REBELIÓN ESTUDIANTIL (28/05/1796)

El 28 de mayo de 1796 se produjo un violento motín de estudiantes en el Real Colegio de San Carlos de Buenos Aires, creado por el virrey VÉRTIZ en 1783.

En la época del levantamiento contaba con cien estudiantes. Cada uno pagaba cien pesos por sus estudios y se habían establecido, además, cuatro becas para «hijos de pobres honrados».

La disciplina era muy dura y los alumnos debían levantarse a las cinco de la mañana para arreglar sus camas y habitaciones. El desayuno que los recibía al comenzar el día y el resto de las comidas eran escasos y de muy pobre calidad.

Los castigos corporales eran frecuentes y se recuerda el caso de un alumno, hijo del capitán Alfonso Sotoca, que recibió 34 latigazos por un acto de indisciplina. Los cuartos de los estudiantes eran húmedos y fríos, las ventanas carecían de vidrios y los bancos de las aulas apenas se sostenían en pie. La situación fue creando un profundo malestar entre los jóvenes, que iniciaron un motín.

El jefe de la revuelta fue un chico de 16 años llamado JUAN GREGORIO DE LAS HERAS, que más tarde tendría un papel heroico en las guerras de la Independencia. Junto a él se encontraban otros nombres que también fueron famosos: BERNARDINO RIVADAVIA, MANUEL DORREGO, JOSÉ RONDEAU y ESTANISLAO SOLER.

Los estudiantes tomaron como rehenes a algunos celadores y profesores, a quienes consideraban especialmente sus verdugos e hicieron salir a los alumnos más jóvenes y timoratos. Después se atrincheraron en las ventanas y azoteas, preparados para resistir la represión que seguramente vendría.

El virrey PEDRO DE MELO, se vio obligado a intervenir y envió al Regimiento Fijo de Veteranos para dominar la revuelta. Los primeros parlamentarios fueron recibidos a balazos ya que algunos estudiantes se habían armado con fusiles y carabinas.

Finalmente, con la intervención de los padres, se logró que los estudiantes depusieran su actitud, luego de que se les prometiera no tomar represalias y que se estudiaría la aplicación de nuevas medidas para contemplar los reclamos de los estudiantes (ver El Real Colegio San Carlos de Buenos Aires).

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