TIRO

En la antigua campaña argentina, la primera condición cuando se concertaba una carrera, era fijar el “tiro”, es decir la distancia que debían recorrer los caballos.

El “tiro” tenía una importancia fundamental en esas competencias, pues estaba en relación directa con la mayor o menor resistencia del animal, condición que como es de suponer, era bien conocida por cada uno de los contrincantes.

Por eso, se consideraba tan importante fijar el “tiro”  que tendría la competencia. Correr “dos ochenta” significaba que había que correr doscientos ochenta metros desde la largada hasta la “raya” o meta.

El “tiro” podía ser modificado por cierto convenio auxiliar llamado “partir de adentro”, que significaba disminuír la distancia fijada en los cuarenta o cincuenta metros que se fijaban para las “partidas”. La distancia total, solo se recorría cuando se “partía de afuera” o con abanderado (Ver Voces, usos y costumbres del campo argentino).

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