LA CAMPAÑA DE CORSO DE HIPÓLITO BOUCHARD (1817-1819)

El 9 de julio de 1817, en el primer aniversario de la declaración de la Independencia, el Comandante HIPÓLITO BOUCHARD (imagen) partió desde el Puerto de Ensenada de Barragán, al mando de la fragata La Argentina, una nave de 468 toneladas, armada con treinta y cuatro cañones, cuatrocientos cincuenta tripulantes y provisiones para seis meses.

Iba con patente de corso otorgada por el Director Supremo JUAN MARTÍN DE PUEYRREDÓN y con instrucciones para navegar hacia el este, cruzando el Atlántico e interceptar navíos españoles en camino hacia las Filipinas.

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La historia de este barco y de los hombres que lo tripularon,  es digna de una novela de aventuras en la que no faltan enfrentamientos con piratas, combates en el mar, captura de buques enemigos y de tesoros y el contacto con reinos lejanos.

El Comandante BOUCHARD era un francés acriollado, corpulento y provisto de una gran nariz y una melena siempre revuelta, que por estas tierras pasó a llamarse Bouchardo. Combatió a los españoles junto a GUILLERMO BROWN y como botín de uno de esos enfrentamientos obtuvo la fragata “Consecuencia” que rebautizó “La Argentina”.

Al dejar la Ensenada, puso proa a Cabo de Hornos, arribando dos meses después a Tamatave, en Madagascar, donde cooperó con las autoridades británicas, que esperaban una corbeta de guerra inglesa, para combatir los buques negreros dedicados al inhumano tráfico de esclavos. Once días después reanudó el crucero en dirección el Estrecho de Sunda.

En esta travesía que duró un mes y medio, se debieron capear furiosos temporales, sofocar un incendio que se produjo a bordo y sufrir los efectos del escorbuto que afectó a su tripulación, provocando la muerte de muchos de sus integrantes.

El 7 de noviembre de 1817 ancló en la Isla Nueva, de la cabeza de Java, donde desembarcó a todos sus enfermos, llevándolos a tiendas de campaña instaladas en tierra, en una isla cercana al estrecho de Sonda.  Pocos días después, mejorada la gente y habiendo perdido alrededor de cincuenta hombres desde que saliera de Ensenada, puso proa a las Filipinas.

Al pasar por el estrecho Macasar, tuvo una extraña sorpresa. Cinco prahos malayos tripulados por piratas atacaron la fragata y trataron de abordarla. Luego de hora y media de lucha, los piratas fueron rechazados, resultando “La Argentina” con siete heridos, entre ellos, su primer oficial, el bravo SOMMERS y el primer teniente GRISSAC.

Siguió Bouchard con su buque hacia la Isla de Joló, donde después de refrescar víveres, tomó rumbo a Manila, en cuya zona actuó con eficacia, ya que en sólo dos meses, apresó y echó a pique 16 barcos españoles con importantes cargamentos. Destruido el tráfico español en ese punto, BOUCHARD puso proa al canal de los Galeones.

Frente al puerto de Santa Cruz, avista a un bergantín español al que ataca decididamente, trabándose en combate. En esta acción BOUCHARD pierde catorce hombres de su ya menguada tripulación, entre ellos el intrépido capitán SOMMERS, no obstante lo cual, logra apresar el bergantín y tres días después capturaba una goleta ricamente cargada.

Más adelante La Argentina se dirigió a interceptar la ruta comercial Manila-Pekín, sufriendo en la travesía, los efectos de un recio temporal y la pérdida de otros tres hombres de su tripulación, ya decididamente diezmada. Al llegar a la latitud 41º norte, debió cambiar el rumbo y dirigirse a las islas Sandwich, llegando a las tan ansiadas costas de Hawai.

Allí encontró la corbeta argentina “Santa Rosa”, cuya tripulación se había sublevado mientras navegaba frente a las costas de Chile, abandonando en tierra a la oficialidad para encaminarse hacia esas aguas con la intención de “piratear” en su propio beneficio, pero llegados a Hawai, habían preferido vender la nave al rey KAMEHAMEHA.

Enterado BOUCHARD de esto, se propuso recobrar la corbeta, castigar a los culpables y salvar la dignidad del pabellón. Para ello inició de inmediato conversaciones con el rey Kamehameha, las que después de varias incidencias y momentos de tirantez, fueron coronadas por el éxito, firmando BOUCHARD, en nombre de las Provincias Unidas del Sud, un tratado de amistad y comercio, con lo que el mencionado monarca fue el primero en reconocer la independencia de nuestro país.

