1833
Llega a Buenos Aires la primera partida de caballos finos de labor. Proceden de Inglaterra, importados por don BERNARDINO RIVADAVIA. Los tres caballos y una yegua causan gran admiración aunque no faltan los pesimistas que comentan la imposibilidad de su aclimatación. Junto con los equinos, en el mismo barco, llegan nueve ovejas y catorce carneros de raza.