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ANCHORENA, Tomás Manuel de (1783-1847)
TOMÁS MANUEL DE ANCHORENA nació en Buenos Aires el 29 de noviembre de 1783. Descendía de una noble familia española natural de Gorella, que se había radicado en el Río de la Plata en el siglo XVII. y era hijo de Esteban de Anchorena y de Ramona López de Anaya.
Realizó sus primeros estudios en su ciudad natal y luego pasó a la Universidad de Charcas, donde en 1807 se doctoró en Leyes. Regresó a Buenos Aires para desempeñar un importante papel en el gobierno colonial de la ciudad.
A pesar de su corta edad, fue nombrado Regidor Mayor del Cabildo y ejerciendo ese cargo, a fines de 1809 adoptó una actitud que le valió que se lo dejara cesante y se lo desterrara: valientemente se pronunció por la causa de la Patria, oponiéndose al reconocimiento del Consejo de Regencia instalado en Cádiz.
Vuelto a Buenos Aires en 1810, tuvo activa participación en los sucesos que culminaron el 25 de mayo de ese año. Por asuntos de negocios, se trasladó al Perú, donde se encontró con MANUEL BELGRANO, a quien ayudó económicamente y acompañó como Secretario en su campaña con el Ejército del Norte en el Alto Perú, teniendo una valerosa participación en las batallas de Salta y de Tucumán, por lo que fue mencionado en el parte de guerra correspondiente..
De esa época han quedado constancias de la nutrida correspondencia que mantuvo con su hermano NICOLÁS, centrada en asuntos comerciales, pero con abundantes referencias y observaciones acerca de los hombres y los hechos que le tocó conocer rn aquella fatigosa e infructuosa expedición.
En 1816, fue nombrado Diputado por Buenos Aires ante el Congreso que se reuniría en Tucumán, y por cuestiones de salud, recién pudo incorporarse en mayo de ese año.
Tuvo luego en ese foro, una labor destacadísima, que culminó suscribiendo el Acta de la Independencia el 9 de julio. Fue partidario de la forma republicana de gobierno, siendo uno de los más ardientes defensores del sistema federal de gobierno como el más apropiado para la realidad política de estos territorios y se opuso tenazmente a las ideas de un gobierno monárquico. Cuando se dispuso el traslado del Congreso a Buenos Aires, se retiró e instaló su estudio en esta ciudad.
Su militancia en el grupo “antidirectorial”, no fue lo suficientemente clara como para evitar su injusto enjuiciamiento, cuando a raíz del triunfo de los caudillos federales en 1820, todos los miembros del Congreso, fueron sometidos a proceso por traición por haber planeado establecer una monarquía en el país.
Exculpado de tal cargo, en julio de 1820, era jefe del naciente Partido Federal y fue elegido Diputado por la provincia de Buenos Aires y apoyó la instalación de MARTÍN RODRÍGUEZ como Gobernador de Buenos Aires, pero en 1826, cuando BERNARDINO RIVADAVIA asumió la Presidencia y puso en marcha la política de centralización que culminó con la sanción de la Constitución unitaria de 1826, se declaró como un tenaz opositor.
En 1827, apoyó la gestión de MANUEL DORREGO, correligionario y amigo suyo, que era el nuevo Gobernador de Buenos Aires, pero también se alejó de él, cuando éste decidió proseguir la guerra con Brasil, a la que ANCHORENA se oponía, por considerarla un evento ruinoso para la economía de la Provincia.
Triunfante el golpe unitario del 1º de diciembre de 1828, que liderado por LAVALLE, logró derrocar a DORREGO, el 19 de diciembre de ese año, fue tomado como prisionero y alojado en el pontón “Río Bamba”.
Capturado este navío por la flota francesa que al mando del capitán VENANCOURT bloqueaba el Río de la Plata, ANCHORENA y su hermano NICOLÁS, rechazando el derecho de su presencia y de injerencia en los asuntos de su Patria, se negaron a aceptar la libertad, por lo que fueron trasladados a un buque de la flota inglesa que compartía el bloqueo con la flota francesa, de donde logró huir y luego refugiarse en Montevideo.
Este hecho, de valerosa actitud de respeto de los ANCHORENA, a la soberanía del gobierno provincial, estando a merced de sus enemigos unitarios, cuando llegó al conocimiento de LAVALLE, fue altamente valorado.
En 1829 fue Diputado ante la Legislatura de la provincia de Buenos Aires y actuó al frente del grupo federal que apoyaba a su pariente, JUAN MANUEL DE ROSAS.
En 1830 integró la Cámara de Apelaciones y a fines de ese año, fue nombrado Ministro de Relaciones Exteriores.y en ese carácter, el 4 de enero de 1831, suscribió el Pacto Federal. En 1832, enfermo de gravedad, se retiró de toda actividad pública aduciendo problemas de salud. En 1834 la Sala de Representantes le ofreció el cargo de Gobernador y Capitán General de la provincia de Buenos Aires, pero no lo aceptó y se retiró de la vida pública.
Dedicado a sus actividades privadas como exitoso abogado, integró varias comisiones como miembro de la Junta de Teólogos, canonistas y juristas, encargada de dictaminar sobre asuntos eclesiásticos.
Fue uno de los Directores argentinos del Banco fundado con fondos ingleses. Falleció en Buenos Aires el 29 de abril de 1847 y ROSAS dispuso Decreto que se le dispensaran altos honores fúnebres. Una calle de la ciudad recuerda su nombre y en el Museo Histórico Nacional se conserva su retrato al óleo.
(Fuentes consultadas “Nuestros próceres”, Raúl Rivanera Carlés, Serie Historia Argentina, editado por Liding SA, Buenos Aires, 1979; “Hombres de América”, Cupertino del Campo, editado por la Asociación de Difusión Interamericana, Buenos Aires, 1944; “Grandes Hombres de nuestra Patria”, Enrique Udaondo, editado por Ediciones Argentinas Julio Brunetti, Buenos Aires, 1946, “Crónica Argentina”, Autores varios, editado por la Editorial Codex SA., Buenos Aires, 1979; “Historia Argentina”, Fermín Chaves y Enrique Manson, Buenos Aires, 2004).