EL REGIMIENTO PATRICIOS (13/09/1806)
El hoy conocido como “Regimiento Patricios”, fue organizado el 13 de setiembre de 1806 como “Cuerpo de Patricios de Buenos Aires” (1), con motivo de las Invasiones Inglesas y respondiendo a la proclama del Virrey SANTIAGO DE LINIERS, donde invitaba a todos los ciudadanos de Buenos Aires a armarse contra el enemigo que nos invadía. Estaba integrado por tres batallones al mando cada uno de ellos del coronel CORNELIO SAAVEDRA y los Comandantes ESTEBAN ROMERO y JOSÉ URIEN, y contaba con un total de 1.350 efectivos, que luciendo orgullosos “faja encarnada en la cintura, sombrero ciudadano con penacho blanco y celeste, escudo de paño al brazo y largas y elegantes coletas a la muy hispánica y marcial usanza de los soldados de don Pedro de Ceballos; se inmortaliza desde los mismos albores de su creación”.
Reclutado íntegramente entre los hijos del país (criollos), se distinguió especialmente durante la segunda invasión inglesa y los mismos ingleses reconocieron más tarde, la extraordinaria aptitud militar de este cuerpo. En la proclama del coronel SAAVEDRA dirigida el 30 de diciembre de 1807 a los pueblos de América, anunciando la Reconquista de Buenos Aires, recuerda el comentario del teniente coronel del Regimiento inglés Nº 58, ENRIQUE CADOGAN, que decía con asombro, después de haber sido rendido, «por la tropa de escudo en el brazo, que por valiente y animosa había admirado él y los suyos».
Los Patricios, esos Patricios que el orgullo europeo español tanto despreciaban, habían adquirido con el vejamen inferido a los complotados del 1º de enero de 1809 (alzamiento de Álzaga) un ascendiente tal ante la población entera, que su soberbia se hacía saber hasta en la marcialidad de su andar, en su lenguaje, insolente y audaz, en sitios de recreo, reuniones y corrillos. Llevaban el triunfo en el semblante, combatiendo al extranjero, habían culminado el valor y al defender la autoridad de Liniers, daban el golpe de gracia al dominador amilanado por la superioridad revelada hasta el desparpajo de un documento público” (2).
En esas palabras está reflejado cabalmente el sano prestigio y gran ascendiente de que gozaba el cuerpo de Patricios entre toda la población de Buenos Aires y muy en particular entre los nacidos en el país. Ya el 30 de setiembre de 1807, el coronel CORNELIO DE SAAVEDRA, jefe del cuerpo, se había atrevido por así decirlo, a dirigir una proclama “a los señores americanos”, hecho no común en aquel entonces, en la que hacía resaltar el valor, sacrificio y amor a la patria de que habían dado muestra sus soldados en la heroica acción de la defensa de Buenos Aires, en ocasión de la segunda invasión inglesa. Desde ese entonces, Saavedra, con su regimiento de Patricios, encarnó las esperanzas de los patriotas que aspiraban vehementemente a la constitución de un estado independiente.
Una brillante trayectoria
Sobre la base de este Cuerpo, creado en 1806, el Gobierno Patrio creó con fecha 29 de mayo de 1810 el “Regimiento 1 de Infantería de Línea “Patricios” y bajo la protección de San Martín de Tours, patrono del Regimiento por elección de sus miembros, la unidad, que fue el origen de la infantería argentina, combatió durante largos años empeñada en sostener los principios por los cuales se había jugado, con Saavedra a la cabeza, en los cruciales días de Mayo de 1810. Humahuaca le vió pasar por su quebrada multitud de veces, siguiendo primero a los hermanos ANTONIO y RAMÓN GONZÁLEZ BALCARCE, jefes del Ejército del Norte desde 1810 a 1812. Al General BELGRANO después, en tiempos de la segunda campaña al Alto Perú hasta 1815 y luego a JOSÉ RONDEAU cuando se intentó una tercera campaña destinada a recobrar las lejanas provincias del Virreinato del Río de la Plata para que nuestro territorio nacional no concluyera en Jujuy.
