HISTORIA ARGENTINA RESUMIDA (1492-1930)

En 1491 existía un enfrentamiento entre España y Portugal, interesadas ambas coronas en la comercialización de las especias que se producían en Asia, destino que imponía largos y peligrosos viajes a través de mares tempestuosos, infectados con piratas que frustraban la llegada a destino de la mayoría de sus embarques.

Pero en 1492, debido al genio de un navegante llamado Cristóbal Colón, surgió en medio de la “mar océanos, devoradora de barcos y poblada por genios malignos”, ese desconocido nuevo mundo que abriría nuevas rutas hacia las especias y que prometía el regalo de grandes riquezas en oro y plata para llenar las exhaustas arcas de la corona española.

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La conquista
Así llegan los primeros españoles y portugueses a América. Así llegan Américo Vespucio (1502), Núñez de Balboa (1513), Francisco Pizarro (1513), Juan Díaz de Solís (1514), Hernando de Magallanes (1519), Hernán Cortés (1521), García Jufré de Loayza (1526), Hernán Gaboto (1526) y Pedro de Mendoza (1536) y comienzan a surgir los hidalgos cuarterones, pero con ellos, también llega Castilla, el reino con más atraso de Europa, casi feudal, que traslada sus instituciones feudales a América.

La llegada de Vespucio hace que nazca el nombre de América para estas tierras recién descubiertas, Pizarro marchará hacia Lima, Solís descubre el Río de la Plata, Magallanes abre el camino hacia el Pacífico, Cortés conquistará el imperio Maya y Pedro de Mendoza funda un real que llama Puerto de la Santísima Trinidad del Buen Ayre, que algunos dicen fue la primera fundación de Buenos Aires y trae ganado que se reproduce en grandes cantidades.

Un grupo sube a Asunción del Paraguay donde se encuentra con aborígenes que conocían la agricultura (maíz, porotos, zapallo) y la ganadería de llama (que brindaba lana, medio de transporte y carga, carne y leche). El mestizaje de los españoles y estos grupos indígenas permiten el surgimiento del criollo.

Luego los españoles bajan por el Paraná llevando ganado, semillas y herramientas y en 1580 Juan de Garay funda Buenos Aires, y como muchos de los españoles que lo acompañaron, eran vascos como él mismo y Ortiz de Zárate, a estos territorios se los llamó Nueva Vizcaya.

En 1516, JUAN DÍAZ DE SOLÍS descubrió el Río de la Plata y más tarde HERNANDO DE MAGALLANES, en su célebre viaje de circunnavegación, recorrió las costas patagónicas y descubrió el estrecho que une los océanos Atlántico y Pacífico y que hoy lleva su nombre, en tanto que en 1516, SEBASTIÁN CABOTO penetraba en el interior del país por los ríos Paraná y Paraguay.

En 1521 se crea el virreinato de Nueva España y en 1542 el de Perú. Éste último abarcando aproximadamente el Imperio Inca, desde la actual provincia de Mendoza hasta Ecuador, del cual dependían todos los territorios ocupados hoy por la República Argentina y su capital era Lima, que pasó a ser así, el centro administrativo de la dominación española en América del Sur, quedando Potosí instalado como su centro económico.

En ese entonces, ya bien entrado el siglo XVI el territorio de lo que hoy es la República Argentina, estaba habitado por indígenas de escaso desarrollo cultural. En la región del noroeste se encontraban, entre otros, los diaguitas y calchaquíes; en el Chaco los chiriguanos, guaycurúes y tobas; en la Mesopotamia, los guaraníes, charrúas y agaces; en la pampa, los puelches, querandíes y pehuenches, y en la Patagonia, los tehuelches, patagones y los onas en la Tierra del Fuego.

