EL PRIMER PARTIDO DE RUGBY JUGADO EN BUENOS AIRES (14/05/1873)

Se jugó por primera vez en la Argentina un partido de rugby, de acuerdo con el Reglamento oficial de ese nuevo deporte llegado recientemente al país.

Hasta ese día el deporte se había practicado más bien como una mezcla de todas las formas de fútbol conocidas hasta entonces.

El encuentro se llevó a cabo en el campo del “Buenos Aires Cricket Club”, ubicado donde hoy está el Planetario, en el Parque “Tres de Febrero” en Palermo.

Participaron dos conjuntos integrados por socios de la institución: uno denominado “Blancos”, con 11 jugadores, y otro llamado “Ciudad”, con 13 jugadores.

Poco tiempo después, se disputó otro, en la cancha de polo del Flores Club, situada en las cercanías de la actual plaza de San José de Flores.

El entusiasmo de los jugadores  (15 con  el nombre de “Inglaterra” y otros 13 como “El Mundo”- y la carencia de normas uniformes, hicieron que el juego durara más de dos horas y media.

Al igual que el fútbol, el rugby fue introducido en el país por los ingleses. Y como sucedió con otros muchos deportes, también el rugby nació en Gran Bretaña.

Desde la Edad Media los ingleses practicaban un juego de pelota en el que competían dos bandos de hasta 100 jugadores cada uno. La única regla era llevar la pelota al campo contrario de cualquier manera.

El juego era a veces una verdadera batalla campal entre dos aldeas: se colocaba el balón en un punto equidistante y los jugadores luchaban hasta llevarlo al pueblo contrario que se declaraba conquistado. La violencia que se desataba hizo que muchos reyes trataran inútilmente de prohibirlo.

Fueron los estudiantes los que llevaron el deporte a sus colegios y al principio las reglas más aceptadas indicaban que la pelota debía impulsarse con los pies.

Como se ve, fútbol y rugby tuvieron un origen y una historia comunes. Pero en el año 1823 comenzaron a diferenciarse. Un jugador llamado ELLÍS, de un colegio de la ciudad de Rugby, tomó el balón con las manos y corrió evitando a sus adversarios. La jugada tuvo enorme éxito y todos comenzaron a imitarlo.

Una placa de mármol colocada en la pared del colegio recuerda aquel histórico día. Los estudiantes del colegio de Rugby se encargaron de pulir el nuevo juego, agregando y quitando detalles.

Según se cree, una de las causas por las que pudieron jugarlo era porque el colegio tenía un amplio espacio con césped donde se podía rodar por el suelo y hacer tackles sin gran peligro. En 1871 se codificaron las reglas del juego, que se impuso en muchos otros países, a veces tomando formas particulares como las del fútbol americano.

En la Argentina el rugby prendió con fuerza y nuestros equipos alcanzaron un nivel muy respetable compitiendo, en ocasiones con éxito, con las formaciones más poderosas del mundo.

En Buenos Aires, los comienzos del Rugby no fueron muy promisorios y hubo muchos detractores, acusándolo de ser un deporte que promovía la violencia o refiriéndose a él, con son de burla:

Esto se leía en la Gaceta de Buenos Aires en 1892: «Desde hace un tiempo, sudorosos e incansables,  pese al barro, lluvia o frío, grupos de masoquistas (15 por equipo), practican un rito extrañó: correr, luchar y derribarse por la posesión de un «zapallo de cuero a gajos». Se llama rugby y también se practica en Buenos Aires».

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