LAVALLE Y LOS FRANCESES CONTRA ROSAS (16/12/1838)

El general JUAN GALO DE LAVALLE, ferviente unitario y tenaz opositor de JUAN MANUEL DE ROSAS, uno de los primeros que se levantara en armas contra su gobierno,  tuvo quizás en su conciencia, dos recuerdos que seguramente habrán angustiado sus últimos días.

Dos espinas clavadas en su corazón por circunstancias que lo obligaron a tomar determinaciones que estaban muy lejos de ser sus reales deseos.

La primera de ellas fue el fusilamiento de MANUEL DORREGO en Navarro (13 de diciembre de 1828). La segunda,  su cambio de opinión cuando aceptó que efectivos de Francia participaran en su campaña contra ROSAS.

Para recordar el primer hecho, debemos recurrir a su patética declaración cuando informó al gobierno de Buenos Aires, el fusilamiento de DORREGO diciendo:

“Participo al gobierno delegado que el coronel Dorrego acaba de ser fusilado por mi orden al frente de los regimientos que componen esta división. La historia dirá si el coronel Dorrego ha debido morir o no. Su muerte es el sacrificio mayor que puedo hacer en obsequio del pueblo de Buenos Aires enlutado por él (“Memorias” del general GREGORIO ARÁOZ DE LAMADRID”.

La segunda, esta vinculada con la intervención de Francia en su lucha contra ROSAS, como líder de la oposición unitaria. Comienza en 1838, cuando se concretó la alianza de los franceses con el general oriental FRUCTUOSO RIVERA y la “Comisión Argentina” integrada por los dirigentes unitarios emigrados, para derrocar al Gobernador de Buenos Aires.

En esa  oportunidad, luego de la toma de la Isla Martín García (11 de octubre de 1838), LAVALLE,  en una carta que le dirige al Coronel MARTINIANO CHILAVERT, expresa claramente su oposición al empleo de fuerzas extranjeras en la lucha contra ROSAS, diciendo:

“El cónsul Roger que fue a Francia a dar cuenta a su gabinete, volvió y ha dirigido a Rosas un ultimátum con algún agregado de exigencias. Le declara que para hacerle la guerra se unirá a sus enemigos. La isla de Martín García ha sido tomada a viva fuerza por las escuadrillas aliadas. Cuarenta piezas tiraban sobre un malísimo parapeto y 500 infantes completaron el suceso».

«El honor del pabellón argentino ha quedado bien, pues el joven COSTA se ha batido en heros, como dicen los galos. Perdió 60 muertos y él mismo ha quedado prisionero y herido. Los agresores han tenido 50 muertos”.

Otras cartas escritas por LAVALLE al mismo CHILAVERT, prueban que aquél se oponía, en esos momentos, a cualquier clase de alianza con los franceses. Especialmente en una de ellas, fechada el 16 de diciembre de 1838, se refiere a publicaciones aparecidas en los diarios de Montevideo, según las cuales, desde dicha ciudad partiría una fuerza militar sobre Buenos Aires:

Los dos diarios de Montevideo están de acuerdo sobre la unión con los franceses. Estos hombres conducidos por interés propio muy mal entendido quieren trastornar las leyes eternas del patriotismo, del honor y del buen sentido; pero confío que toda la emigración preferirá que la Revista la llame estúpida, a que su patria la maldiga mañana con el dictado de vil traidora …»

Esta actitud de LAVALLE se mantuvo durante muchos meses. Mientras tanto, la Comisión Argentina” en Uruguay,  firmó con el representante francés el protocolo por el cual éste se comprometió, en nombre de su país, a facilitarles todo el apoyo necesario para hacer la guerra a ROSAS.

Considerando segura la ayuda de los franceses, los dirigentes unitarios se empeñaron en obtener la cooperación de LAVALLE, al que se proponían confiar el mando supremo de las fuerzas destinadas a invadir a la Confederación Argentina. LAVALLE, empero, continuó negándose a intervenir en la empresa.

Lavalle cambia de opinión y otra espina se clava en su coraz{on
Para superar tal dificultad los miembros de la Comisión pensaron que quizás un emisario con influencia personal ante LAVALLE lograría convencerlo de que estaba equivocado en su prevención contra los franceses.

El hombre elegido fue FLORENCIO VARELA, amigo de Lavalle y uno de los civiles que habían ejercido sobre él mayor influencia en el transcurso del golpe de diciembre de 1828 que culminó con el derrocamiento de MANUEL DORREGO y en pocos días logró el éxito en la misión que se le encomendara.

Sus argumentos convencieron al voluble general, quien, dejando de lado sus anteriores resistencias, se avino a combatir en unión con los franceses contra Rosas.

Según PEDRO LACASA, lugarteniente de LAVALLE, «en los primeros días de mayo de 1839, el doctor VARELA marchó a su destino y antes de 15 días de su partida,  regresaba a Montevideo acompañado del ilustre general” (ver Lavalle, Juan Galo de).

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *