Autor: Horacio 15/12/2015 0 Comentarios

En agosto de 1808, llegó a Buenos Aires CLAUDE BERNARD, marqués de SASSENAY, comisionado del emperador NAPOLEÓN I, con proposiciones para que se aceptase la autoridad de su hermano JOSÉ BONAPARTE, que había sido proclamado rey de España por la influencia poderosa de las armas francesas.

El comisionado fue conducido al Fuerte para entrevistarse con el virrey LINIERS. A pesar de la amistad que los unía, Liniers lo recibió fríamente y de inmediato se realizó una sesión secreta, celebrada con la participación de funcionarios del Cabildo de Buenos Aires. Allí, Sassenay expuso su pedido y los deseos de Francia de restablecer las relaciones comerciales interrumpidas desde 1793.

Escuchadas ambas propuestas, se las rechazó de plano y Liniers ordenó que Sassenay fuera inmediatamente reembarcado de regreso a Europa.

El marqués, de 48 años, pertenecía a una familia aristocratica y durante la Revolución Francesa se vio obligado a huir a los Estados Unidos. Se dedicó al comercio y realizó dos viajes a Buenos Aires donde conoció a Liniers. En 1803 pudo regresar a su patria y recuperó parte de sus propiedades.

Fue entonces cuando Napoleón, que había invadido España, lo envió al Río de la Plata con el propósito de asociar a Liniers a sus proyectos de conquista. Sassenay recién durante el viaje se enteró del objeto de su misión.

Durante su viaje de regreso, Sassenay hizo escala en Montevideo y allí fue arrestado por orden de la Junta de Sevilla. Estuvo diez meses en prisión, y fue devuelto a Buenos Aires donde se salvó de ser ejecutado por la intervención de Liniers.

Reenviado a Montevideo, casi muere en las garras de un tigre que viajaba en la misma bodega del barco. Después lo enviaron a España donde estuvo preso hasta que logró huir. Cuando llegó a su castillo, mostraba un estado tan lamentable que sus criados quisieron echarlo y sólo su mujer lo reconocíó. Finalmente logró retomar su vida y murió a los 80 años en Francia (ver Francia preocupa a la corona española).