VIDA SOCIAL. BRINDIS Y PARTICIPACIONES (1802)

En aquellos primeros años del siglo XIX, la sociedad porteña era muy activa y abundaban los «saraos» y las «tertulias» en los hogares de Buenos Aires y era común el empleo de «participaciones», pintorescos mensajes para invitar a los contertulios.

«Si la probación de las personas sensatas puede contribuir a la felicidad del Santo Sacramento del Matrimonio, N.N. Y M. M. solicitan de usted la suya», rezaba una de esas invitaciones. O bien con refinamiento versificado: » ¿Quién va? / ¿Quién es? / Don Juan Aragonés / y Doña Juana Castellanos / Que hoy ofrecen / A sus paisanos! / A quienes besan la mano / ¡Bien lo veo! / Unidos por los lazos / Del Himeneo / En la calle de la Merced / Para servir a usted».

También afloraba el ingenio en los brindis que se hacían en esas oportunidades: «Brindemos pues, como hermanos./ ¡Oh, beneméritos ciudadanos /Por tan feliz unión … / Que cuenta para su suerte / Con dinero y corazón / En la vida y en la muerte».

José A. Wilde en su obra «Buenos Aires, 70 años atrás», cita algunos tipos de brindis también muy propios de la época: «Ahí le presento este brindis dirigido a su persona, si usted recibe este brindis, me pone usted su corona».

«Ahí le presento este brindis guarnecido de matices, con un letrero que dice: ¡Qué los cumpla muy felices!».

«Sobre mi mano está el vino, sobre el vino está el licor, con mucho gusto y honor le sirvo a usted, Caballero; pues yo quisiera tomar pero tome usted primero» (ver Recuerdos, usos y costumbres de antaño).

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