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COMBATE DE SAN PEDRITO (06/02/1817)
El sargento mayor JUAN ANTONIO ROJAS vence a los realistas en el Alfalfar de San Pedrito, provincia de Jujuy.
El sargento mayor ROJAS, al frente de dos escuadrones de los «infernales salteños» que sitiaban al general español JOSÉ DE LA SERNA, que con su ejército estaba encerrado en Jujuy, consiguió un notable triunfo en un combate que sostuvieron a bala, sable, bolas y cuchillo contra fuerzas superiores en los potreros de alfalfa de San Pedrito, inmediato a la ciudad, donde habían salido a forrajear los sitiados.
En 1817, el ejército español, que después del desastre de los patriotas en Sipe-Sipe había vuelto a invadir las provincias del Norte, pero se hallaba en la más extrema situación. Envuelto por una verdadera nube de guerrillas, OLAÑETA, jefe de vanguardia de los realistas, se había visto obligado a encerrarse en Jujuy, esperando que de allí fuesen a sacarlo las fuerzas del virrey DE LA SERNA.
El 6 de febrero de 1817, un escuadrón de la caballería realista, apoyado por una compañía de infantería, salió de la ciudad para forrajear en los próximos alfalfares de San Pedrito. Una parte de los jinetes cortaba pasto en los potreros, mientras que el resto, con las armas en la mano y resguardados por un cerco, protegían la operación.
Sin saber cómo, de pronto, se vieron sorprendidos por dos escuadrones de los “infernales”, que al mando del sargento mayor ROJAS, los atacaban con ímpetu irresistible, “a bala, sable y cuchillo”, causando rápidamente la muerte de 100 de ellos y tomándolas siete prisioneros.
Mientras los infernales estaba ocupados en reunir las armas y efectos dejados en el campo por los vencidos, vieron llegar ante ellos a quince jinetes, tan vistosamente vestidos, que Rojas los tomó por un grupo de oficiales que venían a acompañarlos.
Pronto advirtieron que no era así. Era una partida de los famosos “Dragones de la Unión”, que al mando del capitán ARREGUI, venían en auxilio de sus camaradas abatidos y que sorpresivamente, cayeron sobre los hombres de ROJAS
Y tanto este bravo oficial, como sus soldados, mostraron que eran verdaderos valientes. Sólo él, luego de que cayeran casi todos sus soldados, contra todos los infernales, hizo prodigios de valor, muriendo de cara al enemigo, junto con once de sus compañeros.
El combate, que se había prolongado por espacio de dos horas, había llevado la alarma a Jujuy, de donde salieron dos columnas de las tres armas, para batir a ROJAS, pero éste, que ya había logrado su objetivo, se retiró en el mejor orden, sin llegar a ser alcanzado.
El combate de San Pedrito desalentó a los españoles, que a partir de ese momento, se aventuraron a salir de la ciudad, solo en gran número y aumentó el entusiasmo de los patriotas, que se hicieron más audaces en la guerra de partidas que tan eficaz resultó para la defensa del suelo patrio.