LA SORPRENDENTE HISTORIA DE LA BANDERA ARGENTINA

Desde que MANUEL BELGRANO creara la Bandera Argentina el 27 de febrero de 1812, hasta que fue aprobada por el Congreso de Tucumán el 25 de julio de 1816, nuestra enseña patria debió recorrer un penoso camino que incluso la obligo a ser «disimuladamente ocultada»

Creación y primer izamiento de nuestra Bandera (27 de febrero de 1812)
Las derrotas sufridas por las armas patriotas en San Nicolás y Huaqui habían creado un clima de escepticismo acerca del futuro que le esperaba a la Revolución de Mayo de 1810. MANUEL BELGRANO, que se hallaba en Rosario con la misión de defender los pasos del Paraná, pensó que una forma capaz de elevar la moral de las tropas e inflamarlas del entusiasmo que necesitaban, sería proporcionarles una insignia, que fuese como una proyección mayor de la escarapela, que el Triunvirato había autorizado.

A tales efectos, el 13 de febrero de 1812 envió al Gobierno de Buenos Aires un oficio expresando “…parece llegado el caso de que Vuestras Excelencias se sirvan declarar la escarapela nacional que debemos usar, para que no se equivoque con la de nuestros enemigos y no haya ocasiones que puedan sernos de perjuicio y como por otra parte, observo que hay cuerpos del ejército que llevan diferente, de modo que casi sea una señal de división cuyas sombras, si es posible, deben alejarse, como vuestras excelencias saben. Me tomo la libertad de exigir la declaración que ante expuse.”.

El 18 de febrero de 1812, el Gobierno autoriza al general Belgrano el uso de una escarapela que deberá llevar los colores celeste y blanco.

El 23 de febrero de 1812, MANUEL BELGRANO acusó recibo de la comunicación que le había enviado el Triunvirato autorizando el uso de una escarapela celeste y blanca para distinguir a su tropa de la del enemigo.

Pero esta decisión del Triunvirato no llenaba las aspiraciones de Belgrano. Ni como guerrero, ni como patriota, se resignaba a combatir y hacer la guerra bajo la misma enseña que cubría el contrario. Lo que deseaba Belgrano, era un símbolo que fuese una proyección mayor que una simple escarapela y por eso, asumiendo a su cargo todas las responsabilidades para salir de esta situación tan anómala como ambigua, cuatro días más tarde, convencido de que la aceptación de la escarapela por parte del Triunvirato equivalía a una manifestación definitiva de nuestra independencia, se dirigió nuevamente a ese cuerpo, solicitando inmediato permiso para enarbolar una bandera con los mismos colores.

Sin esperar la respuesta, que le parecía obvia, aprovechando la circunstancia que le brindaba la inauguración de las dos Baterías que habían sido emplazadas en Rosario a las que denominó “Libertad” e “Independencia”, el 27 de febrero de 1812, enarbola por primera vez una bandera que lleva estos colores, dando así nacimiento a la Bandera Nacional.

Ese día, al inaugurar la batería “Independencia”, emplazada en una isla distante poco más de 1.000 metros de la villa del Rosario, en la provincia de Santa Fe, mandó formar la tropa y, después de arengarla, ordenó izar el nuevo estandarte en la batería “Libertad”, sobra la barranca frente al río Paraná, mientras una salva de la batería “Independencia” atronaba el espacio.

En la comunicación que en la misma fecha cursó al Triunvirato, MANUEL BELGRANO expresaba: «Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional; espero que sea de la aprobación de V. E.».

Lamentablemente para Belgrano, esta decisión que había tomado “per se”, iba a traerle problemas pues, aunque para ese momento no solo los grupos activamente revolucionario sino también la mayoría del pueblo consideraban, llegado el momento de declarar la independencia, el gobierno del Triunvirato no estaba dispuesto a cortar todos los lazos con España.

El Triunvirato ordena ocultar la Bandera izada en Rosario
El 20 de marzo de 1812, al recibir la comunicación de BELGRANO, el Triunvirato vio afectada su autoridad. Considerando que lo hecho por BELGRANO era una imprudencia y basándose en razones de política internacional basadas en la máscara de Fernando VII, le envió una nota donde le ordenaba que ocultara disimuladamente la bandera que había izado en Rosario y que en el futuro utilizara la que se le remitía, igual, decía la contestación- a la que hasta ahora se usa en esta Fortaleza y que hace el centro del Estado. Terminaba la nota del gobierno, advirtiendo a Belgrano “que procurase, en adelante, no prevenir las deliberaciones del gobierno en materia de tanta importancia. Por una feliz coincidencia esta severa reprobación no llegó a manos de Belgrano, que el mismo día 27, recibió el nombramiento de general en jefe del ejército del Alto Perú, para cuyo destino partió el 1° de mayo.

 Por primera vez, la Bandera de BELGRANO preside un acto oficial (25 de mayo de 1812)
Más tarde, el 25 de mayo de 1812, ya en Jujuy donde se hallaba con sus tropas, ignorando?? la reprimenda del Triunvirato, para celebrar el segundo aniversario de la Revolución de Mayo, BELGRANO hizo oficiar un solemne Tedeum en la iglesia matriz y en esa oportunidad, el canónigo JUAN IGNACIO GORRITI bendijo una insignia celeste y blanca que el mismo Belgrano sostenía en sus manos. Finalizada la ceremonia, este pabellón fue paseado y llevado hasta el Cabildo en lugar del estandarte real, como se había hecho hasta entonces y una salva de fusiles lo saludó al ser enarbolado en el edificio del viejo Ayuntamiento.

A la tarde, formadas las tropas en la plaza ante la bandera, durante la ceremonia que allí se realizó para jurar obediencia a la Asamblea, Belgrano arengó a los soldados y al numeroso público que presenciaba la escena diciendo: «¡Soldados, hijos dignos de la Patria, camaradas míos!. El 25 de Mayo será para siempre un día memorable en nuestra historia y vosotros tendréis un motivo más de recordarlo cuando en él, por primera vez, veis en mis manos la bandera nacional que ya os distingue de las demás naciones del globo…».

El 28 de mayo BELGRANO informó al Triunvirato: «He tenido la mayor satisfacción de ver la alegría, contento y entusiasmo con que se ha celebrado en esta ciudad el aniversario de la patria». Y convencido de que su gesto había dado nuevos bríos al ejército derrotado en el Desaguadero, agregó: «Puedo asegurar a V. E. que vi, observé el fuego patriótico en las tropas, y también oí en medio de un acto tan serio murmurar entre dientes: “nuestra sangre derramaremos por esa bandera”.

El Triunvirato interpretó esta actitud como una nueva desobediencia de BELGRANO y el 27 de junio le dirigió una severa reprimenda redactada por BERNARDINO RIVADAVIA, donde se le dice: «El gobierno deja a la prudencia de V. S. mismo la reparación de tamaño desorden, pero debe prevenirle que ésta será la última vez que sacrificará hasta tan alto punto los respetos de su autoridad y los intereses de la nación que preside (…) V. S. a vuelta de correo dará cuenta exacta de lo que haya hecho en cumplimiento de esta superior resolución».

BELGRANO, dolorido, respondió el 18 de julio, explicando que había enarbolado la bandera, tanto en el Rosario como en Jujuy “ en mi deseo que estas provincias se cuenten como una de las naciones del globo»; pero no habiendo el gobierno declarado la independencia no le cabía otra actitud que recogerla. «y la desharé —escribía—. para que no haya ni memoria de ella, pues si acaso me preguntaren por ella responderé que se reserva para el día de una gran victoria y como ésta está muy lejos todos la habrán olvidado”.

Es evidente que Belgrano no sólo había tenido el propósito de suministrar una insignia para sus tropas, sino de crear una bandera para una nación soberana.

Primera jura de nuestra Bandera (13 de febrero de 1813)
Ya caído el Primer Triunvirato, Belgrano volvió a confeccionar otra bandera y esta vez, su acto fue tolerado por la Asamblea que en su reunión del 31 de enero de 1813, debido probablemente a que consideraba que esa bandera sería usada como bandera del Ejército del Norte, y no del Estado.

El 13 de febrero de 1813, en marcha hacia la provincia de Salta, llegado a orillas del río Pasaje (desde entonces llamado también río Juramento), el Ejército del Norte prestó juramento de obediencia a la soberanía de la Asamblea del Año XIII y a su Bandera. En el periódico “El Redactor de la Asamblea”, cuando se comenta la sesión del 4 de marzo de 1813, se felicita a la Asamblea por “ver exaltado el pabellón de la patria en el primer período de su feliz instalación”.

“Cumpliendo con lo que Vuestra Excelencia me ordena en fecha primero del corriente, procedí en este día a prestar el reconocimiento y competente juramento de obediencia a la Soberana representación de la Asamblea Nacional bajo la solemnidad respetuosa de las armas de mi mando y según la fórmula que Vuestra Excelencia me prescribe».

«El acto ha sido uno de los más solemnes que se han celebrado en toda época de nuestra feliz revolución. La bandera del ejército fue conducida por el mayor general Eustaquio Díaz Vélez, a quienes llevábamos en medio, el coronel MARTÍN RODRÍGUEZ y yo, escoltados por una compañía de granaderos que marchaba al son de música».

«Formado el ejército en cuadro se situó en medio dicho mayor con la bandera. Proclamé al ejército anunciándole 1a nueva que motivaba el acto, e hice leer en voz alta el oficio circular de Vuestra Excelencia e impreso adjunto».

«Proclamé al ejército anunciándole la nueva que motivaba el acto, e hice leer en voz alta el oficio circular de Vuestra Excelencia e impreso adjunto. Inmediatamente presté por mi parte el juramento en presencia de las tropas y bajo la fórmula prescrita, ante el mayor general, quien lo ejecutó del mismo modo ante mí».

«Inmediatamente presté por mi parte el juramento en presencia de las tropas y bajo la fórmula prescripta, ante el mayor general, quien lo ejecutó del mismo modo ante mí. Continuaron después los coroneles y comandantes, y concluido el juramento de éstos, interrogué bajo la misma fórmula a todos los individuos que formaban el cuadro, quienes con sus expresiones y la alegría de sus semblantes manifestaban la sinceridad de sus promesas y el júbilo que había causado en todos el logro de sus deseos».

«Colocando después el mayor general su espada en cruz con el asta de la bandera, todas las tropas en desfilada la fueron besando de uno en uno, y finalizado este acto, volvió el mismo mayor general con la bandera hasta el lugar de mi alojamiento a la cabeza de todos los cuerpos que le seguían al son de música».

«Yo no puedo manifestar a Vuestra Excelencia cuánto ha sido el regocijo de las tropas y demás individuos que siguen a este ejército, una recíproca felicitación de todos por considerarse ya revestidos con el carácter de hombres libres y las más ardientes y reiteradas protestas de morir antes que volver a ser esclavos, han sido las expresiones comunes con que han celebrado tan feliz nueva y que deben afianzar las esperanzas de cimentar muy en breve el gran edificio de nuestra libertad civil. Dios guarde a Vuestra Excelencia muchos años. Río del Juramento, en otro tiempo del Pasaje, 13 de febrero de 1813. Manuel Belgrano».

La Bandera Argentina es izada por primera vez en Buenos Aires (23 de agosto de 1812)
La nueva insignia creada por MANUEL BELGRANO e izada por primera vez en Rosario el 27 de febrero de 1812, apareció por primera vez en Buenos Aires el 23 de agosto de 1812, al celebrarse una misa de acción de gracias por el fracaso de la conspiración de Álzaga. Ese día se enarboló una bandera en la torre de la iglesia de San Nicolás y otra en la ventana del mismo templo. La inscripción de la cara norte del obelisco de la Plaza de la República —levantado en el antiguo solar de la citada iglesia— recuerda este acontecimiento).

Sus colores fueron vistos por segunda vez, el 5 de octubre de ese mismo año, cuando, al conocerse en Buenos Aires el triunfo de Belgrano en la batalla de Tucumán, se colocó una corbata celeste y blanca en el asta que se alzaba en el Fuerte y donde aún ondeaba el pabellón real español.

Finalmente, el 3 de marzo de 1813, la Asamblea General a propuesta del Diputado por Buenos Aires, Luís José Chorroarín, consagró su uso el mismo día en que se conoció en Buenos Aires la noticia del clamoroso triunfo de Salta. En la ocasión, el pueblo porteño salió a las calles en medio del estruendo de los cañonazos, el batir de las campanas y los disparos de los mosquetes. La gente se abrazaba sin conocerse, y pronto corrió el rumor de que en el edificio de la Asamblea General, flameaba la bandera nacional, la misma que un año antes había enarbolado Manuel Belgrano provocando la reprimenda del gobierno.

Pueyrredón prohíbe la nueva escarapela (19 de marzo de 1813)
El 19 de marzo de 1813, JUAN MARTÍN DE PUEYRREDÓN, Comandante del Ejército del Norte, desde su campamento de Yatasto, objeta el uso de la Escarapela con los colores azul y blanco y a estos efectos, en la fecha, se dirigió al Gobierno Superior Provisional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, diciendo:

«Excelentísimo Señor. Se hará notorio en el Ejército de mi mando, la Superior orden de vuestra excelencia, del 18 del anterior, para que en adelante se use por las tropas de la patria, la Escarapela Nacional de dos colores blanco y azul celeste, quedando abolida la roja.

Si le fuera permitido a mi experiencia, representaría con ella la impresión que producen tales nimias innovaciones en unos pueblos que aún no se hallan en estado de gustar de los síntomas de independencia y se resienten de cualquier inoportuna alteración que conciben en la jurada representación de Fernando VII, mucho más en circunstancias tan críticas de retrógrado y debilidad.

«Pero vuestra excelencia está más al alcance de lo que conviene desplegar, variar y promulgar, sin reducir por ahora los acuerdos y refrenar los discursos públicos, al sumo eminente objeto de la seguridad de la patria y sin desmentir los principios de nuestra instalación, con perjuicio de la opinión y crédito que influyen en los progresos del sistema. Dios guarde a vuestra excelencia muchos años».

El Congreso de Tucumán aprueba la Bandera creada por Belgrano
Años después, el 25 de julio de 1816. El diputado ESTEBAN AGUSTÍN GASCÓN, para dar fin a las controversias suscitadas con respecto a la Bandera Nacional, propone en el Congreso reunido en Tucumán que definitivamente se adopte la bandera celeste y blanca en uso, lo que así quedó resuelto por unanimidad.

El texto del decreto redactado por el diputado secretario JOSÉ MARIANO SERRANO fue aprobado en la sesión del 25 de julio y expresa lo siguiente: «Elevadas las Provincias Unidas de Sudamérica al rango de una nación, después de la declaración solemne de su independencia, será su peculiar distintivo la bandera celeste y blanca, de que se ha usado hasta el presente y lo usará en lo sucesivo. El Presidente del Congreso, FRANCISCO NARCISO LAPRIDA, pasó una comunicación a este respecto al Director Supremo “para su inteligencia y publicación”. El Decreto luego fue publicado en la “Gazeta de Buenos Aires, el 17 de agosto siguiente.

La Bandera de Guerra
El 25 de febrero de 1818, de acuerdo con la petición formulada por el Director Supremo, JUAN MARTÍN DE PUEYRREDÓN el 9 de enero del año anterior, el Congreso sanciona que “sea distintivo peculiar de la bandera de guerra, un sol pintado en el medio de ella”.

Así se consigna en la página 3 del número 31 de “El Redactor del Congreso Nacional”, publicado el 1º de junio de 1818, en la nota correspondiente a la sesión del miércoles 25 de febrero de 1818, que dice:

“El señor CHORROARÍN, comisionado para abrir dictamen sobre las notas del Poder Ejecutivo en orden a la diferencia existente entre las banderas nacionales y las divisas de los generales en campaña, expuso que era de parecer, que sirviendo para toda bandera nacional los colores blanco y azul en el modo y forma hasta ahora acostumbrada, fuese distintivo peculiar de la Bandera de guerra, un sol pintado en medio de ella.

Discutido que fue el proyecto, resultó adoptado por la sala después de algunas reflexiones, por lo que quedó aprobado”. Así quedó sancionada definitivamente la Bandera Nacional Mayor, lo que, al día siguiente, le fue comunicado al Director Supremo, mediante una nota firmada por el Presidente del Congreso, doctor PEDRO CARRASCO y refrendada por JOSÉ EUGENIO DE ELÍA, Secretario de de dicho Congreso.

La Bandera de los Andes
Otro enigma en torno de las banderas es el vinculado con la del Ejército de los Andes. Durante más de medio siglo, los historiadores se preguntaron qué pudo haber impulsado a San Martín a enarbolar un pabellón distinto del azul-blanco-azul consagrado por el Congreso de Tucumán.

Entre las hipótesis que se manejaron con asombrosa temeridad figuran: “no había tela suficiente del color requerido (Cánepa y Gerónimo Espejo). El escudo fue idea de las propias bordadoras encabezadas por DOLORES PRATS DE HUYSI (exiliada chilena) acompañada por las jóvenes mendocinas MERCEDES ÁLVAREZ, MARGARITA CORVALÁN y LAUREANA FERRARI, quien estaba comprometida con MANUEL DE OLAZÁBAL y proporcionó las lentejuelas de su abanico que se usaron en esa Bandera (Bucich Escobar).

En apariencia, San Martín se apartó simplemente de la ley (Alfredo G. Villegas). La explicación real es de una lógica y una claridad tan meridianas, que cuesta entender semejante semillero de dudas y contradicciones. Fernández Díaz señaló con impecable sensatez que meramente San Martín no podía enarbolar el pabellón argentino en un ejército integrado también por fuerzas chilenas.

Según propia denominación del Libertador, el Ejército no era argentino, sino de los Andes. Prácticamente un ejército aliado, a pesar de que Chile cooperaba con pocos elementos humanos. La bandera de los Andes, por tanto, fue una creación sanmartiniana y simbolizaba la unidad de ambos pueblos.

Colores y disposición
Lamentablemente lo único concreto que ha llegado a nuestros días con referencia al color y la disposición de los mismos de la Bandera creada por MANUEL BELGRANO, es lo que él dice cuando le comunica al Triunvirato haberla creado y luego a la Asamblea, luego de haberla hecho jurar por primera vez.

Si bien está claro que era celeste y blanca, cuántas franjas tenía?. Eran dos o tres?, eran horizontales o verticales?; qué ubicación tenían los colores?.

Refiriéndose a la Bandera jurada en Jujuy (o Salta?), dice el historiador DARDO CORVALÁN MENDILAHARZU “Esta fue una bandera que tampoco sabemos cómo fue”. “Es de suponer que celeste y blanca», piensa RICARDO ROJAS «o blanca con las armas de la Asamblea».

“No se conserva ninguna de las banderas del general BELGRANO. «¿Cómo sería aquella que ondeó otra vez feliz y protectora en medio del Ejército de su mando sobre el río que desde entonces se llamó del Juramento» dice el mismo Corvalán Mendilaharzu: .

«¿Cómo sería la que conducida por el mayor general DIAZ VÉLEZ, cuya espada hizo cruz con la enseña bendita» y que fueron besando de uno en uno los soldados en ese desfile inolvidable?». Lo cierto es que desde este día la Bandera Argentina, creación exclusiva del general Manuel Belgrano, se desplegó ante el mundo y empezó su paseo triunfal por una mitad del continente americano”.

Con respecto a este capítulo de nuestra Historia, como sucede en muchísimos otros, se ha creado un mundo de versiones e interpretaciones, cada una de ellas sostenidas con sólidos argumentos y documentación de intachable procedencia. Las provincias de Salta y Jujuy, desde hace largo tiempo ya, se han enzarzado en una discusión que aún, no ha logrado establecer fehacientemente, dónde fue que el General MANUEL BELGRANO hizo jurar por primera vez, la Bandera azul y blanca que él creara el 27 de febrero de 1812.

No estamos habilitados para terciar en esta discusión, ni tan siquiera para adherirnos a una u otra opinión, por lo que nos permitiremos derivar a nuestros lectores a dos espacios (de los muchos que hay sobre este tema), instalados en Google, donde dos expertos, representando cada uno de ellos los dos lados de esta historia, desarrollan su teoría: «El juramento fue en Jujuy». y «El juramento fue en Salta»

Pero volvamos al tema de los colores y su disposición. Luego de crear la Bandera en Santa Fé en 1812, en su comunicación al Triunvirato, BELGRANO dice: «Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional; espero que sea de la aprobación de V. E.».

Esta insignia, como lo muestran las páginas de la Historia, fue cambiando en su forma y detalles, pero siempre mantuvo los colores patrios a los que se refiere el creador de la misma. A la luz de este dato, quedan sepultadas las teorías que se formularon a través del tiempo, acerca del color de aquella Bandera que BELGRANO creara e izara por primera vez en Rosario, pero de esa misma nota de Belgrano,  surge una controversia que aún hoy no ha podido ser dilucidada. porque si bien es cierto que BELGRANO describe taxativamente sus colores, no hace lo mismo en lo que respecta al número de sus franjas y la disposición de las mismas.

Tratando de aclarar las cosas, debemos recordar que luego de la derrota de Ayohuma (14 de noviembre de 1813), un cura muy amigo de BELGRANO, el padre JUAN DE DIOS ARANÍVAR, cura de Macha, localidad boliviana situada unos 20 kilómetros al sur de Ayohuma, escondió dos banderas (1) entre los marcos de sendos cuadros de Santa Teresa que ornaban la Capilla de Titiri, un pueblito cercano.

Ambas enseñas fueron descubiertas en Bolivia: en 1883 la primera y en 1885 la segunda, lo cual desecha la teoría (Félix Chaparro, “Las dos variantes de la bandera nacional”) de que el pabellón izado por Belgrano «era de dos trozos de tela, blanco y celeste, dispuestos en forma vertical unida al asta por el lado blanco».

De ahí que se suponga como válida la versión que asegura que esas dos banderas son las que fueron izadas en Rosario y juradas en Jujuy. Una de ellas está guardada hoy en el Museo Histórico Nacional de Buenos Aires. Es conocida como “la bandera de Macha”, pero no aclara para nada la controversia suscitada en torno a la disposición de sus paños.

Porque la Bandera que recuperó el gobierno argentino tiene tres franjas horizontales: celeste, blanca y celeste; mide 2,34 metros por 1,36 metros, mientras que la otra Bandera de Macha (la que está en Bolivia), mide 2,25 por 1,60 metros, sus franjas son verticales y sus colores están dispuestos en forma invertida: son blanco, celeste y blanco.

