REBELIÓN DE LOS CALCHAQUÍES (23/09/1657)

Cuando los conquistadores españoles llegaron a la región del noroeste el territorio que luego será parte del virreinato del Río de la Plata y más tarde de la actual República Argentina (provincias de Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja y San Juan), se encontraron con un conjunto de pueblos llamados Diaguitas-Calchaquíes, protagonistas de un importante desarrollo cultural.

Como sucedió en otros lugares, los conquistadores intentaron imponer a los aborígenes un tipo de trabajo forzado llamado «encomiendas» que los reducía prácticamente a un estado de esclavitud.

Eran considerados por debajo de la condición humana, obligados a pagar tributos y ni siquiera estaban seguros en las reservas que la misma ley española les había dejado. Las condiciones de servidumbre a que fueron sometidos causaron espanto aun entre los veedores del rey que de tanto en tanto llegaban a esas tierras.

En 1630 los indígenas calchaquíes  se rebelaron contra este trato y comenzaron a atacar y saquear los poblados de los conquistadores blancos.

Como una reacción en cadena, los pueblos se fueron sumando a la rebelión y provocaron muchas víctimas entre los españoles. Cuando en esas refriegas eran vencidos por la superioridad de las armas, se refugiaban en las fortalezas de pircas y preferían matar a sus hijos estrellándolos contra las rocas, antes de verlos caer en manos de los invasores.

En 1657 la rebelión tomó nuevas fuerzas porque entró en escena un extraño personaje llamado PEDRO HUARPE BOHORQUEZ, que se decía descendiente de los incas y que en setiembre de 1657, incita a los aborígenes a producir un nuevo y más violento alzamiento que se inicia en el Tucumán y que recién en 1658 podrá ser dominado.

Luego de esta revuelta, se producirán otras que a lo largo de nueve años, integrarán lo que se conoce como «revolución Calchaquí», que será dominada recién en 1666.

Bohórquez era un español sumamente hábil al que muchos juzgaron un simple delincuente. Se ganó la confianza del gobernador ALONSO MERCADO Y VILLACORA, prometiéndole guiarlo hasta riquezas ocultas y la confianza de los indios, haciéndoles creer que era nieto del inca.

Aunque el papel que jugó Bohórquez no está muy claro, lo cierto es que bajo su influencia estalló una nueva rebelión que fue sangrientamente aplastada por las fuerzas del gobernador. Para evitar nuevos alzamientos se decidió distribuir a miles de indios en distintas ciudades del país, alejándolos para siempre de sus familias y sus tierras.

A Buenos Aires llegó un grupo del pueblo de los indios Quilmes, famoso por su coraje. Sobre la base de esa reducción nació la actual ciudad de Quilmes (ver Aborígenes de la Argentina).

3 Comentarios

  1. Anónimo

    Gracias me sirvio para laTAREA👍

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  2. Hitler

    Gracias por salvar me en mi prueba

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  3. Ana Lia Lamas

    interesante, lo estudie en el profesorado de Salta, hoy releyendo para un proyecto escolar.

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