comando de Institutos, y allí se mudó la usina en 1903.
Pero esta ubicación también sería provisoria ya que, contiguo al viejo puente construido por Sourdeaux en Paso Morales, el edificio y represa en el río de las Conchas que habían formado parte del Molino Bancalari, esperaban ese destino. Allí comenzó a montarse en 1905 una moderna usina eléctrica, que inauguró sus servicios en junio de 1908.
El primer Hospital en realidad no era tal. Durante los primeros años, los enfermos y heridos eran atendidos en una barraca: la “Barraca Epitalier”, que sólo tenía capacidad para 36 camas, aunque recibió el rimbombante nombre de “Hospital Divisionario”. En 1906 se comenzó a construir el verdadero Hospital, que fue habilitado 4 años después, relegando a la barraca a la función de mero depósito de material sanitario. Posteriores ampliaciones y refacciones dieron lugar, en 1934, al definitivo Hospital Militar de Campo de Mayo-
Este material ha sido extraído de la Revista “El Juglar”, un publicación que se editaba en Bella Vista, Partido de San Miguel, provincia de Buenos Aires, alla por 1990 y acerca de la cual, agradeceremos cualquier información que se nos pueda hacer llegar, porque deseamos incluír otros de los temas que trataban y que consideramos de interés público.
Hola,Me encantó leer esta reseña Histórica ya que soy una Autóctona y orgullosa Torcuatense,que toda mi vida viví a pocos metros del Predio Militar…y que hoy vemos tristemente como se están ubicando a su alrededor el CEAMSEIII San Martin y pronto una Planta Depuradora de Residuos Cloacales..y como Habitante cercana desconocemos su Impacto ambiental..y nos parece una bomba de Tiempo para todos .+ Para el Auto Barrio Villa San Jorge..y solo imaginar si realmente se hubiera concretado el Proyecto del exPresidente Mauricio Macri en Preservar el lugar como PARQUE AMBIENTAL. Y que los vecinos tuviéramos ese espacio para recreación …
Buen día. Con satisfacción recibí este posteo gracias a un amigo lector de la revista El Juglar, de la que he sido director propietario y editor durante los 10 años de existencia de esa revista. Además, he sido el autor de la nota de Campo de Mayo, que apareció en la edición N° 50, de octubre-noviembre del año 2001.
Actualmente, me desempeño como presidente del Archivo y Museo Histórico del partido de San Miguel. Ustedes dirán en qué puedo colaborar.