En 1536 PEDRO DE MENDOZA llega a América y funda un asentamiento que sin llegar a ser ciudad, fue el origen de la ciudad de Buenos Aires (aunque muchos historiadores han logrado dejar firmemente instalada la versión que esa fue la “primera fundación de Buenos Aires) y a él lo seguirán Juan de Ayolas, Juan de Salazar (que funda Asunción en 1537), Domingo Martínez de Irala (que funda Asunción del Paraguay en 1541), Juan de Garay (que con todas las ceremonias y protocolos establecidos para ello, en 1580 fundó la ciudad de Buenos Aires, verdadero origen de la que ha llegado hasta nuestros días) y Álvar Núñez Cabeza de Vaca entre otros, procedentes directamente desde España, cruzando el océano Atlántico, para establecen colonias (ver Buenos Aires. Su primera fundación es un mito?).

Recordemos que luego de PEDRO DE MENDOZA, encabezando una corriente colonizadora que llegaba desde el Norte, vinieron Diego de Rojas (1543); Diego Gutiérrez y Toledo, Pedro de Heredia, que bajaron desde el Perú para explorar; Diego de Villarroel que funda San Miguel del Tucumán (1565); Jerónimo Luis de Cabrera, que funda Córdoba (1573); Hernando de Lerma, que funda Salta (1582); Ramiro de Velasco, que funda La Rioja (1591); Francisco de Argañaras, que funda Jujuy (1593).

Y que viniendo desde Chile, pasando la Cordillera de los Andes, por el Paso de Uspallata, llegaron Francisco de Aguirre, que traslada El Barco y la refunda con el nombre de Santiago del Estero (1553); Pedro de Mesa, que somete a los huarpes; Pedro del Castillo, que funda Mendoza (1561); Juan Jufré, que funda San Juan (1562) y Luis Jufré y Loaysa, que funda San Luis (1594).

La colonización
El total de la población indígena en el actual territorio argentino, a la época de la conquista, habría ascendido a alrededor de 300.000 habitantes, pueblos originarios que se concentraba principalmente en la actual zona de Cuyo, en las provincias del noroeste y en el centro del país (ver Aborígenes de la Argentina).

A llegar los europeos a Hispanoamérica, se encontraron con poblaciones fácilmente sometibles, con grandes zonas despobladas y con tierras que se caracterizaban por sus potenciales, aunque inexplotadas riquezas naturales y por los escasos vínculos comerciales que mantenía entre los pueblos que las habitaban.

Pronto la corona española se percatará de las posibilidades de obtener grandes riquezas de estas tierras recién descubiertas y la piratería y el despojo fueron entonces, los rasgos dominantes de las primeras etapas de la existencia de las colonias y hasta la creación del virreinato del Río de la Plata, lo fue el estricto y excluyente monopolio comercial que impuso la corona española, para su relación con ellas.

Primeros asentamientos
En el siglo XVI comienza la migración de españoles hacia América y pronto los seguirán los portugueses. Comenzaron a llegar a principios de ese siglo y se asentaron en el noroeste (Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Catamarca y Tucumán). Provenían del Perú e introdujeron en la región los cultivos y haciendas que habrían de desarrollarse posteriormente (trigo, algodón, caña de azúcar y la hacienda en pie). Paralelamente a las actividades agropecuarias se desarrollaron las artesanías (paños de algodón y lana, carretas, muebles) y la transformación de sub productos de la ganadería (sebo y cuero).

Algo más tarde, recién a mediados del siglo XVI comenzaron a llegar pobladores europeos a las regiones de Cuyo (Mendoza, San Juan y La Rioja) y del Centro (Córdoba y San Luis).

La principal actividad en la zona cuyana, eminentemente destinada para la subsistencia, era el cultivo de la vid y de los frutales y la producción de ganado bovino, ovino y caballar y en los núcleos urbanos se desarrollaban algunas artesanías (textil, metales, artículos de cuero).

En la región del Centro (Córdoba y San Luis), en cambio. la cría de mulas para las minas de Potosí, en el Alto Perú, trajo a la región cierta prosperidad, afianzada por el aprovechamiento de las haciendas cimarronas que se habían reproducido en la pampa partiendo de las primeras cabezas introducidas por los colonizadores y una actividad agrícola y artesanal, suficiente para su propia subsistencia y para satisfacer el reducido mercado local.

