EL CLUB ALEMÁN DE BUENOS AIRES (18/10/1855)

En 1842, en coincidencia con la organización de la Congregación Evangélica Alemana, un grupo de miembros de la  colectividad alemana, oriundos en su mayoría de Hamburgo decidió a fundar un ámbito que los reuniera y fueron precisamente los más jóvenes de entre ellos, los que sugirieron crear como un “anexo” de dicha Congregación, un Club para la práctica de actividades deportivas

Logrado el financiamiento del proyecto, por mérito del próspero comerciante ADOLF KLENGEL, verdadero mesenas que aportó los fondos necesarios, el 18 de octubre de 1855, nació por fin la “Asociación Alemana de Gimnasia”, cuya sede estaba en el cruce de las actuales calles Viamonte y Maipú.  Contaba ya con  80 asociados y sus autoridades dispusieron la construcción de dos canchas de bolos, deporte muy popular allá, en su patria de origen y comenzó a conocerse simplemente como “el Club Alemán” (Deustcher Klub en alemán)..

Nacido en una época, cuando la República Argentina estaba aún muy influenciada por la impronta europea, fue considerada una institución  muy cerrada y debieron pasar muchos años y vivirse diversas viscisitudes y cambios de sede, para llegar a ser lo que es hoy, una de las instituciones de mayor prestigio del país, cuna de exitosos deportistas,  difusora de cultura y ámbito donde se cultiva la amistad y el respeto a las tradiciones.

A principios de 1900 ya registraba 700 socios, por lo que se decidió trasladar el Club a una nueva sede. Ésta estaba en la avenida Córdoba 731 y funcionó sin ningún problema, hasta que los conflictos bélicos que estallaron en el siglo XX le trajeron al Club y a sus asociados, grandes inconveniente que vivieron con dolor.

La desgraciada circunstancia del casual hundimiento de un buque de bandera argentina por un navío alemán durante la primera guerra y la declaración de guerra de la República Argentina al eje Alemania-Italia-Japón, durante la segunda guerra, provocaron la pérdida de su sede, que fue confiscada  por el gobierno, la pérdida de su Personería Jurídica, largos años  de permanecer cerrado y lo que les resultó más doloroso, el rechazo de la sociedad argentina, a todo lo que fuera “alemán.

Así llegó el año 1951 y cerradas las grietas producidas por la guerra en Europa, se le restituyó la Personería Jurídica, aunque no la sede confiscada y el Club Alemán, volvió a resurgir con fuerza y renovado entusiasmo. Se instalaron en un “petit hotel” ubicado en la calle Arroyo 1034 y allí reiniciaron sus actividades deportivas y sociales. Pero nuevamente el destino pondrá a prueba su tezon y voluntad para sobrevivir. El ensanche de la avenida Nueve de Julio, los obligóa una nueva mudanza. Esta vez se fueron con su sueño a la avenida Corrientes 327 de la ciudad de Buenos Aires. Allí, desde noviembre de 1972, ocupando un piso del edificio que comparte con el Instituto Goethe y varias oficinas ocupadas por empresas alemanas, continúa firme con su decisión de constituirse en un auténtico referente de la noble estirpe alemana (Texto compuesto con material extraído de una nota firmada por Willy G. Bouillon)

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