PRIMERA FUNDACIÓN DE BUENOS AIRES? (02/02/1536)

Cumpliendo órdenes del rey CARLOS V de España, PEDRO DE MENDOZA concreta la que erróneamente se considera como la primera fundación de Buenos Aires y funda un Real, en proximidades del Río de la Plata, y se inicia así la historia de una ciudad, que hoy es una de las principales ciudades de América y que llegó a ser considerada «la París del nuevo mundo» (ver Buenos Aires. La primera fundación es un mito?).

Arqueología de la primera Buenos Aires (1536-1541): entre la historia y el mito

En 1526 PEDRO DE MENDOZA fue uno de los que partieron  a la conquista de Roma, entre los miles de españoles y alemanes que formaron las fuerzas de Carlos V que el 6 de marzo de 1527 tomaron la ciudad de Roma. Acababa de regresar de Italia, donde, a las órdenes del condestable de Borbón, había tomado parte en el asalto y saqueo de la ciudad de Roma y volvió rico, con su parte del botín.

Pero no por esto estaban satisfechos su avaricia y su amor a empresas arriesgadas. Pedro de Mendoza (1487-1537), había nacido en Guadix, Granada. Fue paje y gentilhombre del rey Carlos V En esos tiempos, la corona de España estaba muy interesada en afianzar sus pretensiones sobre el Río de la Plata y frenar de esta forma el insistente avance portugués.

Para poner fin a estas incursiones Carlos V decidió «conquistar y poblar las tierras y provincias que hay en el río de Solís, que llaman la Plata, donde estuvo Sebastián Caboto y por allí calar y pasar por tierra hasta llegar a la mar del Sur, hasta el océano Pacífico».

Por eso, cuando Mendoza se enteró que el gobierno español, por escasez de fondos, no se resolvía a enviar una expedición al Río de la Plata, para tomar por retaguardia el imperio de los Incas, se ofreció a prepararla a su costa y a conducirla a su destino y con este objetivo, a principios de 1534 el rey de España Carlos V, firmó cuatro capitulaciones (o contratos), con Francisco de Pizarro, Diego de Almagro, Pedro de Mendoza y Diego de Alcazaba.

En cumplimiento de lo pactado en las Capitulaciones que firmó, el 21 de mayo de 1534, a don Pedro de Mendoza se le otorgó el título de Adelantado, con el compromiso de dominar y poblar las tierras y provincias del río Solís -que llaman Río de la Plata- y llegar hasta el Pacífico (obsérvese que no traía la orden de fundar ciudades).

Se lo autorizaba a levantar hasta tres fortalezas de piedra y debía además costear la Armada y traer a estas tierras cien caballos y cien yeguas, de primera calidad, que fueron el origen de los que después han medrado y desarrollado por miles en nuestras fértiles llanuras. Fue así que con este fin y con el título de «Primer Adelantado del Río de la Plata»,

Pedro de Mendoza, armó la más brillante expedición que había salido de puertos españoles para la América. Se componía de veintidós naves y más de 2.000 soldados aguerridos, entre ellos 150 alemanes, entre los que estaba Ülderico Schmidel, «uno de los historiadores de la conquista» y muchos otros personajes de distinción.

La expedición partió de San Lúcar de Barrameda el 24 de agosto de 1535, se detuvo en Río de Janeiro durante algún tiempo y habiéndose enfermado gravemente Mendoza, delegó el mando en Juan Osorio, a quien poco después hizo apuñalar por sospechas de infidencias, acusándolo de haber difundido las características de la «enfermedad secreta» que padecía (ver La sífilis. Americana o Europea).

Luego de un accidentado viaje, en el mes de enero de 1536, los expedicionarios llegaron al Río de la Plata y fondearon en la Isla de San Gabriel. Pedro de Mendoza, de inmediato mandó a su hermano Diego a reconocer la costa meridional de este río y luego de escuchar el informe de Diego, se trasladó hacia allí con toda la flota. Había llegado, no sólo a América, sino que estaba pisando la tierra que con el tiempo se llamaría República Argentina.

Las naves de MENDOZA llegaron a la boca del Riachuelo de los Navíos, y el 2 de febrero de 1536. lejos de allí, en un sitio junto al río de la Matanza, sin ceremonia alguna, procedió a instalar un asiento o «Real», al que denominó Puerto de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre, que era la Patrona de los Navegantes (ver Por qué Buenos Aires se llama así), lo  que constituyó la primera etapa de un plan que buscaba alcanzar la Sierra del Plata.

Abrió los cimientos de una trinchera de tapia, dentro de cuyo recinto se construyeron los alojamientos de los españoles y aquel mismo día, el Adelantado puso en posesión de sus cargos a los capitulares que habían venido ya nombrados desde España.

Aquella primera fundación era un pequeño caserío, cercado con empalizadas de tierra y rodeado por algunas aldeas de guaraníes o de pampas guaranizados, con quienes comenzaron a mantener una relación, que fue cambiando según el humor de unos y otros.

