1785
EL VIRREY LORETO INTENTA INSTALAR UN SALADERO DE CARNES. Manifestando el mismo entusiasmo que su antecesor, el virrey VÉRTIZ tenía por los saladeros de carne, el virrey LORETO estimula y renueva las expediciones ordenadas por aquél hacia las Salinas Grandes en busca de sal que resultara más barata que la que traían desde Cádiz. Sus enviados descubren que esa región ofrece un producto de mala calidad, pero encuentran que la proveniente de Patagones es, en cambio, de óptima calidad. Pero a pesar de haber encontrado una de las soluciones a los problemas que presentaba la industria saladeril que intentaba instalar, el proyecto no pudo ponerse en marcha.