1776. Creación del Virreinato del Río de la Plata
En 1617 se creó la Gobernación de Buenos Aires, con lo cual quedó independizada de la jurisdicción de Asunción. A principios del siglo XVIII, Buenos Aires había aumentado su importancia, al punto que se la declaró capital del Virreinato del Río de la Plata, creado en 1776 y en el cual se incluyeron las regiones del Alto Perú, Paraguay y la Banda Oriental.

Pesaron sobre ello razones políticas y militares y, principalmente, el deseo de definir la secular cuestión de límites con Portugal en la región del Río de la Plata. El primer virrey, PEDRO DE CEVALLOS, llegó con una poderosa expedición, sometió a la Colonia del Sacramento y expulsó a los portugueses de la margen oriental del río de la Plata.

En junio de 1806 los ingleses se apoderaron de Buenos Aires, ciudad que en agosto de 1806, fue reconquistada por el pueblo bajo el liderazgo de SANTIAGO DE LINIERS y MARTÍN DE ÁLZAGA. Al año siguiente los ingleses repitieron su intento pero fueron nuevamente rechazados. El virrey SOBREMONTE, que había abandonado la ciudad durante el ataque para dirigirse a Córdoba, fue destituido por un Cabildo abierto y Liniers quedó encargado del mando.

A partir de entonces, una serie de hechos fueron conmoviendo el sistema político virreinal, como la segregación de Montevideo, que formó una Junta de Gobierno propio (1808), la asonada del 1o de enero de 1809, en la cual se intentó derribar a Liniers y las revoluciones de 1809 en Chuquisaca y La Paz.

La gesta de la emancipación
El propósito emancipador se fue definiendo lentamente y adoptó diversas formas: Protectorado inglés (1807); especie de Monarquía con la coronación de la princesa CARLOTA, esposa del regente Juan VI de Portugal (1808-1809), y constitución de Juntas de gobierno propio, a semejanza de las que se organizaban en España.

Esta última fórmula se impuso en el Cabildo abierto que se realizó el 22 de mayo de 1810, luego de conocerse la noticia de la caída de la Junta Suprema de Sevilla. La Junta que se nombró estaba presidida por el virrey Cisneros; sin embargo, ésta no era la solución que buscaban los patriotas, los cuales el día 25 de mayo impusieron una nueva Junta, presidida por CORNELIO SAAVEDRA.

El núcleo extremo de la opinión tendía al logro inmediato de la Independencia, en oposición al partido criollo moderado y al núcleo de reacción españolista. La personalidad dominante del primer núcleo fue la de MARIANO MORENO, Secretario de la Junta, que renunció a ella en diciembre de 1810. Sucesivas crisis políticas dieron como resultado la formación del Primer Triunvirato (1811), del Segundo Triunvirato (1812) y del Directorio (1814).

Confrontaciones internas
Identificando en sus orígenes a sus protagonistas, como “unitarios” a unos y como “federales” a otros, exponiendo las diferencias entre el centralismo porteño y los intereses de las provincias del interior, la confrontación entre hermanos fue avanzando en el tiempo y tomando luego distintos nombres, que en el fondo, representan el odioso antagonismo que ya desde aquella época, separa políticamente a los argentinos y se constituyó en una rémora insalvable del progreso y el desarrollo nacional.

El 22 de febrero de 1814, en El Espinillo, en proximidades de la ciudad de Paraná, provincia de Entre Ríos, se libró el primer combate entre estas dos fuerzas antagónicas y ya nada las detendrá en su aventura mesiánica, hasta que en 1880 el Congreso Nacional, declaró la federalización de la ciudad de Buenos Aires, dando así término a la controversia que los separaba, aunque hasta 1893 continuaron los enfrentamientos, ahora con otra impronta (ver Batallas y Combates en la Historia Argentina).

