11/9/1835

Estando el General JOSÉ MARÍA PAZ soportando los horrores de su prisión en la Aduana de Santa Fe, fue avisado de una orden superior que lo conminaba a cumplir una nueva sentencia. Debía partir de inmediato, sin especificársele adónde. Cuatro años, cuatro meses y un día llevaba encerrado en esa prisión. Finalmente, la madrugada del 17 de agosto, el general Paz, escoltado por el capitán de Dragones MATÍAS DÍAZ, fue conducido al puerto de Santa Fe, donde lo esperaban su madre, doña TIBURCIA HAEDO DE PAZ, y su mujer, doña MARGARITA WEILD, quienes quisieron despedirse de él y anunciarle que esta última pronto iba a ser madre.

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