Al principio el trato cordial hizo que los nativos se acercaran solícitos con alimentos, pero pronto se vieron enfrentados y llegó la violencia, dando paso a terribles penurias que solamente finalizaron cuando urgidos por IRALA el 3 de enero de 1541, debieron abandonar la ciudad y dirigirse a Asunción. Qué había pasado?. Simplemente que la corona española había cambiado de idea y la sede de la conquista se había instalado momentáneamente en Asunción del Paraguay, más cerca del Alto Perú.

Dónde se hallaban estos primeros cimientos?. Desde el siglo XIX se ha discutido la ubicación y forma del Real fundado por PEDRO DE MENOZA que algunos califican como la «primera ciudad de Buenos Aires», y para ello se ha apelado al testimonio e algunos textos de la época.

Comenzando con las ilustraciones del libro  «Viaje al Río de la Plata», de ULRICO (o ULDERICO) SCHMIDL, que la ubican junto al agua, recordemos que FERNÁNDEZ DE OVIEDO dice que estaba «junto a un río pequeño, que entra a un río grande»; RUY DÍAZ DE GUZMÁN asegura que el Adelantado «metió sus naves en el Riachuelo de los Navíos, del cual, media legua arriba, levantó una población que puso por nombre Santa María; a su vez, ESTOPIÑÁN CABEZA DE VACA vio el reducto o poblado «en la entrada misma del puerto».

En los últimos años ha habido dos cambios interesan­tes: la incorporación de la arqueología y la aceptación consensuada de que la aldea inicial, no fue ni siquiera eso, apenas debió llegar a ser una enramada con un murete en torno de ella, similar a las otras cabeceras de puente de la conquista. La arqueología ya ha excavado buena parte del centro histórico de la ciudad, e incluso Parque Lezama y por cierto nada se ha hallado que pueda ser identificado como ese lugar.

En 1987 se llevó a cabo una excavación extensa de buena parte del Parque y nada se halló anterior al siglo XVII. Por supuesto, eso no quiere decir que no haya podido estar en sus cercanías, pero al menos allí no estuvo. A veces las ausencias dicen más que las presencias.

En el resto de Buenos Aires se han hallado objetos, en especial cerámicas, que pueden atribuirse al siglo XVI temprano pero nunca for­mando un contexto. También se piensa, y esto es lo más probable, que los restos de la primera Buenos Aires ya hayan sido destruidos o que estén debajo de un gran edificio moderno. Lo cierto es que el estado actual de la investigación histórica referida a este punto, no nos permite saber cuál fue exactamente por cuanto no existen testimonios que puedan probarlo.

No obstante, los historiadores basándose en las escasas referencias que aluden al tema, han aceptado como posibles los siguientes lugares: Vuelta de Rocha (en el Barrio de la Boca) sobre la margen izquierda del Riachuelo, muy cerca de la actual desembocadura; Alto de San Pedro (en el Barrio de San Telmo) en la zona comprendida entre las calles Humberto I y Balcarce; Retiro (en el Barrio epónimo) sobre las barrancas de la actual plaza San Martín que queda frente a la plaza Fuerza Aérea Argentina; Parque de los Patricios, en la zona comprendida entre las calles Caseros, Almafuerte, Perito Moreno, Amancio Alcorta y Vélez Sársfield y Parque Lezama, en la zona comprendida aproximadamente en la intersección de las calles Brasil y Defensa.

Pero las dudas seguirán y las investigaciones también. El estado actual de esas investigaciones no nos permite saber cuál fue exactamente, por cuanto no existen testimonios que puedan probarlo y quizás esa sea la culpa que los porteños deban pagar por no haber entendido a tiempo la importancia del patrimonio histórico de una sociedad y de su preservación y estudio (ver La ciudad de Buenos Aires. Su origen).

Fuentes. Historia del descubrimiento y conquista de América”. Francisco Morales Padrón, Ed. Gredos, España, 1990; Historia Argentina”, Ediciones Océano, Barcelona, España, 1982; Diccionario Histórico Argentino”. Ione S. Wright y Lisa M. Nekhom. Emecé Editores, Brasil 1994; La Historia en mis documentos”. Graciela Meroni, Ed. Huemul, Buenos Aires, 1969; Historia Argentina”. José María Rosa, Editorial Oriente S.A., Buenos Aires, 1981; “Historia de la Argentina”. Ernesto Palacio, Ed. Peña Lillo, Buenos Aires, 1868; El asiento de la primera Buenos Aires. Entre la historia y el mito”. Daniel Schávelzon 2006; Wikipedia; “Fundación de la ciudad de Buenos Aires”. Antonio Romero en las Actas del Congreso Internacional de Americanistas, Madrid 1928; «Las dos fundaciones de Buenos Aires». Enrique Larreta, Ed. Sopena, Buenos Aires, 1952; varias páginas de Google que tratan el tema.

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