MOTIN EN MENDOZA (00/12/1818)

Ochenta prisioneros de guerra españoles que trabajaban en las obras del canal de irrigación que se estaba construyendo en Mendoza a dos leguas de la capital, se sublevaron en protesta por el trato inhumano a que los sometía el Director de esas tareas hidrográficas. Los revoltosos fueron detenidos y castigados con azotes. Pero eso, según un periódico local “no soluciona el problema, pues este episodio se agrega a otros que demuestran el descontento en los condenados a trabajos forzados en las obras públicas, que no existe entre los que se entregaron a particulares. La protesta tiene lamentablemente una base razonable; es notoria la crueldad con que trata a sus subordinados el señor HERRERA, director de estas obras. Este funcionario goza de la confianza de las autoridades y sería conveniente llamar su atención para que los abusos no se repitan y provoquen a corto o largo plazo desgracias irreparables”.

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