RIVADAVIA Y EL FOMENTO DE LA AGRICULTURA Y LA GANADERÍA (1824)

BERNARDINO RIVADAVIA, al asumir su ministerio en el gobierno de MARTÍN RODRÍGUEZ y después, siendo ya Presidente de la República trató de crear un nuevo sistema agrario, liberar de impuestos a los instrumentos agrícolas y alentar la creación de chacras vecinas de las ciudades y de los pueblos.

Con el fin de promover la diversificación de los cultivos creó el Jardín de Aclimatación en La Recoleta, la Escuela de Agricultura y el plantío de árboles en Santa Catalina.

El trabajo de labrador era duro y despreciado en esa época. El pueblo de Lobos, llamado «el granero de la provincia», tenía sólo 450 labradores que recogían 1.200 fanegas de trigo. En Monte, en las tierras de Rosas, solamente había 30 labradores. El peón de estancia no conocía las verduras ni el pan.

Solamente después de 1860 se empezó a comer galleta en el campo. La harina se importaba de Estados Unidos y desde Chile.

A partir de 1823, NORBERTO QUIRNO, vendió leche al por mayor en Buenos Aires. Todavía en 1890 la manteca se importaba de Holanda. Para diversificar la ganadería Rivadavia mandó traer de Europa caballos de tiro, frisones del tipo pesado, desconocidos en el país.

Entre 1824 y 1826, Rivadavia se propuso incrementar la cría de lanares e hizo importar 100 Merinos. 30 South Down y posteriormente, otros 150 Merinos.

En 1826 hizo traer un plantel de caprinos de Angora y del Tibet, animales que luego fueron exterminados en Mercedes, durante la guerra civil de 1828-29 y en 1827, un estanciero inglés, JOHN MILLER (1787-1843), trajo el famoso toro Tarquino, de la raza Shorthorn o Durham para su establecimiento «La Nueva Caledonia», situado en Cañuelas (ver Tarquino, el primer toro de raza que se importa).

Pero los ricos saladeristas de la época se oponían a traer otro ganado, pues decían que para el saladero era mejor la vaca criolla. Sin embargo, no todas las iniciativas de Rivadavia se perdían. En pocos años hubo en el país tres millones de ovejas Merino y ante de dejar el gobierno, el gran estadista estaba empeñado en conquistar el mercado lanero inglés, cuya industria textil era la más importante de la época (ver El liberalismo de Rivadavia).

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