COMBATE NAVAL DE MARTIN GARCIA (11/03/1814)

El entonces Teniente Coronel de Marina Guillermo BROWN ataca frente a la Isla Martín García a una fuerza naval realista que el capitán JACINTO ROMARATE había desprendido del grueso de su flota que se hallaba en el Puerto de Montevideo para que desde ese emplazamiento dominara el Río de la Plata poniendo en dificultades el apoyo patriota al sitio de Montevideo comandado por RONDEAU.

Frustrado el ataque por la eficaz defensa llevada a cabo por los realistas, BROWN ordena la retirada para no sufrir daños mayores en su escuadra.

El 8 de Marzo de 1814, Brown había zarpado de Buenos Aires con una escuadrilla formada por el «Hércules», de 32 ca­ñones y 200 hombres de tripulación; el «Céfiro», con 18 cañones y 120 tripulantes, y el «Nancy», con 10 cañones y 80 hombres. Brown, con sus buques, cruzó frente a la Colonia del Sacramento y allí apostó hasta el día 10, cuando se le unieron las goletas «Julieta» y «Tortuga», y la falúa «San Luis».

Con estas fuerzas, el 11 de marzo atacó la Isla por la parte sur, que era donde estaba anclada la flota del capitán de navio JACINTO ROMARATE al mando de seis buques de guerra, con artillería muy poderosa, auxiliados por otros tres mercantes, armados también. Estos buques estaban todos en línea, amarrados de proa y popa y bien protegidos por dos piezas de gran calibre, puestas en batería, sobre un dique próximo.

Apenas dada la orden de abordar al enemigo, fue muerto el piloto del Hércules, lo que ocasionó la varadura del buque, que flameaba la enseña del comandante de la flota patriota.

Este contratiempo enardeció a los realistas, que intensificaron su respuesta con un fuego nutrido que resultaba muy certero a causa de la tranquilidad de las aguas.

A poco de haber varado el Hércules, un tiro de cañón, hecho desde tierra, mató al capitán SEAVERS dejando momentáneamente al barco sin gobierno y consternados a los marinos que la tripulaban. Entonces, el desaliento cundió en la escuadra patriota, cuyas unidades emprendieron precipitadamente la retirada, dejando a la capitana abandonada a su suerte y sin hacer caso de las señales que des» a bordo les hacía Brown.

El Hércules, quedó sirviendo de blanco al enemigo, hasta las diez del día siguiente (12 de marzo). Cuando a favor de la creciente, pudo flotar, tenía la obra muerta y el aparejo destruidos.

Recibió en el combate ochenta y dos impactos de bala y perdió cuarenta y cinco hombres de su dotación, entre ellos los capitanes SMITH y SEAVERS y el teniente STACY. De los supervivientes, cincuenta quedaron heridos de más o menos importancia.

Para evitar que el Hércules zozobrase, se tuvo que colocar, en cada agujero, una doble plancha de plome sobre lona alquitranada. Brown, que no se desanimó por el contratiempo sufrido, vengó su momentánea derrota, apoderándose más tarde de la isla el día 17 de ese mismo mes (ver Segundo Sitio de Montevideo).

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