EL SUBMARINO DE TABER (1811)

Son pocos los que saben que la historia del submarino en nuestro país se remonta al año 1811. Los bombardeos de la flota realista contra Buenos Aires llevados a cabo en julio y agosto de 1811 decidieron a las autoridades a buscar la forma de defenderse de esos ataques y fue por eso, que en esos días de 1811, miembros de la Primera Junta de Gobierno, escucharon atentamente la oferta que se les hacía para combatir con éxito a las naves realistas que se hallaban en Montevideo, listas para caer sobre Buenos Aires.

El proyecto lo presentaba un tal SAMUEL WILLIAM TABER, un ciudadano norteamericano radicado en Buenos Aires que se ofrecía para construir una “máquina submarina”;  una especie de tortuga marina de madera y de forma ovoide; propulsada en forma manual por medio de una manivela que accionaba una hélice rudimentaria, en tanto que otra hélice pequeña, de eje vertical, servía para la inmersión y el ascenso a la superficie. Y lo más asombroso, de lo que era la proa del casco, sobresalía un barreno o taladro que servía para perforar el casco de los barcos enemigos y fijar en ellos una carga explosiva.

La Junta comisionó a su presidente CORNELIO DE SAAVEDRA y al vocal MIGUEL DE AZCUÉNAGA  para estudiar la propuesta y luego de que éstos produjeran un informe favorable, acordó ejecutar el proyecto y le ofreció un adelanto a TABER para la fabricación del submarino, pero este lo rechazó, expresando que él se haría cargo de todos los gastos que demandara la construcción del artefacto.

Parece ser, que la máquina estuvo lista rápidamente, pero el 23 de septiembre de 1811 cayó la Junta Grande y con ella, los propulsores del proyecto. El Primer Triunvirato asumió el gobierno y ante la gravedad de la situación encontrada, dispuso un repliegue de la revolución y firmar un armisticio con el “no reconocido virrey” Elío que entregaba al dominio español, la Banda Oriental y las villas entrerrianas de Gualeguay, Gualeguaychú y Concepción del Uruguay.

El 11 de octubre, TABER solicitó la autorización y medios para transportar la máquina en secreto a la Ensenada de Barragán, para efectuar allí los primeros ensayos de su “submarino”. El Triunvirato aceptó lo requerido, pero el secretario BERNARDINO RIVADAVIA impuso su criterio de que antes, debía realizarse una inspección de la máquina para valorar su verdadera capacidad. RIVADAVIA encomendó al experto naval PEDRO PABLO TORRES la realización de esa tarea y esta es la última noticia que se tiene con referencia a la “máquina submarina” de TAUBER.

El 20 de octubre el Triunvirato firmó el armisticio con ELÍO y se desconoce si la inspección o las pruebas se efectuaron y en el caso de que lo hayan sido, si fueron exitosas o no,  por lo que es muy probable que la inspección previa fuera sólo una maniobra de RIVADAVIA como primer paso para desarmar el proyecto, con el que no estaba muy de acuerdo.

De TAUBER se sabe que en 1812 fue enviado en misión secreta a Chile y que en 1813 realizó tareas de espionaje en Montevideo hasta que en marzo de ese año, ante noticias de que se restablecería el bloqueo, se le ordenó el inmediato regreso a Buenos Aires.

Pero estaba escrito que todo iba a terminar mal. El 8 de marzo cuando abandonaba el puerto de Montevideo, acompañado por dos capitanes y dos tenientes desertores de la guarnición española y el ingeniero Ángel de Monasterio, fueron capturado por una patrulla realista. Fue detenido, encadenado y encerrado y mientras se sustanciaba un proceso por el soborno de los oficiales desertores, el gobierno acordó liberarlo mediante el pago de un rescate de dos mil pesos fuertes, con la condición de que abandonara el territorio rioplatense.

El 9 de agosto de 1813, de acuerdo a lo ordenado, obtuvo pasaporte para viajar hacia Río de Janeiro, como escala para dirigirse a los Estados Unidos, pero no llegó a utilizarlo. Murió cerca de Buenos Aires el 8 de noviembre de 1813, cuando tenía solamente 33 años de edad y luego de legar sus bienes a la causa de la Independencia del país que había creído en él.

Creemos que este “submarino de Taber” fue algo similar a la “Tortuga” de su compatriota DAVID BUSHNELL (1742-1824), un ingenioso artefacto para operar bajo el agua construido en 1776 y que quizás fue el proyecto más práctico de todos los modelos de submarinos, toneles rústicos y otros cascarones de madera, más o menos extravagantes que fueron proyectados e incluso experimentados (ver  Historietas de nuestra Historia).

1 Comentario

  1. Anónimo

    El submarino a remos fue ideado en el año 1620 por el holandés Cornelius Drebell. Taber, seguramente, argumentó la idea para sobresalir. Similar idea la puso en práctica clandestina el profesor de la Universidad Popular de Wilde, Vicente Arquímides Tadeo para llamar la atención del General.(1972) «Nadie tiene un plan como el nuestro Herminio. En cualquier momento nos vamos para arriba, como gas de buzo…»

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