BOUCHARD recuperó el barco y se le autorizó para castigar a los culpables de la rebelión, cuyo cabecilla fue pasado por las armas. Descansada la tripulación y renovados los víveres, junto con la Santa Rosa puso proa a las costas de California, donde tenía intenciones de dirigirse para atacar a la plaza española de Monterrey.

Llegado allí, después de las alternativas de un corto y encarnizado combate, el 23 de noviembre de 1818, logró vencer a los españoles y tomar luego esa plaza.

El parte de BUCHARD al respecto, expresaba con severo laconismo: “A las ocho horas desembarcamos, a la una y diez ya estaba en mi poder la batería y la bandera de mi patria tremolaba en el asta de la fortaleza”.

Después de permanecer un mes en las costas de la Baja California, puso rumbo a las de Centroamérica, llevando ataques a San Blas, Camamas, Sonsonate y Realejo, este último sólidamente fortificado y artillado y donde logró apresar dos barcos. Siguiendo su itinerario, el 12 de julio de 1819, exactamente a dos años de su partida,  llegó a Valparaíso .

Ni bien había desembarcado, BOUCHARD fue tomado preso y luego procesado por orden de COCHRANE (Jefe naval de la Expedición que preparaba San Martín para liberar al Perú de la dominación española). Permaneció detenido durante tres meses. Hasta que fue absuelto de los cargos que se le imputaban.

Ya en libertad, siempre al mando de la heroica fragata, juntamente con la “Chacabuco”, se incorporaron a las fuerzas que SAN MARTÍN preparaba para emprender su expedición libertadora al Alto Perú, gesta en la cual, “La Argentina” logró honrosos laureles para las armas de la Patria (ver La guerra de corso durante la guerra por la Independencia Argentina).

2 Comentarios

  1. E rique Gefman Martinez

    Marcha a Hipolito Bouchard.
    Letra contralmirante VGM Enrique German Martinez Marino Poeta y marinopoeta.com

    Marcha “Intrépido Bouchard Granadero de la mar”
    Letra: Enrique Germán Martínez –Contralmirante VGM
    Música: Guillermo Wehmann

    Al nacer en nuestro suelo
    esperanza y libertad,
    de la Francia tras sus sueños
    llega Hipólito Bouchard.

    Granadero en San Lorenzo
    se distingue con valor
    arrancando el rojo lienzo
    de su mano al invasor.

    Á la estirpe de la gloria
    bajo Patrio pabellón,
    desde el Plata a Polinesia
    testimonio del valor.

    Al nacer nuestro suelo
    esperanza y libertad,
    de la Francia tras sus sueños
    llega Hipólito Bouchard.

    Navegantes y guerreros
    heroísmo han de entregar,
    en antípodas y luego
    bravos “corsos” regresar.

    Honra y gloria a “La Argentina”
    y al intrépido Bouchard,
    desde el Plata los confines
    llevó el paño Nacional.

    Al nacer en nuestro suelo
    esperanza y libertad,
    de la Francia tras sus sueños
    llega Hipólito Bouchard

    Responder
  2. E rique Gefman Martinez

    Marcha a Hipolito Bouchard.
    Letra contralmirante VGM Enrique German Martinez Marino Poeta y marinopoeta.com

    Se encuentra en YouTube bajo estd nombre

    Marcha “Intrépido Bouchard Granadero de la mar”
    Letra: Enrique Germán Martínez –Contralmirante VGM
    Música: Guillermo Wehmann

    Al nacer en nuestro suelo
    esperanza y libertad,
    de la Francia tras sus sueños
    llega Hipólito Bouchard.

    Granadero en San Lorenzo
    se distingue con valor
    arrancando el rojo lienzo
    de su mano al invasor.

    Á la estirpe de la gloria
    bajo Patrio pabellón,
    desde el Plata a Polinesia
    testimonio del valor.

    Al nacer nuestro suelo
    esperanza y libertad,
    de la Francia tras sus sueños
    llega Hipólito Bouchard.

    Navegantes y guerreros
    heroísmo han de entregar,
    en antípodas y luego
    bravos “corsos” regresar.

    Honra y gloria a “La Argentina”
    y al intrépido Bouchard,
    desde el Plata los confines
    llevó el paño Nacional.

    Al nacer en nuestro suelo
    esperanza y libertad,
    de la Francia tras sus sueños
    llega Hipólito Bouchard

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