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LA ORDEN DEL SOL (08/10/1821)
Un decreto del general JOSÉ DE SAN MARTÍN, del 8 de octubre de 1821, mientras se desempeñaba como «Protector del Perú», creó la máxima condecoración que podría entregar el gobierno del Perú.
Se la conoce como «La Orden del Sol» y sería entregada como «patrimonio de los guerreros libertadores, el premio de los ciudadanos virtuosos y la recompensa de todos los hombres beneméritos».
Para la primera entrega de esta condecoración, que se realizó el 16 de diciembre del mismo año, reunidos los agraciados en el Palacio de Gobierno de Lima, con la asistencia de todos los jefes del ejército acantonados hasta dos leguas de la capital, se realizó una imponente ceremonia.
Fueron acreedores a esta primera entrega en la categoría «fundadores», BERNARDO O’HIGGINS, SIMÓN BOLÍVAR, en la categoría «beneméritos», los generales LAS HERAS, ARENALES y LUZURIAGA y len la categoría «asociados», os coroneles DIEGO PAROISSIEN y TOMÁS GUIDO.
Después de una alocución del secretario del Gran Consejo de la Orden, el general San Martín leyó tres veces la solemne fórmula del juramento: «¿Prometéis al Perú, y empeñáis vuestro honor que defenderéis su independencia de España y de toda potencia extranjera».
«Que promoveréis la felicidad general de América y mantendréis el honor nacional, el espíritu de la Orden del Sol y el honor recíproco de todos sus individuos?». Contestaron los agraciados: «Prometemos cumplirlos».
A continuación el general San Martín respondió: «Si así lo cumpliereis, la patria os premie y si no, la infamia caiga sobre vuestros nombres y el pueblo peruano os lo demande».
Al concluir el juramento se hizo una salva de artillería y de dos en dos comenzó la investidura con la condecoración de la Orden, tocando las bandas presentes las marchas nacionales del Perú, Chile y las Provincias Unidas. Finalizado el acto, San Martín y su comitiva se dirigieron a la iglesia de Santo Domingo, donde se ofició una misa solemne.
Así concluyó la primera imposición de la Orden del Sol, puesta bajo la advocación de Santa Rosa de Lima y otorgada en tres categorías: Fundadores, Beneméritos y Asociados.
La condecoración de la Orden del Sol consistía, para «los fundadores», en una banda blanca que bajando del hombro derecho al costado izquierdo se enlazaba terminando en dos borlas de oro y una placa de este metal con las armas del Perú. «Los beneméritos» recibían una medalla de oro para ser colgada al cuello con cinta blanca y «los asociados», una medalla de plata con cinta del mismo color, para ser prendida al lado izquierdo del pecho.
La placa central, en todas las categorías, tenía forma de estrella radiada, llevaba en el centro las armas del Perú y dentro de dos óvalos concéntricos de esmalte blanco y encarnado, la inscripción en letra de oro: «El Perú a sus libertadores»
Se estableció también que la categoría de fundador sólo podría ser concedida en el futuro a los generales que hubieran vencido al enemigo en una acción general o tomado una plaza, a los que por su valor hayan liberado una nueva provincia y a todos los ciudadanos por acciones eminentes o por salvar a la patria de un grave peligro.
De las tres categorías, los fundadores gozaban de los mayores privilegios: el derecho de preferencia a las grandes dignidades del Estado y al tratamiento de Señoría con el dictado de honorable y una pensión vitalicia, extensiva a sus hijos y nietos. Las dignidades de beneméritos y asociados eran, en cambio, exclusivamente personales.
La administración de la Orden estaba a cargo de un Gran Consejo, compuesto de un presidente, un vicepresidente y nueve fundadores que gozaban de una pensión anual de mil pesos.
La Orden del Sol fue extinguida por ley del Congreso Constituyente peruano del 9 de marzo de 1825, que la consideró «poco conforme a las bases de la Constitución Política de la República» (ver San Martín y la Independencia de Perú).