1747
El sacerdote jesuita JOSÉ CARDIEL anota que «es tanto el desorden en matar vacas cerriles por sólo el cuero, sebo, grasa y lenguas, dejando perder la carne, que ya son pocas, y ahora son mansas con dueño». Calcula que pastan cerca de 400.000 cabezas el ganado en cercanías de Tandil.