LE SALIÓ LA VIUDA

Entre las supersticiones que antiguamente tiñeron de tinieblas a la gente de campo en la Argentina, “la viuda“, ocupó un lugar preferente, muy cerca de “la luz mala”.

Era una aparición, un “fantasma decían los campesinos, que anunciaba desgracias. ´Su aparición tenía lugar siempre de noche, en sitios apartados y bajo el aspecto de una mujer enlutada, cubierta de la cabeza a los pies, con un gran manto negro y rebozo. Jamás pronunciaba una palabra; el jinete a quien se dirigía el presagio, se la encontraba de pronto en una vuelta del camino.

Venía marchando delante o a la par de su caballo, siempre silenciosa y con la cabeza agachada. Está demás decir que semejante aparición producía, tanto en el hombre como en su caballo, el terror lógico de lo sobrenatural y que, superada apenas la sorpresa, el pobre jinete huyera desesperadamente.

Por eso, cuando los o aspiraciones de una persona se ven frustrados, en particular por l intervención de otros, se dice irónicamente que al perdidoso, “le salió la viuda”, es decir, lo inesperado, lo malo, lo que no se desea ni espera.

A un guapo, “le sale” o “se le aparece la viuda” en la forma de otro más guapo que él, que se le impone, que lo domina; a un enamorado “le sale la viuda”, cuando aparece otro que conquista a su pretendida dama y a un comerciante, “le sale la viuda” en la persona de otro comerciante que le hace competencia y que progresa mucho más rápidamente que él.

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