Día de la Bandera Nacional | Acercando Naciones

La Independencia
El llamado Congreso de Tucumán (1816), en el cual estuvieron representadas todas las provincias, a excepción de las del litoral, que respondían a la influencia del caudillo oriental JOSÉ GERVASIO DE ARTIGAS, declaró la independencia argentina el 9 de Julio de 1816.

ARTIGAS luchaba sin descanso contra el Directorio, oponiéndose a sus intentos de organizar el país bajo un régimen centralista o monárquica. Finalmente, en 1820 los caudillos del litoral derrotaron a las fuerzas del Directorio en Cepeda, batalla que significó la eliminación del gobierno nacional, pues a partir de entonces cada provincia asumió su propio gobierno.

Junto al problema de la organización política, surgió el de la lucha contra las fuerzas realistas. Los patriotas prepararon un ejército que marchó hacia el Alto Perú, pero fue expulsado de aquella región como consecuencia de la derrota de Sipe-Sipe (1815). En Salta y Jujuy los gauchos, al mando de MARTÍN MIGUEL DE GÜEMES, contuvieron el avance de los realistas, en tanto que en el Alto Perú caudillos locales también continuaban la resistencia contra los españoles.

La Argentina perdió para siempre el control sobre aquella región, con la cual en 1825 se constituyó la República de Bolivia. Otra expedición destinada al Paraguay, al mando de MANUEL BELGRANO, también fue rechazada (1811). El doctor FRANCIA, que se había destacado en Asunción, hizo del Paraguay una república autónoma, situación que fue reconocida por la Argentina en 1852.

En la Banda Oriental, Montevideo se convirtió en el centro de la resistencia realista contra los patriotas, en tanto que en la campaña, ARTIGAS sublevaba a los paisanos en favor de la Independencia. Montevideo capituló en 1814 y ARTIGAS se hizo cargo del poder, pero en 1816 los portugueses, en connivencia con el gobierno de Buenos Aires, que se oponía a los planes federales de ARTIGAS, invadieron la Banda Oriental y en 1820 derrotaron decisivamente al caudillo uruguayo.

Esta situación duró hasta 1825, en que la expedición de los Treinta y Tres Orientales, encabezada por JUAN ANTONIO LAVALLEJA, invadió desde Buenos Aires la Banda Oriental, obtuvo varios éxitos sobre las tropas brasileñas y proclamó la unión del territorio de la Banda Oriental al resto de las provincias argentinas, hecho que determinó el estallido de la Guerra Argentino-Brasileña (1825-1828).

A pesar de la definitiva victoria argentina en Ituzaingó, la guerra no se definió en el campo militar, sino en el de la diplomacia y dio por resultado la creación de un nuevo Estado independiente en aquel territorio: la República Oriental del Uruguay (1828).

Mientras tanto, el 6 de febrero de 1826, el Congreso resuelve crear el cargo de Presidente de la Nación para quien ejerza la jefatura del Ejecutivo Nacional y al día siguiente (7 de febrero de 1826), por 35 votos a favor y 3 en contra, elige a BERNARDINO RIVADAVIA, que acababa de llegar de Europa, para que ejerza el cargo de Presidente de la Nación.

En Cuyo, y con el propósito de definir por otro camino la lucha contra los realistas, el GENERAL JOSÉ DE SAN MARTÍN organizó un ejército con el cual cruzó la cordillera de los Andes y en una memorable campaña derrotó a los realistas en Chacabuco (1817) y Maipú (1818), con lo cual aseguró definitivamente la independencia de Chile.

Posteriormente trasladó su ejército al Perú y, después de apoderarse de Lima, declaró la independencia de este país (1821). En agosto de 1822, SAN MARTÍN tuvo su célebre entrevista con SIMÓN BOLÍVAR en Guayaquil, tras lo cual abandonó el escenario americano y dejó en manos de Bolívar la conducción de la última fase de la guerra por la emancipación.

