PRIMERA PRIVATIZACIÓN DE FERROCARRILES ARGENTINOS (11/03/1890)

El 23 de setiembre de 1889  se promulgó la Ley  que autorizó al gobierno de la provincia de Buenos Aires a enajenar por licitación las líneas de los ferrocarriles provinciales que se hallaban en funcionamiento.,

Cuando el 11 de setiembre de 1889 el gobierno de la provincia de Buenos Aires envió un mensaje a la Cámara de Diputados mediante el cual auspiciaba la venta de los ferrocarriles del Estado bonaerense, estos últimos contaban con 1.014 kilómetros de rieles.

Al término de un encarnizado debate en el que sobresalió el diputado CIBILS, oponiéndose a la medida, y el diputado BOUTEL, apoyándola, se promulgó la Ley del 23 de setiembre de ese año, que autorizó al gobierno provincial a enajenar por licitación las líneas de los ferrocarriles provinciales.

Se incluía n esta oferta todos sus terrenos, vías, estaciones, talleres, tren rodante, telégrafos y demás enseres y el producto de la venta, debía ser destinado a cancelar los empréstitos que gravaban a los ferrocarriles oficiales.

La primera privatización se efectuó con el ramal Temperley-Cañuelas, transferido a favor de la empresa del «Ferrocarril del Sud» el 11 de marzo de 1890.

Días después, el 18 de marzo, se efectuó la primera licitación de las restantes líneas del Ferrocarril Oeste, pero las propuestas presentadas, fueron todas rechazdas y fue establecido un nuevo plazo que vencía el 14 de agosto de 1890.

En esta segunda licitación, la mejor oferta fue la de HENRY GIBSON ANDERSON, representante de la sociedad «The Buenos Aires Western Railway Limited», formada en Londres. Su cotización fue de 8.134.920 libras 12 chelines 9 peniques, equivalentes a unos 41 millones de pesos oro sellado.

Según el historiador WILLIAM ROGIND la venta del Ferrocarril Oeste, al que llamó «la gallina de los huevos de oro del Gobierno de la provincia», fue el resultado de los «despilfarros de la administración provincial», en esos momentos a cargo del gobernador JULIO A. COSTA y de su ministro LUIS GARCÍA.

Por su parte, el historiador H. S. FERNS señala que el producto de la venta no pudo salvar la situación financiera de la provincia de Buenos Aires (ver  El Ferrocarril del Sud).

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