CURIOSIDADES DEL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA

Hasta el siglo XVI, el 70 por ciento de los que llegaron a América, fueron hombres. Muy pocas mujeres se animaban a venir y las pocas que llegaron, realizaron trabajos propios de los hombres y varias de ellas como ser BEATRIZ DE LA CUEVA, «la Sin ventura», quien fue esposa de Pedro de Alvarado y que a la muerte de este, asumió como gobernadora de la Provincia de Guatemala, ISABEL DE GUEVARA, INÉS SUÁREZ e ISABEL BARRETO, cumplieron roles de gran importancia en la conquista (ver El papel de las mujeres españolas en la conquista y colonización.

En América hubo un gran mestizaje y al principio, muchos españoles se amancebaron con mujeres nativas, pero no sucedió lo mismo con las españolas que llegaron. Hubo pocas de ellas que se unieron con aborígenes. El casamiento o el amancebaje mixto y para desalentar esta práctica, se dictaron leyes quitándole a los hijos mestizos, el derecho a heredar y ocupar cargos públicos. Cincuenta años después del descubrimiento, la Corona presionó los matrimonios de españoles con españolas y hubo españolas que se casaron tres veces en América.

Los únicos que trataron de aprender las lenguas de los nativos, fueron los misioneros Jesuitas s y ellos fueron también, los primeros en enseñarles el español, siendo los niños sus mejores alumnos.

La primera palabra indígena que se incorpora al español es canoa, luego incorporaron a su lenguaje palabras como bohío, huracán, guacamaya, guayaba, totuma, iguana, hamaca (a la que traducían como “camas con redes de algodón) aguacate y maíz.

La conquista, la esclavización y el rapto fueron experimentadas por muchas mujeres aborígenes ya desde antes de la llegada de los europeos, y por otro lado, no todas tuvieron que ser o aceptaron ser conducidas por la violencia a servir a los españoles (dixit Bárbara Pothast en el Capítulo 1 de su obra “Madres, obreras y amantes”).

Hubo muchos casos en los que la mujer indígena jugó papel importante en la conquista. LA MALINCHE (o MALINTZIN), fue una hermosa indígena que ofició de intérprete para HERNÁN CORTÉS y luego se convirtió en su amante y en su mejor aliada; la cacica colombiana GAITANA fue un símbolo de la resistencia indígena. En 1538, el capitán PEDRO DE AÑASCO quemó vivo al hijo de LA GAITANA y ella vengó la muerte de su hijo. Organizó a más de 12.000 indígenas y emboscó las tropas. Luego de apresar a DE AÑASCO, los indígenas le sacaron los ojos y lo castraron. En el Perú, algunas mujeres indígenas nobles, se casaron con españoles para conservar su estatus.

Durante los 200 años que duró la conquista y colonización de América, los indígenas pasaron de ser amos de la tierra a ser peones de los españoles. Vivían en pueblos aparte.

A partir de 1505, los españoles comenzaron a traer esclavos desde África y para evitar idolatrías africanas, sólo vinieron negros ya evangelizados, que eran considerados objetos y sus dueños podían comprarlos y venderlos y les definían, hasta con quién casarse y cuándo. Los esclavos fueron labriegos de valor insospechado y las zonas que más dependieron de ellos fueron el Caribe y el Perú.

Con la llegada de los africanos, se produjo entonces en América, el encuentro de tres mundos: el americano, el europeo y el africano, transformando costumbres, genética, identidades y características raciales (se dice que hasta en la música tuvo influencia y “la cumbia” y “el vallenato” son una muestra de ello, porque demandan para su ejecución, el acordeón europeo, la guacharaca indígena y la caja africana.

Antes de morir, en una de sus cartas, COLÓN planteó una teoría en la cual la Tierra tenía forma de pera, siendo la circunferencia de la Tierra, menor en los polos y que Asia se encontraba en el tallo,

En la Europa de esos tiempos, creían que los mares estaban llenos de sirenas y de fieras y después del descubrimiento, como creían ciegamente en la mitología griega – COLÓN era uno de ellos- pensaron encontrar antropófagos y amazonas. Aseguraban que aquí encontrarían monstruos enanos y gigantes, brujas y dragones y hasta personas con un solo ojo y cabeza de perro y en las primera crónicas, comenzaron a hablar de caníbales).

