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LA CATEDRAL DE CÓRDOBA (1582)
Probablemente, la Catedral de Córdoba sea la obra arquitectónica de mayor relieve de nuestro período colonial y, por ende, una de las más importantes de América. Es la iglesia matriz de esa ciudad mediterránea y considerada como “La Cuarta Maravilla de Córdoba”, según el veredicto popular, expresado en una compulsa lanzada por el diario local “La voz del Interior”. Está ubicada ocupando una manzana al oeste de la actual Plaza San Martín (antes Plaza Mayor), tomando la esquina de las calles Independencia y 27 de abril de la capital cordobesa, al lado del Cabildo.
La obra fue comenzada hacia fines del siglo XVI, (en 1582), utilizándose medios y materiales muy precarios para erigir la que se conoció con el nombre de Capilla “Nuestra Señora de la Asunción”. El 1598 se decidió la contratación del alarife (albañil con mayor capacitación técnica), GREGORIO FERREIRA y del cantero JUAN RODR{IGUEZ para que la reconstruyeran, esta vez empleando piedras, ladrillos y cal, pero la construcción fue nuevamente muy deficiente y el 2 de octubre de 1677 el derrumbe del techo, provocó la muerte del cura párroco y del sacristán.
Nuevos intentos realizados en en 1687 y 1699 llevaron adelante las obras, con la dirección del arquitecto español JOSÉ GONZÁLEZ MERGUETE. Más tarde fueel arquitecto jesuita GIAN BATTISTA PRIMOLI quien diseñó un nuevo plano principal de la planta, adoptando el formato de “cruz latina”, típico de las basílicas, siguiendo el ejemplo de la Iglesia jesuítica “Il Gesú” de Roma.
En 1729 llegó a Córdoba el hermano coadjutor ANDRÉS BLANQUI, famoso arquitecto español autor de obras de importancia en Buenos Aires, entre las que se destacan el Cabildo de Buenos Aires, la Iglesia Nuestra Señora de la Merced, la Iglesia Nuestra Señora del Pilar, la estancia Jesús María en Córdoba y el pórtico de entrada a la Catedral Metropolitana y a él se debe el diseño y la construcción de la fachada.
Posteriormente, en 1750, fray VICENTE MUÑOZ dio término a la cúpula con “cimborrio” que corona la obra, elemento que expresa gran conocimiento técnico en su resolución.
El 18 de mayo de 1758 la Iglesia ya estaba prácticamente terminada. En 1787 se concluyó la instalación de las dos grandes torres- campanario y a fines del siglo XIX se instaló el reloj de la torre, obsequio de las administración del ferrocarriles ingleses. Concluyó así esta monumental obra, orgullo de la arquitectura colonial, rica en ornamentos y detalles típicos de la artesanía indígena, trabajos exquisitos que permitieron dotarla de una gran puerta de entrada, de una sillería para el Coro talladas a mano en cedro misoinero y un hermosísimo Altar Mayor,
La iglesia Catedral fue finalmente consagrada en 1784. Como consecuencia del largo tiempo que demandó su construcción, y los repetidos cambios en la dirección de las obras, el magnífico edificio muestra claramente la coexistencia de diversos estilos. La nave central que es angosta, con gruesos pilares y sólidos contrafuertes externos, señala la concepción española, un poco medieval de la obra.