PRIMEROS CAÑONAZOS SOBRE EL RÍO DE LA PLATA (15/01/1826)

En el marco de la contienda con el Brasil, el 15 de enero de 1826 tuvo lugar una escaramuza, en la que se dispararon los primeros cañonazos en el Río de la Plata.

El Imperio del Brasil, que había declarado la guerra a las Provincias Unidas el 10 de diciembre anterior, por haber éstas aceptado la incorporación del territorio oriental a las Provincias Unidas del Río de la Plata, decidida por la Asamblea Constituyente Uruguaya, reunida en La Florida el 25 de agosto de 1825, dispuso que el almirante FERREIRA DE LOBO bloqueara los puertos de Buenos Aire y de la Banda Oriental.

Ante esta situación,  el gobierno nacional, que contaba solamente con el “Belgrano” y el bergantín “Balcarce”, que tenían 14 y 16 cañones, respectivamente, haciendo toda clase de sacrificios, pudo adquirir cuatro naves mercantes que armó en guerra, bautizándolas con los nombres de “25 de Mayo» (que era la de mayor porte y que contaba con 25 cañones),  «Congreso Nacional», «República» y «Sarandí”, .

El 15 de enero de 1826,  el gobernador de Buenos Aires, general GREGORIO DE LAS HERAS, convocó al coronel de marina GUILLERMO BROWN, el heroico marino de la guerra de la Independencia, que se había retirado, lo asciende a almirante y lo pone al mando de la escuadra republicana, una fuerza naval, que en ese momento, contaba ya con 16 barcos naves, no muy poderosas, pero tripuladas por hombres decididos a cualquier sacrificio y totalmente comprometidos con su jefe, el legendario “viejo BROWN.

Para oponerse a esta apariencia de flota, el Brasil tenía en el río de la Plata, 82 naves, entre las que se contaban hermosas fragatas, de 72 poderosas bocas de fuego cada una ellas.

Al empezarse las hostilidades, se ubicaron frente a Buenos Aires, las fragatas “Paula”, “Emperatriz” y “Thetis”, las corbeta “Libertade”, “Maceo” é “Itapirica”, las barcas “29 de Agosto”, “Real Pedro”, “Real Juan” y “Don Sebastián”, las escunas “María Teresa”, “Camóes”, “Reino Unido”, “Leopoldina”, “Isabel María”, “Doña Ana de Jesús”, “Manuela”, “6  de Febrero”, “Isla de Flores”, “Don Álvaro” y “María Isabel”, ocho cañoneras y doce embarcaciones menores, 42 buques en total que destinó al bloqueo.

Decidido a causarle el mayor daño posible y a demostrarle al comandante brasileño que las cosas no le iban a resultar muy fáciles, el almirante BROWN, el 15 de enero de 1826, enarbolando su insignia en el bergantín “Balcarce” y escoltado por el “Belgrano”, desafiando el bloqueo impuesto por el almirante brasileño LOBO, desplegó velas y se adelantó a la rada exterior, a modo de desafío.

Con esta flota, deficiente en armamento y desproporcionadamente menor en tonelaje que la brasileña, pero temible por el entusiasmo y el coraje de su tripulación,  frente a las costas de Buenos Aires, las armas argentinas protagonizaron un hecho que fue el primer lauro obtenido por las fuerzas navales argentinas.

Tras una breve y violenta escaramuza, BROWN, casi sin pérdidas, logró apresar una cañonera y un transporte de tropas, antes de retirarse y de que las poderosas baterías imperiales reaccionaran, logrando un triunfo que fue el anuncio de las resonantes victorias obtenidas luego en  Juncal, los Pozos y Patagones (ver La guerra con Brasil).

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