En esas jornadas, el cuerpo de Patricios se desangró en infinidad de combates que resultaron algunos amargas derrotas; lucidas victorias los demás. Cotagaita, Suipacha, Huaqui, Tucumán, Salta, Vilcapugio, Ayohuma, Sipe-Sipe, son otros tantos nombres que vibran en la memoria de los argentinos recordándoles de qué manera se formó la patria. Fue con BELGRANO que el Regimiento de Patricios en 1810 hizo una campaña al Paraguay; vadeando mil y un arroyos, sorteando pantanos, abriendo picadas en la selva misionera para concluir peleando en Campichuelo y en Paraguary, dando muestras de hispánica hidalguía cuando se contestó en Tacuarí a la intimación de rendición que «…las armas del Rey no se rinden en nuestras manos. Pueden venir a quitarlas cuando quieran». Cuando la Ciudad de Montevideo se tornó peligrosa para la causa de Mayo por su proximidad a Buenos Aires; allá fue también el 1° de Infantería, con la expedición de RONDEAU a la Banda Oriental. Peleó después en las Piedras, se apoderó de la isla de las Ratas y sitió Montevideo.
Hasta las costas del Océano Pacífico resultaron victorioso campo de marte para estos colosos, ya que un número reducido de ellos fueron embarcados como tropa de asalto en las naves del Almirante GUILLERMO BROWN, participando en el asalto del Fuerte Punta de Piedra defendido por los soldados guayaquileños, donde «…el cabo JUAN LAFAYE del Patricios de Buenos Aires fue el primero en llegar a la torre y se apoderó de la bandera que flameaba en ella ofrendándola a su cuerpo». Cuando llegó el momento de defender las tradiciones del cuerpo contra las disposiciones del Triunvirato; no titubearon en alzarse en armas contra el gobierno en una acción que responde al nombre de «Motín de las Trenzas». El día 7 de noviembre de 1811, atrincherados en su viejo y querido cuartel de las Temporalidades (hoy Colegio Nacional de Buenos Aires) los soldados de Patricios presentaron combate a los demás cuerpos militares de la ciudad y sólo fueron reducidos luego de tremenda lucha. El partido Saavedrista o moderado perdió como consecuencia de la derrota de los sublevados su apoyo militar y éstos sus elegantes y airosas coletas.
El 1º de diciembre de 1825 se declaró la guerra entre el Imperio del Brasil y las Provincias Unidas del Río de la Plata. Los ejércitos imperiales del Marqués de Barbacena fueron derrotados por las fuerzas patriotas en Ituzaingó, encontrándose entre ellas como no podía ser de otra manera, el Regimiento de Patricios. Le tocó también participar en varias campañas al desierto formando en los ejércitos expedicionarios de JUAN MANUEL DE ROSAS y JULIO A. ROCA. En ellas cumplió acciones sumamente meritorias logrando armar campamento más allá del Río Colorado, combatiendo contra las principales naciones indígenas alzadas en armas contra el gobierno nacional, realizando el el tendido de líneas telegráficas, cubriendo el servicio de fortines y participando en numerosas misiones de exploración y batida.
El 7 de octubre de 1838 el contraalmirante francés Le- Blanc tomó la isla de Martín García, luego de aniquilar el sesenta por ciento de sus valerosos defensores y de neutralizar una heroica defensa. El teniente coronel JERÓNIMO COSTA, Comandante de los Patricios, guarnición de la isla, fue quien contestó a la intimación de rendición francesa, diciendo que «…se habría de defender el honor de la nación hasta el último momento…». Y el honor de la nación fue defendido con tanto entusiasmo que a pesar de que los argentinos sólo disponían de tres cañones contra cien de los atacantes, se los hizo disparar hasta agotar la última munición. Y fue sólo merced a esta contingencia y a la notoria desigualdad numérica que los atacantes pudieron vanagloriarse de haber tomado la isla.
Más tarde, el 20 de noviembre de 1845, la flota anglo-francesa vulnerando la soberanía nacional, cortó en la Vuelta de Obligado la cadena que interrumpía su paso ascendente por el Paraná y se encontró con el Regimiento de Patricios de Buenos Aires, que a los sones del Himno Nacional Argentino tocado por su propia banda militar, se hallaba defendiendo las baterías que guarnecían la costa con el mismo fervor con que se batieron en las calles de la Gran Aldea en los lejanos tiempos de la invasión británica.
