EL ENIGMA DE GUAYAQUIL (27/07/1822)

Jamás se pudo saber con certeza lo que hablaron SAN MARTÍN y BOLÍVAR en el célebre encuentro que tuvieron en Guayaquil (Ecuador), el 26 de julio de 1822, aunque para los historiadores argentinos, el 29 de agosto de 1822, el general SAN MARTÍN le escribió a SIMÓN BOLÍVAR una carta donde le exponía sus opiniones acerca de lo tratado en ella y las razones de su renuncia y retiro del teatro de operaciones (ver Carta de San Martín a Bolívar en agosto de 1822).

Esa carta fue incluída (traducida al francés) por  GABRIEL LAFOND DE LURCY, en su libro «Voyages autour du Monde», y aunque su existencia y contenido jamás fue desautorizado por SAN MARTÍN, los voceros bolivarianos rechazan enfáticamente, no solo su contenido, sino que hasta dudan de su existencia y este es quizás, el eje de una controversia, hasta hoy no superada por Argentina y Venezuela.

De los próceres americanos, solamente SAN MARTÍN  y BOLÍVAR excedieron con su acción- Ios lindes del país en el cual nacieron y los aureola, así, un nimbo continental. Por eso es que Bolívar es tan argentino como San Martín es ve­nezolano. La Argentina, el Uruguay, el Paraguay v Chile, directamente o por reflejo, deben su independencia a San Martín.

En cambio, Venezuela, Colombia, México y Panamá, de igual manera, deben la suya a Bolívar. Perú, a la acción conjunta de los dos héroes continentales. Ecuador debe su vida independiente al Libertador argentino con la oposición de Bolívar, que valoraba a Guayaquil como parte de la Gran Colombia. Bqlivia, a su vez, la debe al libertador venezolano con la desaprobación de San Martín, que conceptuaba al Alto Perú como territorio de las Provincias Unidas. Ambos equilibran su gloria sin par y les realza el hecho histórico de que los dos, habiendo podido hacerse coronar monarcas, lo evitaron irrevocable y cristianamente”.

Los dos grandes capitanes de la emancipación sudamericana, el 26 de junio de 1822  realizaron una cita amistosa, conocida con el nombre de “Entrevista de Guayaquil”, que es el hecho histórico de mayor trascendencia en toda la historiografía concerniente a la gesta revolucionaria de’ la América insurrecta.

Parecía, destinada a buscar un acuerdo para la-definitiva estabilización de la independencia, pero se presenta ya sea rodeada de misterio y de enigmas, o se admite, sencillamente, que de ella salieron un triunfador, que lo fue Bolívar, y un vencido, que resultó ser San Martín.

Respaldaría esta tesis errónea,  la circunstancia de que, después de su encuentro con BOLÍVAR, el general SAN MARTÍN, apresurando la terminación de sus tareas en el Perú, abandonó su carrera militar y política y se refugió en la penumbra del renunciamiento. Pero hay otros contenidos que demuestran que esto no fue así.

Y para tratar de hacer más claro este hecho de trascendencia continental, nos permitimos reproducir algunos párrafos de una conferencia que a solicitud del Centro de Estudios Económicos y Sociales de la República Argentina diera el historiador EDUARDO L. COLOMBRES MÁRMOL, desarrollando el tema: «San Martin en América. Su renunciamiento».

En apretada síntesis, diremos que analizó el tema, matizando su exposición con agudas observaciones, exhibiendo facsímiles de los escritos de la época que se refieren a ese acontecimiento y los que se han publicado a través del tiempo transcurrido. Se detuvo particularmente en el libro de GABRIEL LAFOND DE LURCY, «Voyages autour du Monde», publicado cuando todavía vivía San Martín, diciendo que “en esa obra se dio a conocer, por primera vez, traducido al francés, el «texto completo de una carta de SAN MARTÍN a BOLÍVAR escrita en Lima el 29 de agosto de 1822 (1), donde el Libertador argentino explica al venezolano el motivo de su retiro de toda actividad pública.

SAN MARTÍN jamás desmintió la paternidad de esta carta y fundamentándose en ella, Mitre desarrolla la tesis argentina sobre lo tratado en la entrevista famosa y estructura la “teoría del renunciamiento”.

Pero en 1905 se descubre en los archivos de Bogotá,  la “Memoria” que el 29 de julio de 1822 escribió, bajo el dictado de BOLÍVAR, su secretario JOSÉ GABRIEL PÉREZ, es decir, dos días después de la conferencia y como esta versión es distinta a la expuesta por SAN MARTÍN en la citada carta, surge y toma forma la tesis bolivariana, sobre lo que habría ocurrido en esta histórica entrevista, en abierta oposición a la tesis argentina,  sostenida por quien fuera Ministro de Relaciones Exteriores de BOLÍVAR, el doctor  JOSÉ MANUEL RESTREPO y otros voceros bolivarianos (DANIEL F. O’LEARY, TOMÁS CIPRIANO DE MOSQUERA, el general TOMÁS HERES, el coronel MANUEL ANTONIO LÓPEZ), que rechazan la autenticidad y aún, la existencia de dicha carta.

