LOS PREGONEROS EN BUENOS AIRES (09/07/1590)

El Cabildo de Buenos Aires nombró para el cargo de pregonero, a un indio llamado JUAN ABA, que era criado del Capitán HERNANDO DE MENDOZA y así se inició esta función.

Pero, ¿para qué servía un pregonero? Su oficio era importantísimo. En una época en que no existía ningún medio de comunicación de masas, su función era dar a conocer a los vecinos, en voz alta, todas las noticias importantes, disposiciones del gobierno, acuerdos del Cabildo, autos reales y órdenes.

Seguramente ABA debía saber leer y escribir, habilidad no muy común en aquellos tiempos. La lectura se hacía en la calle, ante testigos autorizados y se dejaba constancia de sus nombres y del lugar del acto.

No hay duda de que ABA cumplió con su función durante 15 años, porque recién en 1605 el Cabildo vuelve a nombrar a otro pregonero y esta vez el elegido fue JUAN MORENO que, además de pregonero público, era portero del Cabildo.

En el Acta de nombramiento se detallaban las obligaciones del cargo y había una cláusula que aclaraba que cuando debía anunciar asuntos de interés para el país, no recibiría pago alguno.

Aunque el hombre percibía un sueldo por su trabajo, debía resultarle difícil cobrarlo porque también existen constancias de repetidos reclamos de pago. En estas condiciones no es raro que fuera muy duro encontrar candidatos para cubrir el puesto y que los siguientes pregoneros durasen muy poco tiempo en su cargo.

MORENO renunció al año siguiente y lo sucedió DIEGO RIVERA, que también trabajó de verdugo. En 1810 se nombró a FRANCISCO RIVERO. Para entonces, además de saber leer, escribir y tocar el tambor debía tocar la trompeta.

Como el gobierno seguía siendo muy mal pagador, se le dio permiso para cobrar a los particulares que quisieran anunciar fiestas y otros acontecimientos familiares.

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