CARA VUELTA

Dar la vuelta era un término utilizado en las carreras cuadreras y que significaba dar una ventaja especial al rival que se consideraba más débil.

En la antigua campaña argentina, a veces, se concertaban carreras en las que un caballo concedía ciertas ventajas al adversario.

“Dar alivio” se decía y éstas consistían en aceptar algún descargo en el peso del jinete, correr sin rebenque (1), la elección del “tiro” (distancia a recorrer, convenir que sólo llegando con luz a la meta, se considerará un ganador etc.).

Dar “cara vuelta”, significaba que el favorecido, debía colocarse en el punto de largada, en posición natural, con la cabeza en dirección a la meta, mientras que su rival, debía hacerlo a la inversa, es decir, de espaldas a la misma.

Una ventaja inmensa que se otorgaba, pues al darse la orden de largada, mientras el favorecido podía partir velozmente hacia la meta, el otro debía dar vuelta a su caballo, para recién después iniciar su carrera. Ésta y “cortar la luz” eran las mayores ventajas que se podían otorgar.

Conviene recordar que los jinetes solían llevar dos rebenques, uno en cada mano, para evitar tener que hacer cambios en los finales reñidos o para hostigar al rival, cuando los caballos iban “costilla a costilla”, es decir muy juntos, recostándose uno en el otro, tratando ambos de desviar de su rumbo al otro (ver Voces, usos y costumbres del campo argentino).

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