En 1865 se libró la guerra con el Paraguay y hacia allí se dirigió el cuerpo a las órdenes de su comandante el teniente coronel MANUEL ROSETTI a ocupar su lugar de costumbre en la primera línea de combate. Son por demás conocidos los hechos militares de esta guerra triste entre pueblos que formaban parte del antiguo Virreinato del Río de la Plata. Sólo mencionaremos los nombres de las acciones en que la tradicional bravura de los Patricios se vuelve a reflejar en sus increíbles hazañas: la toma de la Ciudad de Corrientes, el Cuadrilátero, Tuyutí, Yata tí-Corá, Curupaytí, Humaitá, Lomas Valentinas, Potrero de Recalde, etc.
Al frente de este glorioso Regimiento actuaron jefes de la talla de CORNELIO SAAVEDRA, MANUEL BELGRANO, CARLOS FOREST, el nombrado MANUEL ROSETI, JUAN AYALA, TEODORO GARCÍA, ANTONIO DONOVAN y muchos otros que honraron su pertenencia a tan heroico Regimiento. Desde la época de su creación usaban el distintivo que actualmente adorna el brazo izquierdo de su uniforme y que consiste en un escudo de paño rojo con la leyenda «Buenos Ayres» orlado con palma y laurel bordado. Entre los títulos y condecoraciones que ostenta esta unidad merecen citarse: Escudo de Tupiza, Escudo de Salta, Escudo y Cordón de Ituzaingó, Cordón de Tuyuty, Escudo de Curupaytí, Medalla de Yatay, Uruguayana, etc.
El Regimiento «Patricios» decidió la suerte de la Revolución de Mayo.
La impericia política que demostraba en todos sus actos el virrey CISNEROS, contribuyó a acelerar la marcha de los sucesos que por aquella época se desarrollaban en Buenos Aires. La labor realizada por una sociedad secreta constituida con el propósito de preparar la revolución fue encomiable. Formaban parte de ella un grupo de seleccionados patriotas, entre los cuales había varios oficiales que pertenecían al cuerpo de Patricios o que se habían formado en sus filas (BELGRANO, CHICLANA, VIAMONTE y otros, pertenecían a esta logia).
Llegó por fin el ansiado mes de mayo de 1810 y la población ya estaba preparada para recibir gustosa tan magnos acontecimientos. No había persona alguna en la gran aldea que no tuviera la sensación y el presentimiento de que en esos días, se iba a producir un hecho trascendental. Los soldados de los cuerpos de nativos no eran ajenos a esta situación y muy en particular los del “Cuerpo de Patricios”, pues sus oficiales habían dejado traslucir cuál era su estado de ánimo en la emergencia, contagiando por ello, el espíritu exaltado de tan selecto grupo de patriotas que deseaban intervenir a toda costa en los hechos que se gestaban y darle, si el caso llegaba, un corte sangriento a tan magna empresa. En los días de Mayo de 1810 el Cuerpo de Patricios tuvo una actuación evidentemente más moral que militar. Se convirtió en el sostén, el apoyo del movimiento emancipador. Su cuartel fue centro de reunión de los patriotas el 24 de mayo cuando siguió el descontento público ante la inútil dilación de la fórmula que iba a asegurar el triunfo definitivo de la gran causa.
El coronel SAAVEDRA, que aparentemente no daba muestras de cuál sería su decisión, llegado el caso de plantearse la situación que todos anhelaban, fue abordado por los patriotas a principios del mes glorioso y éste, en forma terminante, declaró que de producirse el movimiento, estaba pronto para encabezarlo y apoyarlo decididamente con el cuerpo de Patricios a su mando. Con ello, quedaba confirmado que la gran reivindicación popular, tendría el valiosísimo apoyo del glorioso cuerpo criollo.