Tanto el juicio acerca de la personalidad de San Martin, así como la información sobre lo ocurrido en la Entrevista de Guayaquil, han pasado desde entonces, por varias etapas de un largo proceso, hasta que en 1940 apareció la obra del doctor COLOMBRES MÁRMOL (padre del conferenciante), que fue embajador en el Perú.

En ella, presentó nuevos documentos, esta vez,  quizás definitivos  (cartas de San Martín al mariscal Ramón Castilla y al general Guillermo Miller, testimonios de los generales  Enrique Martínez, Rudecindo Alvarado y Tomás Guido, Juan Manuel Iturregui, Mariano Balcarce y Domingo Faustino Sarmiento entre otros), y establece claramente la existencia de dos núcleos representativos de las dos corrientes historiográficas. Son ellos el Ministro de Relaciones Exteriores de BOLÍVAR, JOSÉ MANUEL RESTREPO  y el historiador argentino, general BARTOLOMÉ MITRE.

Uno, impugnando la carta de SAN MARTÍN a BOLÍVAR, sostiene que en Guayaquil, SAN MARTÍN se manifestó incapaz para continuar con alguna posibilidad de éxito, la campaña libertadora del Perú  y frustrado en sus pretensiones de anexar Guayaquil al Perú, prefirió retirarse, dejando a cargo de Bolívar la finalización de las operaciones libertadoras.

El otro, MITRE, habla del renunciamiento de SAN MARTÍN, que habiendo comprobado la poca disposición de BOLÍVAR para desprenderse de las fuerzas que serían necesarias para definir la campaña y comprendiendo los peligros del doble comando que le proponía BOLÍVAR, cuya personalidad y ambiciones le eran inaceptbles, prefirió retirarse, dejando expedito el camino hacia la gloria y el poder que pretendía el general venezolano.

RESTREPO encabeza la  falange histórica bolivariana y es su más alto y respetable exponente. MITRE tipifica la orientación sanmartiniana y es el más documentado, imparcial y completo historiador del prócer. Citó el doctor Colombres Mármol a otros diversos historiadores de relieve, incorporados a una u otra tendencia, y leyó la carta de SAN MARTIN glosando sus diferentes párrafos, afirmando que el Libertador venezolano no creyó sincero el desprendimiento y rechazó la sumisión, de San Martín.

Por qué la carta, es el origen de la controversia?.
La carta que SAN MARTÍN le escribiera a SIMÓN BOLÍVAR el 29 de agosto de 1822, poco menos de un mes después de la entrevista que mantuvieran, desde Lima, Perú, fue reproducida (traducida al francés), por LAFONT en su libro «Voyages autour du Monde»  y en 1844, en París, JUAN BAUTISTA ALBERDI difunde la misma carta, pero esta vez en su idioma original (castellano) y se perciben algunas diferencias entre ambos textos, debido quizás a su transferencia de un idioma a otro, lo que plantan una sospecha en Venezuela.

En 1905, cuando aparecen la “Memoria” dictada por BOLÍVAR el 29 de julio de 1822 a su Secretario, la sospecha inicial,  montada en un deseo de reivindicación patriótica, se transforma en rechazo absoluto de la autenticidad de la famosa carta y en el convencimiento que todo fue un invento de los argentinos,  para denostar al héroe nacional venezolano y encumbrar a su prócer ante la opinión del mundo (ver La entrevista de Guayaquil))

Cuál es la verdad?. Qué fue lo que realmente pasó en esa histórica entrevista?. Qué dijeron SAN MARTÍN y BOLÍVAR y a que conclusión llegaron?. SAN MARTÍN dejó escrito lo que pasó en una carta que le dirigió al mismo BOLÍVAR y éste, hizo lo propio, dictándole a su Secretario, lo que creía debía constar en sus “Memorias”. Indudablemente alguno de los dos cometió el error de tergiversar los hechos, en beneficio de su imagen y su prestigio. Los argentinos creemos que fue BOLÍVAR; los venezolanos creen que fue SAN MARTIN.

Todos creemos tener la razón y acopiamos documentos, citas y testimonios para avalar nuestra posición. Pero quizás inhabilitados por un enceguecedor  patriotismo, otorgando significados distintos a unas mismas palabras y actitudes, leyendo entre líneas lo que sólo ellos pueden leer y acreditando o no, credibilidad a testigos y “opinólogos”, recusados por la otra parte, quienes debían traernos la luz acerca de este acontecimiento histórico, sólo han traído tinieblas.

Porque indudablemente alguna de las dos “verdades” no es tal. O quizás, las dos sean la verdad interesada de cada una las partes y ninguna sea la verdad, porque como decimos siempre: “la única verdad, es la realidad” y lo que creamos o no los argentinos y los venezolanos sobre lo que sucedió en Guayaquil, nadie podrá negar la grandeza de esos dos colosos de la Independencia Hispanoamericana.

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