25/8/1811

PUEYRREDÓN PONE A SALVO LOS CAUDALES PÚBLICOS. Llegados a Potosí, sosteniendo contínuas escaramuzas y combates con el enemigo que los perseguía, “con constancia admirable”, ante lo endeble de esta nueva posición y la escasa disponibilidad de tropas que podían garantizarle el éxito necesario, los mandos patriotas deciden continuar la marcha hacia la ciudad de Orán. Pero antes, JUAN MARTÍN DE PUEYRREDÓN, Presidente de Charcas, quizás el único de los involucrados en el desastre de Huaqui, que mantuvo la calma en tan aciagas y desesperadas jornadas, se hace cargo de las armas disponibles y de los caudales que estaban depositados en la Casa de la Moneda y en el Banco de Rescates de la ciudad, ya que pertenecían por derecho de sucesión, al gobierno de Buenos Aires y estimando que no era posible defender esa posición del demoledor avance del enemigo y ante la magnitud del desastre, pero sobre todo, ante el pánico general, incontenible y paralizante que afectaba a sus tropas, resolvió retirarse como único medio de salvar los bienes y pertenencias del Estado, comprometidos y en peligro de captura por parte del enemigo, coincide con Balcarce en que se hace necesario dirigirse a Orán, para hacerse fuertes allí. PUEYRREDÓN toma entonces las medidas necesarias para poner a buen recaudo esos bienes y para ello, protagoniza una acción que es una de las páginas más dramáticas de nuestra Historia. Sorteando innumerables peligros, acechanzas y traiciones, combatiendo sin descanso, jugando su propia vida no sólo en combate, sino ante el peligro oculto del enemigo emboscado aún en sus propias filas, llegó por fin a Orán y mientras Balcarce dispone sus tropas para detener el avance del enemigo, PUEYRREDÓN continúa su marcha hacia Buenos Aires, llevando estos importantes caudales salvados de las realistas y que fueron preciosa ayuda en la lucha por la libertad.

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