EL GAUCHITO GIL

 

 

 

 

 

ANTONIO PLUTARCO MAMERTO GIL NÚÑEZ, el “gauchito Gil”, vivió a mediados del siglo XIX en la zona de Mercedes, provincia de Corrientes. Hombre corajudo, se destacaba por su mirada penetrante, filosa, que destellaba como un cuchillo al sol. Era un Robin Hood correntino que robaba a los ricos y ayudaba a los pobres.

Una tarde, cuando regresaba a su rancho en Mercedes, después de pasar un tiempo en Paso de los Libres, GIL y quienes lo acompañaban, fueron rodeados por una partida de policías, que apuntándoles con sus armas, les ordenaron echarse cuerpo a tierra.  No pudieron escapar y de inmediato los ataron de pies y manos a todos.

A Gil lo colgaron de los pies, cabeza abajo, y lo degollaron. Así, es como se cuenta la historia, que es ratificada por FEDERICO RAINERO en su libro “La Cruz Gil”, una obra donde se desarrolla la vida, penurias y milagros que se le atribuyen a este “santo popular.

Se dice que en esa oportunidad, antes de ser  sumariamente ajusticiado, GIL  le dijo al jefe de la partida: «Te digo algo compadre: cuando llegués a Mercedes, junto con la orden de mi perdón, te van a informar que tu hijo se está muriendo de mala enfermedad.

Como vos vas a derramar sangre inocente, invocá mi nombre para que interceda ante Dios por la vida de tu hijo». La partida llegó a Mercedes y el jefe del grupo, efectivamente, como se lo había presagiado GIL,  recibió la noticia de que su hijo se estaba muriendo.

Desesperado, el hombre hizo lo que le había dicho Gil, y entre sollozos, le pidió a su alma que salvara a su hijo. Cuentan que milagrosamente el chico se curó enseguida y que el policía levantó una cruz en el lugar donde había degollado al «gauchito», dando así comienzo la leyenda del “gauchito Gil”.

 

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