Después de la guerra de la Independencia el federalismo se afianzó en todo el país no como un partido orgánico, sino por el predominio de caudillos que defendían la autonomía provincial enfrentando con éxito los intentos de los unitarios o centralistas. Dentro de este clima surgió en Buenos Aires la figura de JUAN MANUEL DE ROSAS, que dirigió la lucha contra los unitarios a la vez que paulatinamente sometía a los mismos caudillos provinciales a su influencia.

En la práctica ROSAS ejerció una verdadera dictadura, desde 1835 hasta 1852. Defendió con energía los intereses y la soberanía del país en los conflictos que tuvo con Francia (1838-1840) y con Francia e Inglaterra (1845-1850), potencias que bloquearon los puertos argentinos. Tuvo que afrontar luego numerosas sublevaciones internas, hasta que el gobernador de Entre Ríos, JUSTO JOSÉ DE URQUIZA, organizó una coalición en su contra, contando con el apoyo de Brasil y de la República Oriental del Uruguay, con cuyas fuerzas invadió la provincia de Buenos Aires y lo derrotó en la batalla de Caseros (1852), victoria que obligó a ROSAS a abandonar el país.

No obstante su triunfo sobre ROSAS, URQUIZA fue resistido en Buenos Aires y esta provincia se separó del resto de las provincias. Éstas, por su parte, celebraron el Congreso de Santa Fe, que sancionó en 1853 la Constitución Nacional y eligió a Urquiza presidente de la Confederación Argentina (1854-1860).

No tardó en estallar la lucha entre ésta y el Estado de Buenos Aires hasta que finalmente, BARTOLOMÉ MITRE derrotó en Pavón a las fuerzas que respondían al presidente SANTIAGO DERQUI, que había sucedido a URQUIZA en el gobierno de la Confederación.

La Organización Nacional
MITRE pudo imponer su autoridad en todo el país y fue elegido presidente de la República (1862-1868). Su gobierno, junto con el de DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO  (1868-1874), NICOLÁS AVELLANEDA (1874- 1880), JULIO ARGENTINO ROCA (1880-1886), MIGUEL JUÁREZ CELMAN (1886-1890) -que se vio obligado a dimitir, a raíz de la revolución de 1890-, CARLOS PELLEGRINI (1890-1892), LUIS SÁENZ PEÑA (1892-1895), JOSÉ EVARISTO URIBURU (1895-1898), nuevamente JULIO A. ROCA (1898-1904), MANUEL QUINTANA (1904-1906), FIGUEROA ALCORTA (1906-1910), ROQUE SÁENZ PEÑA (1910-1914) y VICTORINO DE LA PLAZA (1914-1916), fue de carácter liberal.

Durante este período, que se extiende desde 1862 hasta 1916, se echaron las bases de la Argentina moderna y tuvo lugar una profunda transformación económica y social del país, a lo que contribuyó el ingreso de muchos inmigrantes europeos y considerables capitales extranjeros.

La participación de la Argentina en la guerra de la Triple Alianza (1865-1870) no le significó ventaja alguna. Las fronteras del país quedaron definitivamente fijadas después de la conquista de la Patagonia y de la región del Chaco, que le fueron arrebatadas a los aborígenes.

En el año 1880, y tras superar una violenta situación, el presidente NICOLÁS AVELLANEDA promulgó la Ley por medio de la cual se federalizaba la ciudad de Buenos Aires, hecho que consolidó definitivamente la organización nacional. Hasta el final de esta época, los procedimientos electorales siempre habían sido los de la imposición oficial.

Con el fin de dar carácter representativo al sistema de gobierno, mediante el establecimiento del sufragio libre y universal, hacia fines del siglo XIX nació la Unión Cívica Radical, partido que contó con el apoyo de la creciente clase media. Sus principales jefes fueron LEANDRO ALEM e HIPÓLITO YRIGOYEN.

