1923
El sacerdote MIGUEL DE ANDREA es propuesto por el Poder Ejecutivo para remplazar al extinto arzobispo de Buenos Aires, MARIANO ANTONIO ESPINOZA (8 de abril de 1923) Por razones poco conocidas, pero sin duda relacionadas con una fuerte oposición de sectores de la Iglesia y el catolicismo local, el Papa demora la designación. De Andrea presenta dos veces la renuncia a su postulación, que el presidente Alvear rechaza, iniciándose un prolongado conflicto entre el Estado y el Vaticano que durará hasta 1926 (ver «Conflicto con el Vaticano» en Crónicas)