LÓPEZ Y PLANES, ALEJANDRO VICENTE (1784/1856)

Abogado y compositor, VICENTE ALEJANDRO LÓPEZ Y PLANES, nació en Buenos Aires el 4 de mayo de 1784. Hijo de Domingo López, oriundo de Asturias, y de doña Catalina Planes.

Autor del Himno Nacional, marcha patriótica que fue elegida por la Asamblea General Constituyente de 1813 en la sesión que ésta celebró el día 11 de mayo de dicho año, adoptándola como canción de la Patria, “el monumento más duradero de la Revolución  de Mayo de 1810″ como lo calificara BARTOLOMÉ MITRE.

Fue además, un hábil político, gobernante de fuste, juez, diputado y poeta. Hizo sus estudios primarios y preparatorios en las escuelas de su ciudad natal, siendo luego uno de los alumnos sobresalientes del Real Colegio de San Carlos, en donde estudió Filosofía con el doctor Valentín Gómez, y Literatura con un señor Fernández, que supo infundir en el alma de sus discípulos un profundo amor por las letras y la música.

En 1804 instaló un comercio de géneros y artículos de uso común, pero dos años más tarde, con motivo de la primera invasión inglesa, se alistó en el Regimiento de Patricios. Durante la segunda invasión fue ascendido a capitán. Además se le confió el mando de la Batería Abascal. En esa época escribió “El triunfo argentino”, un canto a la defensa de Buenos Aires durante la invasión inglesa de 1807.

En 1808 abandonó sus actividades comerciales para trasladarse a Chuquisaca, donde se graduó en Derecho. Regresó a Buenos Aires y participó actívamente en las actividades preparatorias de la revolución que estallaría el 25 de mayo de 1810, para liberar a estos territorios del yugo español. Fue de los más activos y entusiastas colaboradores de Rodríguez Peña, y después, ya triunfante la Revolución, fue miembro distinguido del partido morenista y adalid entusiasta de la Sociedad Patriótica y de la Logia Lautaro.

En 1811 se le confió el cargo de Secretario de Gobierno durante el primer Triunvirato y acompañó, en calidad de Secretario, al auditor del ejército del Alto Perú, Hipólito Vieytes, puesto al que renunció a los dos meses de su nombramiento. En 1813 fue elegido, con Valentín Gómez, Hipólito Vieytes y Julián Pérez, Diputado ante la Soberana Asamblea que se realizó ese año. “En el progreso de sus sesiones —dice Mariano Pelliza— este cuerpo deliberante encargó a varios de sus miembros, y entre ellos a Fray Cayetano Rodríguez, poeta consagrado, la composición de un Himno guerrero destinado a celebrar los triunfos de la revolución.

Estaba a punto de aceptarse el trabajo presentado por este vate, cuando llegó a la Asamblea un rumor popular, que aplaudía unas estrofas compuestas por el diputado López. Ese pueblo de las plazas, que iniciara la Revolución de Mayo, sabía ya de memoria y recitaba con entusiasmo aquel feliz esfuerzo de la inspiración. La Asamblea se adhirió a este veredicto popular y la obra del doctor LÓPEZ Y PLANES, por voto unánime de los asambleístas en la sesión del 11 de mayo de 1813, quedó aclamada como “Canción de la Patria”,  con obligación de ser cantada en todos los actos públicos que se realizaran.

Después de la caída de Alvear y de la disolución de la Asamblea, en abril de 1816 fue designado Secretario del general ANTONIO GONZÁLEZ BALCARCE y luego, en mayo de ese mismo año,  Ministro de Gobierno con PUEYRREDÓN, cargo al que renunció para poder ocupar una banca en el Congreso que se reunión en Tucumán, representando a su provincia. En 1822, se hizo cargo de de la cátedra de Economía Política en la Universidad de Buenos Aires y fundó el Departamento Topográfico y el Registro Estadístico.

En 1827, cuando renunció a la presidencia de la Nación BERNARDINO RIVADAVIA, fue elegido para reemplazarle en calidad de interino pero rechazó esta postulación por considerarse incompetente para ejercer tan alto cargo, pero su renuncia se trató sobre tablas, resolviéndose no admitirla.

Ante aquella insistencia, debió aceptar el nombramiento, haciéndose cargo de la presidencia del país el día 7 de julio de 1827. Pero la anarquía del año 20 había arruinado la obra de RIVADAVIA que López y Planes intentaba continuar y eso impuso la reorganización del gobierno de Buenos Aires y al mes de haber asumido, fue reemplazado por MANUEL DORREGO, dando comienzo a los dolorosos sucesos que a partir de 1829, sobrevendrían, cuando el poder pasara a JUAN MANUEL DE ROSAS.

