LAS LAGUNAS DE GUANACACHE

Las Lagunas de Guanacache, o Huanacache, conocidas también como Bañados de Guanacache, es un complejo integrado por las Lagunas de Guanacache, Desaguadero y del Bebedero que se ubica en el noreste de la provincia de Mendoza, al sudeste de la provincia de San Juan y al noroeste de la provincia de San Luis, en el centro de la región de Cuyo.

Lagunas de Guanacache, Desaguadero y del Bebedero - Wikipedia, la  enciclopedia libre

Comprenden un sistema de lagunas y bañados encadenados, alimentados por los Ríos Mendoza, San Juan y esporádicamente por los Desagües del Bermejo y que descarga sus aguas por el Río Desaguadero. Alcanza una extensión de más de 1.000.000 de hectáreas, incluyendo diversos tipos de humedales y ambientes de secano.

Cuenta con una rica diversidad biológica asociada al humedal y una comunidad local que alcanza a los 2.000 habitantes cuyas costumbres y tradiciones se vinculan históricamente a las lagunas, en la que residen en la actualidad 12 comunidades huarpes y pobladores criollos dispersos que se autodenominan “laguneros”.

Los primitivos habitantes del lugar pertenecieron al pueblo huarpe que se instalaron en la región desde el siglo VI aproximadamente, utilizando los diversos recursos que les ofrecían las enormes extensiones de agua, que aún entonces presentaban un régimen de alternancia, aumentando o disminuyendo su superficie en función de las lluvias, las estaciones del año o los deshielos, manteniéndose así un delicado, pero necesario equilibrio.

Que en el siglo XVI con la llegada de los españoles, se conservó ya que las comunidades huarpes que seguían habitando en el lugar, desarrollaban sus actividades sin alterar los recursos que le ofrecía el ecosistema, el avance de la conquista, decretó el despoblamiento de la región de las lagunas y un gran número de los primitivos habitantes fue destinado a las encomiendas y los emprendimientos rurales o mineros. Esta situación alteró de modo irremediable el equilibrio anterior entre la población y los recursos del ambiente.

Pero lo peor estaba por venir. Hacia las primeras décadas del siglo XX se iniciaron las construcciones de los grandes diques de Mendoza y San Juan, en el pedemonte mendocino, aguas arriba de los ríos de los cuales dependía el sistema de lagunas, produciendo, entre otros efectos, la emigración de la casi totalidad de los habitantes de la región, un problema bien y extensamente expuesto por DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO, en su obra “Recuerdos de Provincia”.

Pronto, debido a la indiferencia o la irresponsabilidad, como es el caso de los desvíos clandestinos, endicamientos o contaminación del río San Juan, los incendios provocados, la introducción de especies exóticas, las prácticas agrícolas o ganaderas descontroladas, etc. y la sobre explotación y el mal uso de las aguas de los ríos Desaguadero, Mendoza y San Juan, estos grandes “humedales” se fueron secando y hoy, solo en las temporadas de los grandes deshielos, los ríos que alimentan esos territorios, aumentan ostensiblemente su caudal y las Lagunas de Guanacache retoman sus niveles, nunca de antaño, pero sí suficientes para satisfacer las necesidades de su entorno.

1 Comentario

  1. Víctor cortes

    Cómo siempre el ser humano destruyendo todo a su paso sin medir consecuencias, siento vergüenza por todo el desastre que hicieron.todo por la conquista y los recursos naturales

    Responder

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *