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GARAY, JUAN DE (1528-1583)
General, conquistador y explorador español. Fundador de Santa Fe (1573) y de la ciudad de Buenos Aires en 1580, Gobernador del Río de la Plata y del Paraguay (1578-1583).
Nacido en España, no se sabe si fue natural de Villalba, de Loza, Burgos o hasta de Oruña y Vizcaya. De extracción humilde pero vinculado a la rica y noble familia Ortiz de Zárate, en 1532, con 14 años de edad, acompañando a su tío, el licenciado Pedro de Zárate, llegó a Perú, formando parte de la comitiva del virrey Blasco Núñez de Vela.
En 1544; junto con Juan Núñez de Prado, exploró la región noroeste de los territorios que hoy ocupa la República Argentina. Durante 1549-1550, participó en la fundación de la ciudad de “Barco”, que luego de ser reubicada en varias oportunidades, se convirtió en la actual Santiago del Estero, constituyendo la población más antigua de Argentina
Viajó a Charcas (hoy República de Bolivia), y allí se unió a su pariente Juan Ortiz de Zárate abocándose a la tarea de pacificar a los indios de la zona y a colaborar en el establecimiento de poblaciones.
El 26 de febrero de 1561 Garay participó junto a Ñuflo de Chaves en la fundación de “Santa Cruz de la Sierra” en el Alto Perú, a 14 leguas o bien a unos 56 km. Oeste-sudoeste de la actual localidad boliviana “San José”.
Se instaló allí y fue nombrado regidor del Cabildo de la nueva ciudad. Contrajo matrimonio con Isabel Becerra y Mendoza, nieta de doña Mencia Calderón de Sanabria (q.v.), estableciéndose como encomendero y prominente ciudadano de esa ciudad, en el límite entre las poblaciones de Perú y Paraguay.
En 1568, se trasladó a Asunción, donde prestó servicios como alguacil mayor y en 1573, el gobernador de Asunción, Felipe de Cáceres lo comisionó para para establecer una población a orillas del río Paraná (considerada indispensable, tanto por Paraguay como por El Tucumán, para las comunicaciones directas con España).
Mientras exploraba la región, se encontró con Jerónimo Luis de Cabrera, quien acababa de fundar la ciudad de Córdoba, y se dirigía a establecer una colonia en la costa atlántica, pero el 15 de noviembre de 1573, Garay “para abrir puertas a la tierra”, como solía decir, contando con aproximadamente noventa habitantes de Asunción, solamente nueve de los cuales eran españoles nativos, fundó la ciudad de Santa Fe, creando un conflicto de jurisdicciones entre las corrientes colonizadoras del oeste y del este, amigablemente resuelto por el acuerdo llevado a cabo entre Garay y Cabrera a fin de someter la decisión a las autoridades reales;
Poco después, Garay se reunió con Ortiz de Zárate, quien regresaba de España como adelantado, en la isla de Martín García y lo acompañó hasta Asunción hasta que éste falleció.
En su lecho de muerte, Ortiz de Zárate nombró a Garay tutor de su única hija con instrucciones de que cuando ella contrajera matrimonio, su esposo heredara el adelantazgo.
Garay partió hacia Chuquisaca, donde informó a Juana de Zárate, quien vivía con su tío, acerca del fallecimiento de su padre y de las instrucciones asentadas en su testamento; allí se enteró de que ésta estaba casada con Juan Torre de Vera y Aragón, oidor de la Audiencia de Charcas, quien inmediatamente reclamó sus derechos como adelantado y nombró a Garay capitán general y gobernador del Río de la Plata (1578-1583).
En 1580, Juan Torre de Vera y Aragón, regresó a Asunción y le encomendó a Garay, colonizar los territorios hacia el sur y poblar una ciudad a la vera del Río de la Plata. Antes de abocarse a tal tarea, Garay debió sofocar una revuelta de los indios guaraníes, encabezada por el cacique Otera y luego, urgido entonces para recuperar el tiempo perdido, se dedicó de lleno a organizar esta expedición.
Finalmente, en noviembre de 1580, llegó a las ruinas del Fuerte y real que había establecido PEDRO DE MENDOZA en 1536. Su expedición contaba con mil caballos, quinientas cabezas de ganado, sesenta y cuatro jefes de familia, cincuenta y tres de los cuales eran criollos o mestizos y solamente nueve españoles, incluyendo a tres sobrevivientes de la fundación hecha por Mendoza, quienes ayudaron en la elección del mejor lugar para erigir la ciudad que debía instalarse para “ser el nexo de unión entre El Tucumán y Chile y entre Asunción y Chile” (ver La Fundación de Buenos Aires).
La ciudad fue formalmente fundada el 11 de noviembre de 1580; las tierras fueron distribuidas con posterioridad, eligiéndose el lugar para la iglesia y solicitándose un sacerdote a España.
En Buenos Aires, distribuyó seiscientos indios en encomiendas y mientras decidía su regreso a Asunción, se ocupó de asuntos de gobierno de la nueva ciudad y comenzó a organizar una excursión a la “Ciudad de los Césares” (q.v.), que partiría desde Buenos Aires
La nueva fundación fue atacada por los indígenas, mandados por su jefe Tobobá, pero Garay fue advertido del ataque por Cristóbal de Altamirano, que estaba prisionero de aquel, lo cual sirvió para organizar la defensa. En ese ataque el procurador Juan Fernández de Enciso dio muerte a Tabobá.
En octubre de 1580, Garay se vio obligado a regresar a Santa Fe debido a una rebelión (aparentemente inspirada por Gonzalo Abreu, gobernador del Tucumán, determinado a reclamar su jurisdicción sobre la ciudad). Cuando el orden fue restaurado en Santa Fe, Garay regresó nuevamente a Buenos Aires en febrero de 1581 y se dedicó a explorar esas tierras.
A mediados de 1581, decidido a realizar el viaje que imaginaba lo llevaría a la mítica “Ciudad de los Césares”, emprendió viaje por tierra y llegó hasta cabo Corrientes, donde hoy se encuentra la ciudad de Mar del Plata.
En enero de 1582 Garay ya estaba de regreso en Buenos Aires y en marzo de 1583, acompañó a Alonso de Sotomayor, en una excursión que deseaba realizar para unir Buenos Aires con Santa fue, por las aguas del río Paraná.
Dispusieron un convoy de botes con 40 hombres a bordo, un fraile franciscano y algunas mujeres que se atrevieron a la expedición..
Las numerosas islas, recodos y lagunas del Paraná, provocaron que extraviaran el rumbo y el 20 de marzo de 1583, cuando entraron en una laguna que les era totalmente desconocida, decidieron pernoctar allí, para seguir al alba, pensando que con luz, les sería más fácil orientarse.
Garay, algunos de sus hombres, el fraile franciscano y dos de las mujeres decidieron pasar la noche en tierra, a fin de no dormir incómodamente a bordo de una de las pequeñas embarcaciones que los transportaba, y estando todos dormidos, su campamento fue atacado por unos cuarenta nativos del lugar, que mataron a Garay, al franciscano, a una de las mujeres y a 12 de sus soldados.
Si bien no está documentado el lugar exacto de aquellos hechos, existen varias hipótesis sobre su ubicación y quienes fueron los autores de esa masacre (ver Donde y quiénes mataron a Garay?).