El 13 de mayo, SAAVEDRA, que había marchado al campo a descansar, regresó a Buenos Aires y fue llamado inmediatamente a San Isidro, a casa de Viamonte, para enterarlo de la noticia que había llegado en los días de su ausencia: la entrada del emperador Napoleón en Sevilla. “Ya es tiempo de obrar”, fue la contestación del decidido comandante. La situación imperante en Buenos Aires había llegado a un punto tal que SAAVEDRA dispuso, por su exclusiva cuenta, acuartelar a su cuerpo. Ello ocurría el 18 de mayo. Ese mismo día, se presentaron al cuartel de los Patricios innumerables patriotas ofreciéndose para cooperar con ellos en caso de ser necesario..
Merece mencionarse la desinteresada contribución ofrecida en esa oportunidad por el que luego sería teniente coronel MIGUEL DE IRIGOYEN DE LA QUINTANA, quien junto con sus hermanos, después de presentarse a Saavedra ofreciendo sus servicios, entregó a la caja del cuerpo que se encontraba exhausta, la suma de 4.000 pesos de su peculio personal “para dar una buena cuenta a los soldados Patricios”. Esta oportuna donación vino a salvar un serio inconveniente, pues la caja del cuerpo no tenía fondos. El 20 de mayo, el virrey Cisneros dispuso convocar a los comandantes de los cuerpos de la capital para conocer cuál era la opinión de los jefes en caso de producirse una convulsión local. La contestación fue categórica y terminante. Fue allí justamente que Saavedra en nombre de todos los demás jefes nativos dijo: “No cuente V. E. para eso, ni conmigo ni con los Patricios, el gobierno que dio autorización a V. E. para mandarnos ya no existe, se trata de asegurar nuestra suerte y la de América y por eso el pueblo quiere reasumir sus derechos y conservarse por sí mismo”.
Los acontecimientos se aceleraron y el 22 tuvo lugar el famoso Cabildo Abierto, donde el pueblo votó por la cesación del Virrey en sus funciones y reemplazándole a aquél hasta el nombramiento de una junta de gobierno que se integraría por votación popular. Entre los vecinos notables invitados por el Cabildo para asistir al Congreso celebrado dicho día, figuraban varios oficiales del Regimiento de Patricios, como así también de otros cuerpos de nativos y fueron ellos quienes juntamente con numerosos patriotas, votaron por la caducidad de la autoridad del virrey y la formación de un gobierno popular. Al día siguiente, el Cabildo, con una hábil maniobra, trató de dejar sin efecto lo votado el 22 y dispuso que continuasen en el ejercicio del poder el propio Cisneros, presidiendo una junta gubernativa, entre cuyos vocales hicieron figurar a Saavedra.
El propio Virrey, no conforme con esta nueva resolución del Cabildo, deseó conocer previamente la decisión de los jefes de cuerpo, quienes declararon, que “lo que el pueblo ansiaba era que se hiciese pública la cesación del Virrey en el mando”. Acto seguido, el Cabildo solicitó a Saavedra que pusiera a su disposición una compañía de Patricios para publicar el bando respectivo dando a conocer la cesación del mandato del Virrey. Llegaban las primeras sombras de la noche y el capitán EUSTAQUIO DÍAZ VÉLEZ (3) al mando de su compañía de Patricios, a paso firme y al compás de los tambores, avanzó por las calles de la ciudad dando a conocer tan grata noticia. El 24 de mayo, el cuartel de Patricios se convirtió en el centro de reunión de los patriotas cuando surgió el descontento público ante la inútil dilación para decidir la forma de gobierno que iba a asegurar el triunfo definitivo de la gran causa.
Fraternizaban los soldados con los civiles, congregándose los oficiales en el salón de la mayoría, dispuestos a hacer valer los derechos mediante el empleo de las armas. No hubo necesidad. En medio de aquel emocionante cuadro de exaltación y de unción patriótica, CHICLANA, IRIGOYEN y MARIANO MORENO templaron los ánimos y calmaron a los más resueltos, asegurándoles que al día siguiente se elevaría una exhortación al Cabildo para exigir el cumplimiento de la voluntad del pueblo, tan inequívocamente expresada. Tal era el designio de los oficiales y soldados de este benemérito cuerpo, que hicieron falta muchos argumentos para apaciguarlos, pues ellos querían resolver la cuestión en forma terminante. Ya habían sido sorprendidos en su buena fe por el Cabildo y no admitirían más dilaciones. Toda la noche de la víspera del 25 de mayo, los soldados permanecieron en vigilia.
