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COMBATE NAVAL DE LOS POZOS (11/06/1826)
El combate naval de Los Pozos, fue librado en el marco de la guerra con el imperio de Brasil, iniciada luego de que el Palacio de Itamaraty el 10 de diciembre de 1825 le declarara la guerra al gobierno de Buenos Aires, en rechazo a la incorporación de la Banda Oriental a las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Tuvo lugar en el fondeadero de la Dársena Norte del Puerto de Buenos Aires, por lo que pudo ser presenciado por gran parte de la población, que llegaba entonces a unas 60.000 almas y que contemplaba angustiada esta esta acción, teniendo en cuenta sobre todo, la desproporción de las fuerzas que tomaron parte en el combate.
Volvía GUILLERMO BROWN al mando de una escuadrilla que había convoyado a un transporte que había pasado una división de tropas al territorio oriental, cuando tropezó con una fuerza naval brasileña que, al percatarse de la presencia de los buques argentinos, se aprestó a cortarle el paso.
La escuadrilla al mando de Brown estaba compuesta por la fragata «25 de Mayo”, buque insignia del Almirante y cuyo comandante era Tomás Espora; la barca “Congreso”, los bergantines “República” e “Independencia” y seis cañoneras, (1) y contaba con una tripulación de 750 hombres reclutada con marinos, muchos de ellos extranjeros y vagos, aventureros y hasta delincuentes reclutados por medio de una leva, a quienes hubo que instruír apresuradamente.
Frente a ellos, estaba una poderosa flota de 31 barcos tripulados por 2.300 hombres, que al mando del almirante JAMES NORTON, secundado por el comandante JUAN PASCUAL GREENFELL, se presentaba desafiante.
Al mediodía del 11 de junio de 1826, los brasileños avanzaron en demanda de la fuerza argentina, que los esperaba anclados en línea y luego de un reñido y sangriento combate, BROWN logró rechazar el ataque de la escuadra brasileña
Desarrollo de las operaciones
Juzgando BROWN que el enemigo, al concentrar un número tan considerable de buques, lo hacía para intentar alguna acción decisiva y dándose cuenta de que sus fuerzas eran muy débiles, decidió compensar el número con la ventaja que le daría la toma de una buena posición para el combate.
BROWN, trató entonces de buscar refugio poniéndose al amparo de los buques de la Confederación que intentaba mantener clausurado el puerto de Buenos Aires y haciendo difícil el acercamiento de los buques brasileños debido a su mayor calado, se aprestó en Los Pozos, lugar situado a unas cuatro millas de Buenos Aires, sin más entrada que un canal de tres cuartos de milla, cavado entre el banco Camarones y el que forma la rada interior.
En esta posición, colocó Brown su pequeña flota dispuesta en forma de media luna, alternando sus pequeñas cañoneras con los buques de mayor tonelaje. En la mañana del 11 de junio se presentaron ante sus ojos, 31 buques enemigos (23 barcos y ocho balandras cañoneras, que comandados por el almirante JAMES NORTON, navegaban con viento a favor.
Se llevó a cabo en lo que hA A las dos de la tarde de ese día, se adelantaron en ademán de combate por lo que Brown arengó a sus tripulaciones que, animadas por el entusiasmo de su jefe, esperaban ansiosos que los imperiales estuvieran a tiro (2).
A las dos y media de la tarde, la «Congreso Nacional», que estaba anclado junto al buque almirante, luego de que BROWN lanzara su famosa arenga: «Fuego rasante que el pueblo de la patria nos contempla”, disparó el primer cañonazo y pronto la lucha fue tan general como encarnizada.
A las cuatro apareció en el horizonte una fuerza naval republicana, procedente de Martín García y formada por los buques “Sarandi”, “Río de la Plata”, “Balcarce” y algunas cañoneras más, lo que indujo al almirante JAMES NORTON, a bordo de la “Nitheroy”, buque almirante brasileño, diera la orden de retirada.
Los habitantes de Buenos Aires, que desde las azoteas presenciaban inquietos el combate entablado entre las dos escuadras tan diferentes en poder y elementos ofensivos, vieron, llenos de agradable sorpresa huir a la poderosa flota del Imperio, entusiastamente perseguida por seis minúsculas cañoneras, mientras que el resto de la escuadrilla nacional, que tan serio peligro había corrido, quedaba tranquilamente anclada en lugar seguro.
Tal fue la famosa acción del 11 de junio, que probó, además del temple excepcional de nuestros marinos, de cuanto es capaz una fuerza pequeña y como puede destruir otras más poderosas, cuando la mueven el coraje y la fe en la justicia.
(1). Las 6 cañoneras estaban al mando de BARTOLOMÉ CERETTI, LEONARDO ROSALES, ANTONIO RICHITELLI, JUAN FRANCISCO SEGUÍ, FELIPE SCAILLET y VICTORIO FRANCISCO DANDREIS.
(2). “Marinos y soldados de la república, ¿veis esa gran montaña flotante? Son treinta y un buques enemigos, mas no creáis que vuestro comandante abriga ningún recelo, pues que no duda de vuestro valor y espera que imitaréis a la 25 de Mayo, que será echada a pique antes que rendida. Camaradas: confianza en la victoria, disciplina y tres vivas a la patria. Guillermo Brown. Pozos, frente al enemigo, 11 de junio de 1826” (ver Guerra con Brasil).
Fuentes: “Los Pozos”. Mario Quartarolo, Nº 622 del Boletín del Centro Naval, Buenos Aires, 1955; “Guillermo Brown”. Guillermo Oyarzábal, Ed. Librería Editorial Histórica Emilio J. Perrot, Buenos Aires, 2005; “Guillermo Brown, biografía de un almirante”. Felipe Bosch, Ed. Editorial Alborada, Buenos Aires, 1966; “Atlas Histórico Militar Argentino”. Martín Suárez, Ed. Círculo Militar Argentino, Buenos Aires, 1974; “Corsarios Argentinos”. Miguel Ángel De Marco, Ed. EMECÉ, Buenos Aires, 2002.
Bravo por nuestros Marinos,siempre dejando muy en alto el honor nacional.