Después del fracaso de las revoluciones radicales de 1893 y 1905, el presidente ROQUE SÁENZ PEÑA, concluyó por sancionar la ley electoral de 1912, que lleva su nombre y por la que se impuso el voto secreto y obligatorio. En las elecciones que siguieron triunfó HIPÓLITO YRIGOYEN (1916-1922), quien realizó un gobierno progresista y neutral respecto del conflicto mundial de 1914-1918. Lo sucedió MARCELO TORCUATO DE ALVEAR (1922-1928) y luego fue electo por un nuevo período HIPÓLITO YRIGOYEN que gobernó hasta que un golpe de estado de tendencia conservadora, comandado el general JOSÉ FÉLIX URIBURU, lo derrocó el 6 de setiembre de 1930 (ver Historia argentina. Cronología).

Nada fácil fue llegar
Entre el 1º de agosto de 1806, fecha en la que tropas “argentinas” libraron su primer combate contra los invasores ingleses (1) y el 29 de setiembre de 1893, cuando bandos en pugna, se enfrentaron durante la revolución radical de ese año, pasaron 87 años.

Durante ese período, entre batallas y combates (2), dejando de lado los numerosos enfrentamientos menores que se produjeron, hemos podido registrar 829 episodios sucedidos (ver Batallas y combates en la Historia Argentina), ya sea durante las campañas contra los aborígenes, durante la guerra de la Independencia, contra invasores o potencias extranjeras o durante los años de crueles enfrentamientos entre hermanos (3), que se llevaron a cabo durante el siglo XIX, en los siguientes eventos:

1806-1807. Invasiones inglesas.
1810-1816. Expediciones Auxiliadoras al Alto Perú (Primera 1810-1812); (Segunda 1812-1814) y (Tercera 1815-1816); Expedición a Paraguay (1810), Expediciones a la Banda Oriental (1811y 1812); Primera invasión realista en el Norte (1811); Invasión realista a la Intendencia de Salta del Tucumán (1816); Invasiones Luso-brasileñas a la Banda Oriental (1811 y 1816); Comienzan los enfrentamientos internos (1814).
1816-1825. Invasión de Portugal a la Banda Oriental (1816); Campaña de Los Andes (1817); Comienza la confrontación con los aborígenes (1820-1887), Expedición Libertadora del Perú (1820); Segunda invasión realista por el Norte (1822); Tercera invasión realista por el norte (1822); Finaliza la lucha por la Independencia (1824).
1825-1828. Guerra con el imperio de Brasil (1825-1828).
1836-1839. Confrontación con Uruguay (1835); Guerra con la Confederación Perú-Boliviana (1836-1839).
1839-1852. Confrontación con Francia (1838-1840) y con Francia e Inglaterra (1845-1850); la “Guerra Grande” con Uruguay (1843-1851)
1852-1862. Confrontación entre la Confederación y Buenos Aires (1852-1862).
1865-1870. Guerra con Paraguay (1865-1870); Rebelión de los colorados (1867).
1870-1893. Rebelión de López Jordán (1870-1876); Revolución de Bartolomé Mitre (1874); Revolución de Carlos Tejedor (1880), Finaliza la confrontación con los aborígenes (1886); Revolución radical (1893); Finalizan los enfrentamientos internos (1893).

1). No debemos olvidar que, descartando los enfrentamientos que se produjeron entre los conquistadores españoles y los aborígenes durante la conquista, fue la batalla naval de Mbororé (lugar cercano al cerro del mismo nombre, ubicado en el actual municipio de Panambí, provincia de Misiones), librada entre nativos que habitaban en los territorios que luego quedaron integrando lo que hoy es la República Argentina, la que marcó el comienzo de la confrontación armada por la Independencia de estos territorios.

Ocurrió el 11 de marzo de 1641, y fue quizás, el primer enfrentamiento armado que se produjo en nuestro suelo patrio, entre dos fuerzas antagónicas. Por un lado, los guaraníes que habitaban en Mbororé, un pueblo de las Misiones Jesuíticas y por el otro, los “bandeirantes”, peligrosos aventureros portugueses que llegaban desde San Pablo (Brasil), para capturar esclavos y asaltar y destruír estos poblados nativos.