Por qué son distintas estas dos banderas que se atribuyen a un mismo origen?. Cuál de las dos es la que se izó en Rosario?. Cuál fue entonces la que se juró en Jujuy?. Estas tres preguntas aún esperan una respuesta.

Finalmente, la Bandera azul y blanca creada por BELGRANO el 27 de febrero de 1812 y jurada por el Ejército del Norte el 13 de febrero de 1813 casi un año después de haber sido creada, fue declarada Bandera nacional y establecidos sus colores y formato por el Congreso de Tucumán, a propuesta del diputado ESTEBAN AGUSTÍN GAZCÓN el 26 de julio de 1816.

(1). Aunque no se sabe con certeza cómo fue que llegaron a sus manos, unos opinan que las encontró luego de la batalla y otros que fue el propio BELGRANO quien se las entregó en custodia.

Nuestra actual Bandera.
Es blanca y azul cielo, aunque sin especificar un tono definido. Sobre este punto, recordar que Belgrano escribió “la mandé hacer blanca y celeste, conforme a los colores de la escarapela nacional. La conforman tres franjas de igual tamaño, dispuestas horizontalmente y cuyas medidas respetan una proporción equivalente a 9/14 entre su ancho y su largo.

El sol, incluIdo por la moción presentada por el diputado Luís Chorroarín ante el Congreso de Tucumán el 28 de febrero de 1818, es la réplica del grabado en nuestras primeras monedas. Tiene 32 rayos, es de color amarillo oro y su diámetro exterior es de 25 cm. y el interior, la cara del símbolo, es de 10 cm.

El destino de nuestras primeras banderas
Varios Investigadores han procurado establecer el destino de las banderas de Belgrano. Sin embargo, resulta prácticamente imposible identificar de manera categórica cada una de las insignias primitivas que se conservan; para ello se hace necesario recurrir a las tradiciones.

Como ya lo hemos referido, se sabe que tras la derrota de Ayohúma, el padre JUAN DE DIOS ARANÍVAR, cura de Macha, escondió dos banderas que serían las que estuvieron en ese desgraciado evento.

Estas banderas se encontraron a fines del siglo XIX y en 1893 el gobierno argentino inició gestiones ante el gobierno boliviano a fin de recuperarlas. Las autoridades bolivianas resolvieron conservar uno de esos pendones y entregarle el otro a la Argentina. La tradición afirma que esas dos Banderas serían las mismas que BELGRANO había izado por primera vez en Rosario y jurado en Jujuy y que las había guardado en su poder, a pesar de sus declaraciones en contrario, luego de que el Triunvirato le ordenara “guardarlas discretamente”.

Y la misma tradición, renovada por los hallazgos, asegura que las banderas escondidas por el padre Aranívar eran precisamente aquellas por las que Belgrano tenía especial devoción. De ahí que se suponga que las banderas de Macha sean la de Rosario y la de Jujuy.

Sobre estas bases se considera actualmente que la bandera de Belgrano que guarda el Museo Histórico Nacional de Buenos Aires, conocida como la “Bandera de Macha”, es la que Belgrano izó en Jujuy el 25 de mayo de 1812.

Esta bandera tiene tres franjas horizontales: celeste, blanca y celeste y mide 2,34 por 1,36 metros. Entretanto, la otra “Bandera de Macha”, depositada en Sucre, corresponde a la de Rosario; sus franjas son verticales y los colores invertidos: blanco, celeste, blanco; mide 2,25 por 1,60 m.

Hasta ahora no han tenido éxito las insistentes gestiones del gobierno argentino para obtener del gobierno boliviano la entrega de la bandera que se conserva en Sucre, a fin de depositarla en el Monumento a la Bandera, de Rosario, levantado precisamente en el sitio en el que flameara por vez primera el 27 de febrero de 1812 (“Crónica Argentina”, Editorial Codex, tomo I, Buenos Aires, setiembre de 1979).

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