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CAFE SAN BERNARDO (1912)
El Café San Bernardo, un ícono del barrio de Villa Crespo, abrió sus puertas en 1912 y durante muchos años fue un espacio reservado sólo para hombres, que escuchaban tangos, mientras la “victrolera”, única mujer a la que era permitido estar allí, pasaba discos de pasta en un altillo oculto a la vista de los parroquianos.
En 1920 se rompió esa regla (aunque no tanto). Paquita Bernardo, la célebre tonadillera, vestida de varón, debutó tocando el bandoneón y pasó a ser la primera bandoneonista argentina. Pero las cosas fueron cambiando. En 1930, ya con más de 20 mesas de billar, era una de las salas más grandes de la Capital y lugar donde se realizaban reñidos torneos con la participación de los grandes maestros del “taco y la tiza” y en un piso superior, funcionaba el “Club Social San Bernardo”, donde se jugaba a las cartas y al clásico dominó.
Mágico espacio de nuestra ciudad que convocó a glorias como Carlos Gardel, Celedonio Flores, Genaro Espósito, Alberto Vaccarezza y hasta Benito Quinquela Martín que llegaba desde la Boca.
Personajes como Leopoldo Marechal y actores como Max Berliner fueron sus “habitués” y todos ellos, junto a ignotos vecinos que le dieron vida, quizás estuvieron presentes, en el recuerdo o en los corazones, cuando en ese entrañable recinto, en 1935, asumió el primer Presidente de la República de Villa Crespo, sueño loco e irreverente de un grupo de vecinos que mostraba así su sentido de pertenencia a un lugar que amaban y honraban.