(2). Recordemos que ya es aceptado internacionalmente que “las guerras son entre naciones y tienen una duración mayor que las batallas; las batallas son entre soldados y son de una envergadura mayor que los combates por la mayor cantidad de efectivos, medios y trascendencia que las caracteriza. Finalmente, los combates son enfrentamientos entre los individuos que buscan dominar a sus oponentes y pueden estar o no regulados por leyes. Los enfrentamientos entre naves son designados como “Combate Naval” (ver en Youtube “Cuál es la diferencia entre guerra, combate y batalla” y otros espacios.

(3). Escenarios. En su obra, “Batallas entre hermanos”, Pablo Camogli anota, que solamente catalogados como “enfrentamientos entre hermanos”, hubo 680 episodios que se desarrollaron en los siguientes escenarios: Buenos Aires, 82 episodios; Entre Ríos, 59; Santa Fe, 43; La Rioja, 30; Córdoba, 30; Chaco, 25; San Luis, 16; Catamarca, 15; Mendoza, 15, Tucumán, 15; La Banda Oriental, 14; San Juan, 12; La Pampa, 10; Neuquén, 9; Santiago del Estero, 8; Salta, 8; Misiones, 7; Río Negro, 3; Chubut, 2; Jujuy, 2 y Formosa, 1.

Fuentes. «Historia de la Confederación Argentina». Adolfo Saldías, Ed. Americana, Buenos Aires, 1945;  “Historia Argentina”, Ediciones Océano, Barcelona, España, 1982; “Diccionario Histórico Argentino”. Ione S. Wright y Lisa M. Nekhom, Emecé Editores, Brasil 1994; “Actas Capitulares del Cabildo de Asunción del Paraguay (s.XVI)”. Osvaldo Vicente Cútolo, Buenos Aires; “Historia argentina que muchos argentinos desconocen”. Alonso Piñeiro; «Historia Argentina. Cronología». Marina Ivnisky, Monografía en  PDF;  “Historia Argentina sin mitos”. Juan Carlos Christensen, Ed. Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires, 1990; “Historia Argentina”, Ediciones Océano, Barcelona, España, 1982; “Historia Argentina”, Francisco Arriola, Ed. Stella, Buenos Aires, 1954; Historia argentina”, José Luis Busaniche, Ed. Solar, Buenos Aires, 1969; Historia Argentina”. A. Haber, Ed. Cesarini Hnos, Buenos Aires, 1952; Historia Argentina”. Diego Abad de Santillán, Ed. Tipográfica Argentina, Buenos Aires, 1965; Historia Argentina”. José María Rosa, Editorial Oriente S.A., Buenos Aires, 1981; Historia Argentina. La dictadura de Rosas”. Mariano A. Pelliza, Félix Lajouane Editor, Buenos Aires, 1894; Historia Argentina”. Ricardo Levene, Ed. Lajouane SRL, Buenos Aires. 1951; “Historia de la Argentina”. Vicente D. Sierra. Editorial Científica Argentina. Talleres Gráficos Dulau SRL, Buenos Aires; “Historia de la República Argentina”. Vicente Fidel López, Ed. Kraft, Buenos Aires, 1913; “Historia Integral Argentina”, Centro Editor de América Latina, 1970;“La Historia en mis documentos”. Graciela Meroni, Ed. Huemul, Buenos Aires, 1969; “Historia de la Argentina”. Ernesto Palacio, Ed. Peña Lillo, Buenos Aires, 1868; “Actas y Asientos del extinguido Cabildo y Ayuntamiento de Buenos Aires”. Manuel Ricardo Trelles, Ed. Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, 1885; “Breve Historia de los argentinos”. Félix Luna, Ed. Planeta, Buenos Aires, 1994

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