PRIMER REGLAMENTO SOBRE LIBERTAD DE IMPRENTA EN ARGENTINA (19/04/1811)

El 19 de abril de 1811, la Primera Junta de Gobierno dictó normas estableciendo libertades y censuras que se aplicarán a las publicaciones periodísticas.

Fue entonces que, en Buenos Aires, menos de un año de proclamada la Independencia, se dio el primer paso en defensa de la Libertad de Imprenta, estableciéndose una Junta Suprema de censura como Tribunal, a donde debían elevarse las acusaciones por errores, agravios o falsías contenidas en las obras que se publiquen.

Sólo las de religión no podían imprimirse sin permiso del ordinario. A estos efectos, la Junta Grande emitió el primer Decreto de libertad de imprenta que tuvo nuestro país.

Durante la época de la Colonia, el derecho a publicar ideas a través de la prensa había estado prohibido por una rígida censura. MANUEL BELGRANO, HIPÓLITO VIEYTES y otros periodistas criollos lograban a veces expresar sus ideas en forma encubierta para burlar los controles (ver Primera censura al periodismo en el Río de la Plata).

Después de la Revolución, MARIANO MORENO se convirtió en el mayor defensor de la libertad de imprenta y en «La Gazeta» del 21 de junio de 1810 afirmaba: «si se ponen restricciones al discurso, vegetará el espíritu como la materia y el error, la mentira, la preocupación, el fanatismo y el embrutecimiento harán divisa de los pueblos y causarán para siempre su abatimiento, su ruina y su miseria»º.

A pesar de su apasionado sentimiento liberal, Moreno puso dos límites a la libertad de expresión: que no afectara «las verdades de la religión y que no se discutieran las resoluciones del gobierno».

Estas reservas deben entenderse en el marco histórico y social de la época, en un momento de crisis revolucionaria. En diciembre de 1810 Moreno abandonó su cargo de redactor de «La Gazeta» y según algunas versiones se le ofreció el cargo al deán GREGORIO FUNES, aunque poco después se encontraban en posiciones opuestas sobre la formación de la Junta Grande.

Fue precisamente el deán Funes quien propuso la sanción del primer Reglamento sobre la libertad de prensa, afirmando que la ley de propiedad no se limita a los bienes materiales, sino también a las facultades físicas e intelectuales de una persona.

También el deán sostuvo límites sobre la religión. La Junta emitió el Decreto y creó un organismo de censura para reprimir lo que se consideraba abuso. Pocos meses después, el primer decreto fue derogado y sustituido por uno más amplio dictado por el Triunvirato.

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