En el Libro I, Capítulo XII, página 191 de la obra “Cristóbal Colón”, edición monumental, de José María Asencio, editada por Espasa, en Barcelona, se lee: «En la nao Santa María enarboló el Almirante el pabellón real de Castilla y Aragón. En ella se embarcaron con Cristóbal Colón el alguacil mayor de la Armada Diego Arana, primo hermano de Da. Beatriz Enríquez, Rodrigo Sánchez de Segovia, inspector general o veedor por los Reyes y Rodrigo Escobedo, escribano real. Iba por maestre el dueño de la nave Juan de la Cosa y por piloto Sancho Ruiz, llevando también a bordo al físico de Moguer maese Alonso, al cirujano maese Juan y a 40 marineros más».

En el Libro I, Capítulo XII, página 192 de la obra “Cristóbal Colón”, edición monumental, de José María Asencio, editada por Espasa, en Barcelona, refiriéndose al número de tripulantes que hicieron el primer viaje, dice que: «Washington Irving, conciliando las opiniones que dan entre 90 y 120 los que llegaron en esa oportunidad, pone aparte a las personas que ejercían cargo y dice «también iba un médico y un cirujano con varios aventureros particulares, algunos criados y noventa marineros, total ciento veinte personas». En la parte de Aclaraciones y Documentos del Libro Segundo, en la página 545 y refiriéndose a los tripulantes que dejó Colón en La Española y que fueron muertos por los indios, lo que conoció cuando volvió a poblarla en 1493, señala: «No puede dejar de observarse que en la lista que hemos concluido, no aparecen cuarenta individuos sino cuarenta y uno; porque Navarrete no incluyó al médico maestre Juan y el Sr. Fernández Duro a éste pero pasó por alto a Francisco Vergara, natural de Sevilla, faltando uno de cada una de ellas» (ver Cristóbal Colón, sus viajes, sus médicos).

En el capítulo XVI, de “El descubrimiento de las Indias que hizo Cristóbal Colón”, del primer volumen de “La historia de las Indias y conquista de México”, obra de Francisco López de Gomara, publicada en 1552, se lee: “Colón prosiguió su camino, y luego vio lumbre un marinero de Lepe y un Salcedo. A otro día siguiente, que fue 12 de octubre del año de 1492, dijo Rodrigo de Triana: «Tierra, tierra», a cuya tan dulce palabra acudieron todos a ver si decía verdad; y como la vieron, comenzaron el Te Deum laudamus, hincados de rodillas y llorando de placer. Hicieron señal a los otros compañeros para que se alegrasen y diesen gracias a Dios, que les había mostrado lo que tanto deseaban. Allí viérades los extremos de regocijo que suelen hacer marineros: unos besaban las manos a Colón, otros se le ofrecían por criados, y otros le pedían mercedes.

Muchos creían que el perro había llegado con los españoles. Lo cierto es que en América ya existían desde 20.000 años A.C. Estudios genéticos indican que el perro llegó a América con el Homo sapiens hace alrededor de 11.000 años por el estrecho de Bering y que ya, en territorio americano, se fueron creando varios tipos de canes, los cuales pueden distinguirse como razas características de este continente.

Fuentes. “Los americanos anteriores a Colón”. Arturo Gutiérrez Carbó (Revista Todo es Historia Nº234); “Historia del descubrimiento y conquista de América”. Francisco Morales Padron, Ed. Gredos, España, 1990; “Historia Argentina”, Ediciones Océano, Barcelona, España, 1982; “Diccionario Histórico Argentino”. Ione S. Wright y Lisa M. Nekhom. Emecé Editores, Brasil 1994; “El enigma de Colón y los descubrimientos de América”. Juan Eslava Galán, Ed, Planeta, España, 2019; Wikipedia; «Historia de las Indias». Bartolomé de las Casas, Ediciones del Marqués de la Fuensanta del Valle, Madrid, 1875; “Colón descubrió América del Sur en 1494”. Juan Manzano, Academia Nacional de la Historia, Caracas, 1972; “Biografías y vidas”. La Enciclopedia Biográfica en línea; “Diario de viaje. Cristóbal Colón”, España, 2014.

 

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