30/12/1877

Al fallecer el doctor ADOLFO ALSINA, el Presidente de la Nación, doctor NICOLÁS AVELLANEDA pronunció un discurso en el entierro de su ex Ministro de Guerra, iniciador y propiciador de la campaña del desierto y expresó “que Adolfo Alsina había muerto en la cumbre, bajo la luz plena y en todo el poder de sus vigorosas facultades”. Agregando, que Alsina había nacido y crecido en la vida pública. Que había sido siempre impetuoso; que había creído en las fuerzas populares y había respetado los grandes intereses sociales. Que había sido audaz ante el peligro, y que su gobierno en la provincia de Buenos Aires había sido la restauración de esta sociedad bajo la ley común, sin exclusiones públicas ni odios oficiales y que su ministerio de guerra en la Nación había sido la “ejercitación perseverante y en días aciagos, del más vasto plan que se había proyectado para la defensa de nuestras, fronteras, limítrofes con el desierto y con el salvaje”.

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