Durante el gobierno de ROSAS fue miembro del Superior Tribunal de Justicia y atendió funciones en el ministerio de hacienda y de relaciones exteriores, pero enfrentado con los elementos porteños opositores a URQUIZA, se vio forzado a renunciar. Luego de la caída de Rosas en Caseros, el 13 de mayo de 1852, López fue nombrado por el general URQUIZA,  gobernador de la provincia de Buenos Aires y el 20 de ese mes, fue invitado por éste para concurrir a la reunión de gobernadores que se realizaría en San Nicolás, en busca de una definitiva organización nacional.

Delegó el mando en el presidente de la Legislatura, general Pinto y participó en este foro, siendo por lo tanto uno de los signatarios del Acuerdo logrado en esa ciudad.

Regresó a Buenos Aires el 14 de junio y reasumió el mando hasta que el día 23 de ese mes , producido el rechazo de la Legislatura de Buenos Aires a este Acuerdo y agraviado por expresiones de la oposición, renunció a su cargo. Nombrado por el general Urquiza nuevamente dos días más tarde, sólo permaneció en el gobierno hasta el 23 de julio, en que presentó su renuncia por segunda vez, que fue aceptada el día 25, asumiendo el cargo interinamente, el general PINTOS, Presidente de la Legislatura.

Retirado a la vida privada, falleció, en la Capital Federal el 10 de octubre de 1856, a los setenta y un años de edad. “El nombre de Vicente López pasará a la más remota posteridad como un ejemplo de acrisolado civismo y de sencillez republicana: el recuerdo de sus virtudes fortalecerá los corazones en los días de zozobra para la patria, y retemplará los espíritus vacilantes”. Su obra literaria está impregnada de sentimiento patriótico, lo que la destaca entre las de su época.

Es autor, además del “Himno Nacional Argentino” ya mencionado, de “El triunfo argentino”, canto a la defensa de Buenos Aires durante la invasión inglesa de 1807, y “Oda a las delicias del labrador”, que publicó en 1810. Dijo B. González Arrilli que narrar su vida, compleja, larga, limpia, seria escribir la historia laboriosa de nuestra patria desde sus primeros años.

Falleció el 10 de octubre de 1856. De él se ha dicho que era el monumento más duradero de la Revolución Argentina.  “El nombre de Vicente López pasará a la más remota posteridad como un ejemplo de acrisolado civismo y de sencillez republicana: el recuerdo de sus virtudes fortalecerá los corazones en los días de zozobra para la patria, y retemplará los espíritus vacilantes”.

Hasta ahora se había dado como nacido el 3 de mayo del año 1785, pero a raíz de una publicación aparecida en el diario La Nación, el 23 de junio de 1959, se debe adoptar la que aquí consignamos (4 de mayo de 1784) y poner fin a la controversia acerca de la fecha de nacimiento de VICENTE LÓPEZ Y  PLANES.

Nos remitimos a lo expresado por el Profesor y Académico Ricardo Piccirilli, ante una consulta realizada por alumnas del sexto grado a cargo de la señorita Leonie Seuyeux de la Escuela Nº 3, del Consejo Escolar XVII, respondió que: “Los datos que aquí se explayan pertenecen a la nueva ficha del Diccionario Histórico Argentino (segunda edición), próximo a ser editado y ella, a manera de primicia, se les da a conocer a ustedes ajustada a datos insospechables emanados de documentos de la época. López y Planes, Alejandro Vicente.

Los padres del autor del Himno Nacional fueron don Domingo López, español, y doña María Catalina Planes, criolla. El 9 de mayo de 1784 (nueve de mayo de mil setecientos ochenta y cuatro), el presbítero Juan Nepomuceno Solá bautizó y puso óleo a Alejandro Vicente, nacido de cinco a seis días, y fueron padrinos de la ceremonia don Lucas de Mora y doña Francisca de Espinosa; según existe de todo constancia en la parroquia de La Merced, libro 15, folio 306, vuelta.

Don Vicente contó con varios hermanos, entre ellos pueden citarse a Gregoria Vicenta, nacida el 12 de mayo de 1786; Hilario Miguel, venido al mundo el 20 de febrero de 1788, y Mariano Francisco, que vio la luz el 22 de julio de 1189. Por lo demás, la biografía corre como aparece en el diccionario.”

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