Fueron muy pocos los que alcanzaron a cerrar los ojos para descansar. Sus mentes no se lo permitían. Sus pensamientos estaban fijos en la sublime idea de que llegara el ansiado día para declararse libres e independientes de la corona española. Por fin llegó el 25 de mayo, y con sus primeras luces, el pueblo comenzó a reunirse frente al Cabildo en la histórica Plaza de la Victoria (hoy Plaza de Mayo), para escuchar más tarde de labios de los patriotas la noticia del triunfo de la revolución.
El regimiento de Patricios, como queda dicho, tuvo una actuación evidentemente más moral que militar. Se convirtió en el sostén, el apoyo del movimiento emancipador, fue el nervio de la Revolución de Mayo. Respondió a sus antecedentes, a las inspiraciones de la hora histórica y a la voz de su jefe que, según palabras de BARTOLOMÉ MITRE: “señaló el momento con el índice inflexible del destino”. La gran reivindicación popular se apoyó en todo momento en el cuerpo criollo y puede afirmarse que sin él, sin su decisión, la revolución se hubiera retardado.
Pasados más de cien años de su creación, el 13 de junio de 1910, mediante Decreto del Presidente de la Nación, el doctor FIGUEROA ALCORTA, se le dio el nombre de “Regimiento Patricios” al legendario cuerpo creado en 1806, , acordándosele el uso del uniforme que usaba en 1810, como traje de gala y que se compone de sombrero cilindrico de castorcillo engomado, con una trencilla triangular, botón rojo y pluma celeste y blanca como divisa del cuerpo. Chaqueta de paño azul corta, con cuello, bocamanga y faja de paño rojo, calzón blanco y botas negras. El armamento consistía en fusil, bayoneta y machete. No hay página de gloria y de sacrificio en nuestra historia en que no se cite a este Regimiento. Su vida está íntimamente ligada a la Nación misma, pues nació con ella en los albores de la Patria.
(1). Otros autores lo llaman «Legión de Patricios Voluntarios de Infantería». (2). “D. Cornelio de Saavedra”, por Z. Saavedra, (3). El mismo capitán Díaz Vélez fue el encargado de publicar todos los bandos dados a conocer en esos días, como así también fue designado después del 25 de mayo, para trasladarse a la Colonia del Sacramento, en la Banda Oriental, para poner en conocimiento de la población la resolución de la primera Junta de gobierno.
Nos hemos permitido completar este artículo, transcribiendo muchos contenidos de una nota firmada por el señora ANTONIO R. CASTRO WILLIAMS, sin que nos conste fecha ni lugar de publicación.
Hemos visto a la banda de Patricios en la expo rural el 18/07/2018 muy emocionante.Sus integrantes como el oficial a cargo se los vio con q orgullo animaron el momento.Tuve la oportunidad de filmar y tomar fotos del mismo.Quedan las mismas en mi celu me gustaría pasarselas así las pueden ver los miembros de esa banda q fue a la mencionada exposición.No cuento con algun correo electronico donde se pueden mandar.
Desde ya encantada de haber podidl estar ese ratito en ese lugar
Muy atte.BEATRIZ MAIDANA
NEUQUEN- Argentina
Señorita Maidana: Si nos manda esas fotos a elpregon@hotmail.com con mucho gusto las reenviaremos a su mejor destino.
Señorita Maidana ,
si nos manda la filmación y las fotos, las recircularemos entre nuestras amistades.Muchas gracias !!
Alejandro Rocca
ingrocca@gmail.com
hola mi nombre es jesus como ago para entra al patricio
Le sugiero dirigirse al Regimiento Uno Patricios, Buenos Aires y presentar allí su solicitud para ingresar como voluntario. Suerte.
hola
Sueño, sueño con ese glorioso día en el que un Patricio y un Granadero izen para siempre la Bandera en Puerto Argentino